La ignorancia considera a gringolandia el guardián de nuestra libertad

"Cuando una cosa buena se desprecia, es por uno de dos motivos: o por temeridad, o por ignorancia: Por lo primero, no puede ser contrayéndonos al presente asunto; pues parece imposible que haya hombres de este carácter. De lo segundo resulta, sin duda, ésta fatal consecuencia y lo entendemos así: Como la necesidad ha obligado a tantos a suplir la falta de preparación formal con el auxilio de un particular en estudio privado ha resultado con el tiempo otra diferencia en el gusto cuanta hubo en el capricho de los que enseñaron. Cada uno refiere y sostiene las reglas, los preceptos, las distinciones, que recibió en sus principios; está satisfecho de que fue aquél el mejor método; tiene por falta el no verlo observado; crítica la novedad; y raros son los que conocen su defecto".

Los socialistas revolucionarios pueden concluir acuerdos prácticos con los "demócratas", pero precisamente con los que son revolucionarios, es decir con los que apoyan en el pueblo y no en el guardián de nuestra libertad. Para los socialistas el madurismo no es socialista porque no es una organización de clase del pueblo revolucionario. Es la organización de la "democracia burguesa" en un país atrasado. Por sus caracteriscas sociales, sus objetivos históricos y en gran medida por su ideología son similar a los populistas adecos-copeyanos. Sin embargo, eso no evitó que jugaran el rol de demócratas pequeñoburgueses, peor aún, demócratas pequeñoburgueses atrasados, que no tuvieron la fuerza necesaria para llevar a cabo las tareas puramente democráticas pese al espíritu de sacrificio y al heroísmo de sus mejores combatientes. Los "socialrevolucionarios" levantaban un programa agrario revolucionario, pero, como siempre sucede con los partidos pequeñoburgueses, era prisioneros de la burguesía liberal —esa buena gallina que protegía a sus polluelos— y traicionaron al pueblo en el momento decisivo de 1958 al salir de la dictadura. Es imposible olvidar ese ejemplo histórico. Un demócrata que predica la confianza en los "guardianes" imperialistas sólo puede brindarle amargas ilusiones al pueblo oprimido.

Considerar, aunque sea en mínima medida, que el destino de los países atrasados depende de la lucha del pueblo de los países avanzados es… "derrotismo". El sector influyente de la burguesía cuyo representante era Roosevelt decía: "Es imposible gobernar con los viejos métodos; hay que llegar a un acuerdo; tenemos que garantizar concesiones parciales para salvaguardar lo fundamental, es decir, la propiedad privada de los medios de producción". Este precisamente es el sentido del New Deal. Barack Obama aplica la misma política a las relaciones internacionales, sobre todo a nuestra América: hacer concesiones secundarias para no perder en los problemas importantes.

Sería radicalmente erróneo extraer de aquí la conclusión de que la política de Gringolandia continuará desarrollándose ininterrumpidamente en esta misma dirección, abriendo así posibilidades cada vez mayores de emancipación "pacifica" al pueblo de nuestra América. Por el contrario, se puede predecir con toda certeza que la política del "New Deal" y de "buena vecindad", que no resolvió ningún problema ni satisfizo ninguna aspiración, hará estallar las necesidades y el espíritu agresivo de los pueblos de nuestra América. La intensificación de la lucha de clases engendró el "New Deal"; su intensificación aun mayor lo matará, haciendo predominar en las filas de la burguesía las tendencias más reaccionarias, agresivas y fascistas.

¡Chávez Vive, la Lucha sigue!



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Manuel Taibo


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