¿Y la ONU?

La semana pasada nos referíamos a la crueldad injustificada del ataque israelí a la población libanesa. Hacíamos un llamado a la movilización mundial en defensa de la humanidad. Los intereses nacionales de las élites gobernantes de los Estados Unidos e Israel no pueden ser opuestos a los derechos humanos, el derecho a la vida y la soberanía de otros pueblos y Estados. George Bush habla de la necesidad de fomentar un nuevo Medio Oriente, libre y democrático. ¿Se referirá Bush a un nuevo y libre Medio Oriente con los mismos criterios de novedad y libertad que impusieron por la fuerza en Afganistán e Irak y que solamente pueden calificarse como caos? Cuando Israel hace caso omiso a los llamados del mundo para que cese sus hostilidades contra el Líbano, el Presidente de Estados Unidos alega que Israel tiene derecho a defenderse, que es un país soberano y no pueden indicarle qué hacer. Sin embargo, cuando Irán, Corea del Norte, Cuba o Venezuela toman decisiones soberanas que nada tienen que ver con una guerra ni con la masacre de centenares de civiles, el gobierno estadounidense arremete y presiona a las Naciones Unidas para que se inmiscuyan. En estos casos la soberanía no existe. Sin lugar a dudas la elite del gobierno israelí está desarrollando esta campaña contra Hezbolá y contra los civiles libaneses porque se siente avalado por Washington y su ambigua y antojadiza guerra global contra el terrorismo. La Casa Blanca considera, a su vez, que las medidas que toman en la Jerusalén judía y en Tel Aviv , son pasos hacia ese nuevo Medio Oriente sumiso, abierto a la explotación de sus recursos por parte de occidente y bajo una impuesta democracia capitalista.

Parecen no darse cuenta en el norte del mundo que ya los planes piloto han fracasado en esa región. Irak y Afganistán son prueba de ello. ¿Qué ganaron esos pueblos con las respectivas invasiones y la imposición de un sistema político ajeno a sus realidades históricas? La situación en materia de servicios públicos, salud, derechos humanos y economía del Irak de 2006, aunque parezca increíble, es notablemente peor a la del Irak de 2002, que ya es mucho decir.
Dice Bush que la única manera de garantizar la seguridad de su país es con un nuevo medio oriente. Dice el mundo entero que la única manera de garantizar la paz y la seguridad de la humanidad es con un nuevo Estados Unidos. Ni hablar de las Naciones Unidas. Cuán inútil e ineficiente ha resultado la ONU ante el horror de esta guerra. El Consejo de Seguridad ha demostrado una vez más su anacronismo, desproporcionalidad e impertinencia histórica. Han sido incapaces de condenar el terrorismo de Estado que los militares israelíes están ejecutando. El rol que debería cumplir la ONU lo está tratando de cumplir la Secretaria de Estado de EEUU, pero por supuesto buscando salidas que favorezcan a Israel, no que lo contengan y lo condenen.

El reclamo fuerte del Presidente Chávez hace un año en la Asamblea General de las Naciones Unidas constituye una demanda del mundo entero. La ONU debe ser reformada integralmente, debe ponerse al servicio de los pueblos y no de las élites económicas y políticas, debe ocuparse con eficiencia de los grandes temas que afectan a las mayorías, debe fomentar el equilibrio y la multipolaridad. De lo contrario, es mejor que desaparezca. Por ello aspiramos que los países del mundo le den un voto de confianza a Venezuela para obtener un escaño en el Consejo de Seguridad, precisamente para impulsar esa reforma, esa revolución en la ONU desde sus mismas entrañas. El mundo entero exige que Israel le ponga fin a sus acciones militares y que se le busque una salida política a un problema que es esencialmente político. No podemos quedarnos de brazos cruzados observando como Washington utiliza a sus aliados para hacerse de aquellos recursos que le garantizan el sostenimiento de su modelo arrasador, contaminante, consumista y alienante de desarrollo. Por ello, reiteramos y reiteraremos siempre la imperiosa necesidad de alzar nuestras voces y de organizarnos para contener las ambiciones imperiales y garantizar así la sobre vivencia de la humanidad con bienestar, seguridad y diversidad.


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Jorge Arreaza

Ex-vicepresidente de la República. Ex-viceministro de Ciencia y Tecnología, y ex-presidente de la Fundación Gran Mariscal de Ayacucho (Fundayacucho).

 jorgearreaza@gmail.com      @jaarreaza

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