A través de los trabajos que tratan sobre la vida e incidencias de la Primera Internacional aparece constantemente la prueba de las relaciones estrechas que existían entre los anarquistas españoles y las actividades de Miguel Bakunin y su grupo desde que éste inició la acción en contra de la Internacional. Ante cada episodio, Guillaume escribe: "Contamos con los amigos españoles". Y, en efecto, así era y así lo prueba la historia.
En el período de más actividad del centro de Ginebra, el grupo español perfila su organización y la consolida. La "disuelta Alianza" funcionaba orgánicamente en España, como fracción dentro de las organizaciones de la Internacional. Tenía su propio programa inspirado y de acuerdo con los principios ideológicos representados por el grupo Bakunin. He aquí algunos artículos del programa de la Alianza de España que prueban el grado de lealtad y la sinceridad que había en la "disolución de la Alianza".
1. La Alianza de la Democracia Socialista será constituida por los miembros de la Asociación Internacional de los Trabajadores y tendrá por objeto la propaganda y el desarrollo de los principios de su programa y el estudio y la práctica de todos los medios propios a realizar la emancipación directa e inmediata de la clase obrera…
2. A fin de obtener los mejores resultados posibles y de no comprometer la marcha de la organización, la Alianza será eminentemente secreta…
3. Para la administración de nuevos miembros se procederá partiendo de la propuesta de un miembro antiguo y se designará una Comisión encargada de estudiar con atención el carácter y las circunstancias del aspirante; éste sólo podrá ser admitido por el voto de la mayoría de los miembros y después de haber escuchado el informe de la Comisión de examen.
5. La Alianza influirá, en lo máximo que le sea posible, en el seno de la Federación Obrera local para que ésta no tome un camino reaccionario o contrarrevolucionario.
9. La mayoría de los miembros podrá excluir a un miembro de la Alianza sin indicación de motivo.
La obra desorganizadora de la Alianza —dice Anselmo Lorenzo en su libro El proletario militante— fue mucho más rápida que la organizadora…
En Barcelona funcionaba el principal grupo de la Alianza, el que debe ser considerado como dirigente, integrado por Rafael Farga Pellicer, Gaspar Santiñón, García Viñes, Pedro Gaya, A. Marino, Gabriel Albagés, Juan Sánchez, J. Pedro, José Pamies, Jaime Balaschi, Miguel Batlle, F. Albagés, Antonio Pellicer y, más tarde, Charles Alerini, refugiado francés. La Alianza contaba con grupos secretos en Madrid, Mallorca, Cádiz, Valencia, Sevilla y Córdoba.
Cuando el grupo de Ginebra inició públicamente la lucha en contra del Consejo General de la Internacional, la primera impresión que produjo a los elementos aliancistas españoles, según se desprende de una carta de Alerini, fue de desagrado:
Hemos visto con pena en Revolución social los ataques dirigidos en contra del Consejo General y de Carlos Marx…
Atribuían estos ataques, más que a las discrepancias de doctrina, a cuestiones personales; pero pronto desaparecieron esas apreciaciones del grupo español.
Las vacilaciones de nuestros amigos españoles no fueron de larga duración. Bakunin escribe una carta a Santiñón y a Farga el 18 de diciembre, que contribuye, sin duda, con la de Joukovsky, a esclarecer los espíritus y a reafirmar la voluntad de nuestros amigos… (J. Guillaume, L’Internationale, vol. II, pág. 249).
Los periódicos de que disponían los aliancistas españoles publicaban las resoluciones y todos los materiales de propaganda del grupo dirigente de Ginebra, teniendo informado así al proletariado de una forma sectaria, ocultándole los aspectos políticos y esenciales del conflicto y de la polémica en torno a la Internacional y la Alianza.
Somos dichosos —decía el periódico Federación, de Barcelona— de la visita que acaba de hacernos el delegado de la Sección de Propaganda y de acción revolucionaria socialista de Ginebra. Estamos enteramente satisfechos del radicalismo, así como de la pureza de principios que esta Sección profesa. Las secciones de España profesan los mismos principios. Por consecuencia, nosotros aceptamos la Federación que la Sección nos propone y deseamos ver llegado el momento en que esta Federación sea una realidad…
Los aliancistas españoles mostraban su conformidad con la idea de la creación de una nueva entidad internacional frente a la Asociación Internacional de los Trabajadores, una nueva Alianza…
¡Chávez y Fidel Viven, la Lucha sigue!