No nos equivocamos al pronosticar el resultado de la consulta soberanista del 9 de noviembre de 2014, en la que un 81% de los electores participantes dio su espaldarazo a una Catalunya independiente. 1,8 millones de votantes (de un total de 2,3 millones) exclamaron un contundente adverbio afirmativo y comenzaron la senda de lucha que nos trae hasta la actualidad. Sin el acoso del Tribunal Constitucional y los fascistas del gobierno del Partido Popular (PP), los cuales boicotearon desde el principio la iniciativa ciudadana, más personas habrían asistido a la cita electoral del 9N. Sin embargo, con todo el "bullying" de Madrid y la histeria de los "populares" (y sus derivados), podría considerarse un éxito que 1,8 millones hayan acudido al llamado de la Generalitat. El 9N condujo a las elecciones al Parlament de 2015 y a una novel fecha decisiva: el 1-O.
El 1-O es el nuevo reto de los independentistas para dar voz a una Catalunya libre en el Viejo Continente, en medio de la crisis más grave por la que haya atravesado el Estado español en su historia reciente. El sucesor de Artur Mas en la Presidencia de la Generalitat, Carles Puigdemont (antigua Convergencia Democrática de Catalunya, ahora PDeCAT), ha tomado el testigo del proceso de secesión y junto con Oriol Junqueras (Esquerra Republicana), el Vicepresidente, han establecido una hoja de ruta con el fin de concretar la autodeterminación. La fórmula que defiende "El derecho a decidir" fue a las urnas, en 2015, en una coalición denominada "Junts pel sí" (Juntos por el sí) y se hizo de la mayoría de sufragios. "Junts pel sí" obtuvo el 39,9% de los votos, más del doble que el segundo partido más avalado en la contienda. Por su parte, la CUP-CC (Candidatura d'Unitat Popular o Candidatura de Unidad Popular-Crida Constituent o Llamado Constituyente) y CSQP (Catalunya Sí Que Es Pot o Catalunya Sí Se Puede), que también simpatizan con la independencia, se alzaron con 17,5% de las papeletas. En total, "El derecho a decidir" logró el apoyo de 57,4% de los concurrentes a las parlamentarias de 2015 ó 2 millones 334 mil 121 votos, lo cual provoca terror y angustia en Madrid. Es que allí radica la nuez del asunto: el PP y el PSOE (Partido ¿Socialista? ¿Obrero? Español) saben que un hipotético referéndum pactado sería ganado en avalancha por los factores políticos de la autodeterminación y por ello el obstruccionismo que se ha instrumentalizado desde el Estado español para neutralizar la propuesta; aceptar que los catalanes puedan escoger su destino es abrir las puertas a experiencias similares en Euskadi, Galicia y Canarias, verbigracia. La monarquía ibérica azuzó la desintegración de Estados como la ex Yugoslavia, en la década de 1990, y ahora el peñón del destino cae encima de su tejado de cristal. Voilà!
Catalunya se divide en cuatro provincias, 42 comarcas y 948 municipios. En las elecciones de 2015, en 33 de las 42 comarcas (79%) triunfaron los partidos pro-independentistas por más de 50%. La organización proselitista más activa en contra de la autodeterminación es el infame PP, reducto del más rancio franquismo y que en el presente, por desgracia, ostenta las riendas del gobierno central en España. No obstante, el PP sólo tiene un alcalde en las 948 municipalidades de Catalunya, lo cual le resta toda legitimidad y autoridad para hablar en nombre de ese bravío pueblo. La persecución judicial de Mariano Rajoy, el PP y el Estado fascista español, en contra de 700 burgomaestres catalanes que brindan su respaldo al referéndum del 1-O, es uno de los espectáculos más vergonzantes de una democracia moribunda en las coordenadas ibéricas. Igualmente, las cuentas de la Generalitat han sido intervenidas por el clan delictivo del número 13 de la calle Génova y su sucursal en Moncloa. Los ataques a la libertad de expresión tampoco se han hecho esperar: el Tribunal Superior de Justicia de esta comunidad autónoma ha ordenado el cierre de dos páginas de internet de la Generalitat, se han allanado varias imprentas y los policías han visitado las redacciones de los rotativos para advertir del veto del Tribunal Constitucional con el fin de que no se informe acerca del 1-O; la Guardia Civil ha incautado más de 1,3 millones de carteles, dípticos y folletos de propaganda política a favor del "sí"; y la cobertura mediática negativa en plataformas comunicacionales públicas como Televisión Española (TVE), con su cantaleta insidiosa del "desafío soberanista" y sus deleznables panelistas sin oficio, desnudan cada vez más la abyecta vocación dictatorial de los herederos del Caudillo.
LOS CATALANES NO SON LOS MARACUCHOS DE ESPAÑA, LAS AMENAZAS DE RAJOY Y EL "SÍ" QUE GANARÁ EL 1-O
Hay una tendencia a asociar el "affaire" de Catalunya con los anhelos separatistas de minúsculos sectores sociales del estado Zulia, en Venezuela, con el afán de trivializar el movimiento soberanista al otro lado del "charco"; habrá que aclarar que el proceso de conformación de los Estados-naciones en América fue distinto al de sus pares europeos. En el contexto de los maracuchos o zulianos, innumerables elementos los unen a la venezolanidad: desde un idioma en común, hasta evidentes rasgos étnicos, culturales y sociales. Algo muy distinto acontece con el tema catalán: hay factores innegables de disimilitud que van desde lo lingüístico hasta lo indentitario. Por lo tanto, el asunto es mucho más complejo de lo que luce y no se puede despachar con superficialidades. La nación catalana tiene todo el derecho de trazarse su devenir y no debe haber ley o Carta Magna que prohíba concretar ese anhelo; el Tribunal Constitucional fue el francotirador del nuevo Estatut en 2010, cuando declaró ilegales 14 artículos relacionados con la lengua, los nombres cooficiales, el Consejo de Justicia y otros enclaves de la catalanidad. Desde la primera manifestación multitudinaria del 10 de julio de 2010, bajo la consigna "Som una nació, nosaltres decidim" (Somos una nación, nosotros decidimos), el pueblo de Catalunya no ha desistido en su voluntad de hallar el camino a la emancipación. La sordera de Madrid ha ido acumulando una escalada de acontecimientos que han desembocado en una confrontación inevitable cuyo desenlace lógico es el referéndum del 1-O. La depresión económica que ha arreciado desde 2010, en España y el resto de Europa, ha sido otro motor de los sentimientos nacionalistas: a pesar de tener una tasa de desempleo de 13,2% (una de las más bajas si la contrastamos con la de 25% de Andalucía); y aportar el 18,9% del PIB español, incluso por encima de la Comunidad de Madrid, los recortes se han hecho sentir en Catalunya. La austeridad en la inversión social es una de las más dramáticas de la Unión Europea, así como los niveles salariales, de paro (aún cuando es de los más "modestos" de España) y precariedad laboral (*).
Muchos catalanes atisban un futuro más promisorio fuera de la órbita de Madrid y su insoportable prepotencia. El caso escocés es un modelo por seguir para Barcelona, a pesar de que ello sería una utopía con el actual "establishment" borbónico. Ahora bien, si Edimburgo se "divorciara" de Londres y tocase la puerta de Bruselas con el objetivo de ser admitido en la Unión Europa y lo lograra, esto sentaría un precedente favorable para Catalunya; recordemos que esta comunidad autónoma quedaría fuera el paraguas de los 28 si proclamase su escisión de España (**).
Las amenazas de Rajoy de cara al 1-O han adquirido un tono desesperado y mas violento: "Nos obligan a hacer lo que no queremos". ¿Qué será aquello que Rajoy y su combo no desean ejecutar? ¿Mandar al ejército a reprimir a los ciudadanos en las rúas de Catalunya? (***). De cajón, las masas deben estar preparadas para dicho escenario y actuar en concordancia con el objetivo de preservar su derecho inalienable al voto. La tozudez de los fascistas de Madrid podría estar arrastrando al país a una novel confrontación bélica. No hay que olvidar que una de las causas de la Guerra Civil Española fueron los Estatutos de Autonomía de Catalunya y Vascongadas, que hallaron una férrea intransigencia de la derecha durante la Segunda República (1931-1939). La Constitución política de España, vigente desde 1978, es menos democrática que la de la extinta Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas (URSS), por ejemplo. El artículo 17 de la Carta Magna bolchevique de 1936, establecía: "Cada república federada conserva el derecho de separarse libremente de la URSS". La "atrasada dictadura" roja reconocía un derecho que la "avanzada democracia" ibérica niega. Voilà!
Madrid no podrá evitar que el pueblo catalán se exprese en las urnas este 1-O y el vulgar chantaje de la "legalidad" yacerá hecho trizas; la ley de la que habla Rajoy es la jurisprudencia burguesa del Estado español franquista y es lo que Barcelona enterrará con la consulta popular del 1-O. El derecho a decidir vencerá la hipocresía de una transición que nunca fue: el "Paquito" de El Ferrol sigue "vivito y coleando" en la Puerta del Sol.
ADÁN GONZÁLEZ LIENDO
@rpkampuchea
P.D. Después de redactar estas líneas, nos enteramos de que el gobierno del PP y su brazo judicial han decomisado unos 10 millones de papeletas electorales destinadas al 1-O. También fueron arrestadas 14 personas y la mayoría eran altos cargos de la Generalitat. Según los fascistas de Madrid, se ha "desmantelado" el referéndum "ilegal". Nadie puede desmantelar la voluntad de un pueblo que desea exteriorizar sus inquietudes en las urnas, señores de la "legalidad". La declaración unilateral de independencia es la única opción ante el hostigamiento de la "delincuencia institucional". Agradecemos a nuestro camarada, Salvador Albert, por la valiosa información aportada en relación con los ataques a la libertad de expresión en Catalunya.
(*) Las políticas de recortes no sólo han sido instigadas desde Madrid. El "pujolismo" y las medidas de la antigua Covergéncia i Unió (CiU), han contribuido a esta lamentable situación. Sin duda, un flanco de la derecha catalana ha tratado de "lavar" sus delitos de corrupción y nepotismo con la carta soberanista y ello no se puede soslayar. Una vez concretada la independencia, las contradicciones internas de las fuerzas dentro de "Junts Pel Sí" (Juntos por el sí) saldrán a flote. ¡Bienvenidas sean!
(**) El proyecto europeo ha devenido en una vulgar caricatura controlada por los banqueros y los burócratas de Bruselas; una considerable tajada de la victoria de la "Brexit" se debió a la protesta de la clase obrera británica en contra de la voraz economía neoclásica y sus fatales consecuencias en el Reino Unido. Opinamos que es más saludable una Catalunya soberana fuera de la UE y su tecnocracia aberrante, sin embargo, una Escocia independiente entrando al club de los 28 facilitaría el proceso a Barcelona; lo pretérito serviría de argumento clave a los secesionistas a favor de la Unión.
(***) Rajoy sataniza a las autoridades y los ciudadanos de Catalunya por organizar un referéndum de autodeterminación, mas aupó el plebiscito que realizó la derecha venezolana, el 16J, a pesar de que éste no gozaba de ningún tipo de garantías jurídicas, técnicas o logísticas y carecía de un mecanismo de auditoría confiable.