Palabras del Papa muy sospechosas en esta hora de guerras contra un terrorismo que el imperialismo pretende darle rostro musulmán
El jefe máximo de la iglesia católica lo traicionó la memoria cuando de forma inexplicable hizo referencia en una conferencia que dictó el pasado 12/09 en la universidad de Ratisbona de su Alemania natal, a un Emperador cristiano del siglo XIV, quien afirmaba "que el profeta Mahoma sólo había traído violencia al mundo y ponía en tela de juicio el concepto de Yihad o guerra santa”, pues si de revisar la historia se trata, habría que recordarle al Santo Padre que quien auspició una larga y sangrienta confrontación contra los musulmanes y pueblos árabes en general para conquistar el Santo Sepulcro y defender así el reino de Jerusalén fue la propia iglesia católica con las famosas ocho cruzadas (*) que se emprendieron entre los años de 1.095 a 1.275, es decir más de doscientos años antes de que ese Emperador afirmara lo que entonces dijo. Por cierto que por esa misma época se instauraron los tribunales de la Inquisición que, como sabemos, ordenaron el asesinato y la tortura durante largos años a diestra y siniestra a cientos de miles de hombres y mujeres en nombre de la fe cristiana.
Fue una referencia muy clara la que hizo el Papa en momentos en que la furia imperial yanqui ha desatado una guerra que al parecer no tiene fin contra un terrorismo al que intenta demostrarle al mundo que tiene rostro musulmán. Muy sospechoso ha sido que tan importante personaje mundial recordara ese episodio en estos momentos en que Bush proyecta extender la guerra a Irán, no obstante el fracaso que le ha significado la agresión a Afganistán y a Irak, donde sus propias fuerzas ya contabilizan cerca de cinco mil soldados y algo más de diez mil heridos.
De manera que cuando la Santa Sede intenta ahora apaciguar los ánimos al sostener que el Papa no dijo lo que dijo y que sus palabras han sido mal interpretadas, incurre en una nueva afrenta contra el pueblo musulmán, puesto que con ello pretende hacerle creer al mundo que ese pueblo no sabe leer y menos escuchar y eso, por supuesto, no es más que un insulto, una nueva vejación de las tantas a que ha sido históricamente sometido ese pueblo.
Pero esto para nada nos sorprende. Es un episodio que es parte de la rutina de una Iglesia elitesca que ha jugado en otros momentos de la historia papeles similares, pues no debemos olvidar que el Papa Pío XII mantuvo una postura muy sospechosa frente a los regímenes de Benito Mussoline y Adolf Hitler, a quienes jamás les criticó sus aberrantes conductas criminales, mientras ejercieron el poder e igualmente bendijo las tropas de los yanquis y las de sus lacayos serviles que en 1.951 intervinieron en la guerra de Corea, así como que mantuvo estrechas y muy amistosas relaciones con dictadores como: Francisco Franco, Oliveira Salazar, Chapita Trujillo, Somoza, Batista, Odria y Duvalier, entre muchos otros, quienes tienen en su haber una lista inacabable de sus connacionales muertos y torturados que se opusieron valientemente a sus regímenes de fuerza.