Apenas hace unos meses celebrábamos la victoria de Lenín Moreno, quien prometía dar continuidad a la Revolución Ciudadana que inició Rafael Correa; resultó ser un farsante, dando con esto el peor golpe al progresismo latinoamericano en la última década: Lenín Moreno mordió la mano de quien le daba de comer.
Moreno sobrepasó a Temer, su odio a su país fue más allá, tal como Temer no soportaron la luz de sus presidentes, Temer no pudo con Dilma y Moreno no podrá jamás con Rafael Correa, porque Correa como Dilma simplemente ya son inmortales en la memoria de los pueblos.
Traicionó la confianza no solo del máximo líder de la Revolución Ciudadana, si no a todo un pueblo que lo apoyó y lo llevó a la presidencia con su voto. Acción muy común de los rastreros. No esperó ni a que cantaran los gallos para comenzar a lanzar cuchilladas por la espalda contra quienes le dieron un nombre, porque es eso, creció a la sombra de Rafael Correa y no soportó la luz del líder, tanto que ha creído que con estar sentado en la poltrona y con meter líderes de Alianza País a la cárcel podrá borrar los 10 años de avance que vivió Ecuador con Rafael Correa.
Cinco meses desde que llegó a la presidencia y lo único que ha hecho es pactar con la derecha recalcitrante, con esto demostrando que siempre fue uno de ellos, alguien que fingió estar con el pueblo y responder a sus necesidades. Alguien que fingió lealtad a Rafael Correa y a su pueblo. Alguien que engañó, para después tratar con la derecha neoliberal desde el primer día de presidencia.
El asunto con Lenín Moreno, no es solo de dimes y diretes entre Alianza País y él, como lo muestran varios medios amarillistas, aquí Lenín le ha faltado a la sociedad que le dio su voto confiando en que sería la continuidad de un proyecto de desarrollo ya encaminado por Rafael. Moreno no estaría en la presidencia si Rafael Correa no le hubiera dado la confianza y lo hubiera presentado al pueblo como quien le daría seguimiento al proyecto ciudadano. Moreno sin Rafael no es nadie y lo vemos ahora que en la presidencia actúa como marioneta de la derecha.
Los pueblos no olvidan la traición y Lenín Moreno, que quiso superar a Correa pasará a la historia como el presidente que traicionó a su pueblo, como el arrastrado que se vendió, como el simple vicepresidente, un pelele que no pudo con la grandeza del máximo líder de la Revolución Ciudadana.
El pueblo lo puso ahí, es el pueblo el que debe quitarlo. El pueblo ecuatoriano luchó por la Revolución Ciudadana desde sus cimientos, y la fueron construyendo palmo a palmo, no será Lenín Moreno quien la destruya. No será un traidor quien haga retroceder a Ecuador. El pueblo ecuatoriano debe organizarse nuevamente y exigir la renuncia inmediata del presidente Lenín Moreno. No se puede dejar arrebatar por un pérfido, lo logrado. En Ecuador debe continuar la Revolución Ciudadana.
Ecuador no debe permitir que su Revolución Ciudadana sea destruida por un cobarde que no pudo con la grandeza y la dignidad de su pueblo.
¡Y a los traidores, la cárcel, el olvido y el destierro!