La Casa Blanca se ha ensañado una vez más con Honduras. Fue allí, en el año 2009, donde por vez primera se aplicó esta metodología una vez que fracasara el golpe militar tradicional ensayado un año antes en Bolivia. A partir de ese momento los gobiernos indeseables de la región serían barridos por un letal tridente conformado por la oligarquía mediática, el poder judicial y los legisladores, cuyo "poder de fuego" combinado supera el de cualquier ejército de la región. José Manuel "Mel" Zelaya fue su primera víctima, a quien seguirían en el 2012 Fernando Lugo en Paraguay y en 2016 Dilma Rousseff en Brasil. Bajo ataque se encuentran los gobiernos de Bolivia, Venezuela y, va de suyo, Cuba, mientras que en Ecuador el viejo recurso del soborno y la traición unidos a la técnica del "golpe blando" parecen haber detenido el rumbo de la Revolución Ciudadana de Rafael Correa. El objetivo estratégico de Washington con sus "golpes blancos" es regresar América Latina a la condición neocolonial.
Las calles exigiendo el respeto a la voluntad de la ciudadanía. Y que el gobierno fascista de Hernández, el mismo que ha prohijado junto a la "Embajada" el baño de sangre que se produjo en Honduras : El domingo 28 de junio de 2009, un contingente de militares asaltó la residencia del Presidente de la República, José Manuel Zelaya Rosales, luego de lo cual ... La parte más compleja y mucho más de fondo de la probable intervención de los Estados y que el caso de Berta Cáceres es apenas el más conocido, haya declarado toque de queda entre las 6 de la tarde y las 6 de la mañana y estado de sitio. Ya suman unos diez los muertos por las protestas en Honduras pero el gobierno continúa su marcha impertérrito, con la abierta complicidad del "Canalla Mayor" de las Américas, Luis Almagro y sus enviados y el tácito aval de la "Embajada" que jamás consentiría que un opositor llegara al palacio presidencial.
Es que Honduras es una pieza de gran valor estratégico en el diseño geopolítico de Washington. Limita con dos países como El Salvador y Nicaragua que tienen gobiernos considerados como "enemigos" de los intereses norteamericanos y la base aérea Soto Cano, ubicada en Palmerola, tiene una de las tres mejores pistas de aviación de toda Centroamérica y, además, es escala obligada para el desplazamiento del Comando Sur hacia Sudamérica. Además, la base Soto Cano es la que alberga a la Fuerza de Tarea Conjunta "Bravo" compuesta por unos quinientos militares de EEUU dispuestos a entrar en combate en cuestión de horas. Hay que recordar que el ejército hondureño fue refundado por el embajador estadounidense John Negroponte y que, en los hechos, es un comando especial de las fuerzas armadas de Estados Unidos más que un ejército nacional hondureño. Todo esto es lo que está en juego en la elección presidencial de Honduras. Por ello Washington alentó el golpe contra "Mel" Zelaya y, en la actualidad, convalida la maniobra fraudulenta del presidente Hernández. La oposición jamás reconocerá la legalidad y la legitimidad de este proceso electoral, viciado desde sus raíces. La última aberración fue hace instantes comunicada por el TSE: procederá a contar los votos de las actas faltantes sin la presencia de los representantes de los partidos opositores. Es decir, el gobierno contará los votos y proclamará su fraudulenta victoria al margen de cualquier instancia de control independiente. Ante la monstruosidad de esta farsa electoral la oposición deberá exigir el llamado a nuevas elecciones pero bajo supervisión internacional porque está visto que el TSE es un apéndice del gobierno y que ni siquiera garantiza el correcto recuento de los votos, para ni hablar del entero proceso electoral. Y los gobiernos democráticos de Nuestra América deberán encolumnarse sin hesitar detrás de los reclamos de las fuerzas de la oposición para impedir la consumación de un "golpe blando preventivo" como el que está actualmente en curso hundiendo aún más a Honduras en una tremenda crisis nacional general. Por último, habrá que notificar al "Canalla Mayor" de las Américas que algunas anomalías están ocurriendo en el proceso electoral hondureño, sacándolo de su bien pagada obsesión por monitorear y desprestigiar al gobierno de nuestro Presidente Nicolas Maduro y las elecciones Venezolanas.