A 43 años de su detención, nos preguntamos: ¿Dónde está Jilberto Patricio Urbina? Detenido o Desaparecido

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Al Mundo entero,

Hermanos y Hermanas:

Jilberto Patricio Urbina, casado, estudiante de Medicina de la Universidad Católica, militante del MIR, fue detenido en la vía pública -posiblemente en los alrededores de Avenida Matta y Padre Orellana- por agentes de la Dirección de Inteligencia Nacional (DINA). Estos llevaban consigo a Hugo Ernesto Salinas Farfán, quien había sido detenido días antes (el 3 de enero) y se encontraba recluido en Villa Grimaldi, recinto secreto de detención y tortura de la DINA.

En este recinto, Salinas fue cruelmente torturado, obligándosele a participar y presenciar distintas detenciones. Fue así como el 6 de enero de 1975, al atardecer, lo sacaron de la Villa y lo llevaron a la detención del afectado.

Jilberto Patricio se encontraba alojando en la casa de unos tíos, ubicada en Padre Orellana 1256, junto a su cónyuge Angeles Beatriz Alvarez Cárdenas. Ese día había salido como a las 9 de la noche en dirección a Estación Central, según lo manifestó él mismo a su esposa. No retornó.

A las 23 horas del 6 de enero de 1975, alrededor de 15 civiles, agentes de la DINA, irrumpieron violentamente en el domicilio de Víctor Véliz, tío del afectado, ubicado en la calle Padre Orellana. Armados con metralletas, amenazaron a las 5 personas que allí se encontraban, todos familiares de la víctima, y procedieron a allanar el domicilio. Entre estos agentes iba una mujer morena, baja, gordita, de unos 25 años, a quien le decían "La Niña" y a la que Irma Dotte (tía de Jilberto Patricio) vio en el centro de la capital en dos oportunidades posteriores.

También iba un hombre de unos 28 años, rubio, de bigotes, que preguntó a Angeles Beatriz cómo era su marido. Cuando ella le dijo que era corpulento de más o menos 1.85 m. de estatura, él respondió que ya debía estar midiendo alrededor de 2.10 metros (clara alusión a la tortura que consistía en colgar a la víctima). El que hacía las veces de jefe tenía unos 38 años de edad, regular estatura, lentes ópticos y le faltaba el diente delantero superior. Fue éste quien confirmó que el afectado había sido detenido cerca de ese domicilio alrededor de las 21 horas.

Mientras los agentes apuntaban a los moradores de la casa con sus armas y los obligaban a permanecer quietos, Víctor Véliz les exigió que se identificaran. Como respuesta recibió un fuerte empujón que casi lo lanza al suelo. Según lo señaló Angeles Alvarez, entre estos agentes iba "El Teniente Pablo", Fernando Adrián Laureani Maturana, quien ante las insistencias de que identificaran, dijo que eran funcionarios de la DINA. Los individuos pidieron las cédulas de identidad de cada uno de los presentes -Angeles Alvarez, Víctor Véliz, Irma Dotte y dos familiares de estas dos últimas personas- y se los llevaron a alguien que esperaba afuera.

Cuando volvieron, preguntaron quién era "Angeles". Al responder ella, la tomaron y la condujeron de inmediato a la pieza que ocupaba junto a su marido. Allí, y mientras continuaba el allanamiento en el resto de la casa, debió mostrar todas sus pertenencias a los agentes. Un dinero que poseía, le fue arrebatado por éstos y entregado a la mujer que andaba con ellos. También la hicieron llenar un bolso con ropa de ella y de Jilberto Patricio. Enseguida procedieron a llevarla detenida y subirla a una camioneta Chevrolet C-10 color rojo, con toldo.

Cuatro agentes, incluyendo a la mujer, permanecieron en el domicilio de Padre Orellana. Al día siguiente, 7 de enero de 1975, alrededor de las 09:00 de la mañana, fueron reemplazados por otros tres funcionarios de la DINA. A través de conversaciones, dieron a entender que el afectado se encontraba detenido, que estaba muy "metido" y que no había opuesto resistencia. Manifestaron que se quedaban en el domicilio porque ese podía ser un lugar de reuniones del MIR. Se fueron a las 17:30 horas de ese día.

Por su parte, Angeles Beatriz Alvarez, al ser detenida, fue subida en la cabina de la camioneta roja, en donde quedó sentada al lado del chofer, custodiada por un hombre y una mujer. Supuso que en la parte de atrás, y bajo el toldo, iban más personas, a juzgar por sus voces. Detrás de la camioneta, iba un auto MG también rojo. Tomaron Avenida Matta, enfilaron por Grecia y a la altura de la Piscina Mundt, le taparon la vista con scotch y gafas negras. De inmediato se la condujo a Villa Grimaldi.

En este recinto fue ingresada a una pieza de madera de regulares dimensiones que, al parecer, era la sala de guardia. Aquí había dos mujeres y un hombre. La obligaron a desnudarse, la registraron minuciosamente y tomaron nota de todos sus datos personales. Al cuello le colgaron el N°816, su marido tenía el N°815. Después que le permitieron vestirse, entró a la pieza Marcelo Moren Brito, a quien llamaban "El Ronco" por su peculiar tono de voz. Este le informó de la detención de Jilberto Patricio y le pidió que colaborara para evitar ser torturada.

Enseguida llevaron a la habitación distintas personas. Entre ellas, a los detenidos Héctor Hernán González Osorio y Humberto Menanteaux, quienes en febrero de 1975 fueron obligados a participar en una declaración pública transmitida por cadena de radio y televisión, relativa a la situación del MIR. También entró María Alicia Gómez, "Carola", militante del MIR, quien se había transformado en colaboradora de la DINA, con posterioridad a su detención.

Después, Ángeles Beatriz fue sacada de la pieza y trasladada a un patio, donde estuvo de pie alrededor de una hora y media, vigilada por un guardia armado. Proveniente de una sala contigua, situada posiblemente detrás de ella, escuchó la voz y gritos de dolor de su marido. En horas de la madrugada, fue conducida a la pieza de las mujeres.

Al día siguiente, 7 de enero, como a las 10:00 de la mañana, la llevaron a la sala de interrogatorios. Allí tuvo que presenciar cómo era torturado su esposo. Los agentes de la DINA le quitaron la venda de los ojos y pudo ver a Jilberto Patricio Urbina desnudo sobre la "parrilla" (catre de fierro donde se ataba a las víctimas para aplicarle corriente en diferentes partes del cuerpo). A las 16:00 de la tarde de ese mismo día, la llevaron, por segunda vez, a ver las torturas que sufría el afectado. Posteriormente, ella sería sometida a igual trato en tres oportunidades: aplicación de corriente eléctrica, golpes y quemaduras de cigarrillos.

Angeles Beatriz permaneció en Villa Grimaldi hasta el 15 de enero de 1975. Durante ese lapso, vio a Osvaldo Romo, quien ingresaba habitualmente a la pieza de las mujeres. En una de esas ocasiones se acercó a la testigo y le dijo "yo los conozco mucho, a ti y a tu marido", dándole a entender que sabía todos los antecedentes de su caso. En cuanto a Jilberto Patricio, lo veía todos los días, a las 06:00 de la mañana o a las 19:00 de la tarde, cuando llevaban a los hombres al baño, incluso, a veces se encontraban en el trayecto. El día 12 de enero, lo vio en el patio y se hicieron señas.

Cuando la sacaron de Villa Grimaldi para trasladarla a Cuatro Alamos, Marcelo Moren se despidió de Angeles Beatriz. Ella le preguntó por su marido y el agente de la DINA le respondió "le faltan unas preguntitas, ligerito va a irse". En mayo de 1975, encontrándose la testigo ya en Tres Alamos, el recinto fue visitado por el Coronel Ramírez del Servicio Nacional de Detenidos (SENDET), quien, al presentarle ella la situación de desaparecimiento de Jilberto Patricio Urbina, le contestó que tenían "una lista de 60 personas detenidas a las que iban a hacer aparecer luego". Jilberto Patricio Urbina Chamorro fue visto por 10 personas recluidas en Villa Grimaldi. Entre ellas, María Alicia Salinas, la que solía verlo en su cotidiano paso al baño.

Por su parte, Manuel Alejandro Cuadra Sánchez estuvo un día con el afectado en la misma "cajonera" (celdas de un metro por lado en donde sólo se podía estar de pie o en cuclillas y en las que solían haber cuatro personas encerradas). Después, Jilberto Patricio fue trasladado a otra "cajonera" y el testigo podía verlo cuando los llevaban al baño. Hugo Ernesto Salinas -había presenciado la detención de la víctima- testimonió que, alrededor del 25 de enero, vio cuando sacaban de Villa Grimaldi a Jilberto Patricio Urbina, junto a Claudio Enrique Contreras, a Carlos Eduardo Guerrero y a Luis Humberto Piñones. Todos ellos desaparecieron. Es la última fecha en que se les ve.

Hoy día exigimos respuestas que permitan dar con el paradero de Jilberto Patricio Urbina, ¡prohibido olvidar!

Rescatando la Memoria Histórica Revolucionaria.

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