Stalin: Estructura de la economía nacional de la URSS

Las Gran Revolución Socialista de Octubre suprimió el poder de las clases explotadoras, estableció la dictadura del proletariado y abrió camino a una transformación radical de todo el régimen social.

Inmediatamente después de la nacionalización (es decir, conversión en propiedad del Estado socialista) de la gran industria, el transporte y la tierra, empezó un proceso, más lento, de cooperación de la pequeña industria artesana y de colectivización de la agricultura, basada antes en pequeñas haciendas campesinas.

Como resultado de la realización de los primeros planes quinquenales, este proceso desembocó en la victoria del socialismo.

El País de los Soviets resuelve la histórica tarea de dar cima a la edificación de la sociedad socialista y del paso gradual al comunismo.

La Unión de Repúblicas Socialistas es el primer país socialista del mundo y en el transcurso de treinta años fue el único país socialista.

Este es el rasgo principal entre los que distinguen al país soviético de todos los demás.

El régimen socialista soviético se basa en la propiedad social sobre los medios de producción. En la U.R.S.S. no existe la explotación del hombre por el hombre. La economía nacional se desarrolla conforme a un plan elaborado con el fin de satisfacer plenamente las crecientes demandas de los trabajadores sobre la base de un desarrollo ininterrumpido de la producción. En la sociedad socialista rige el principio de distribución según el trabajo. Aumenta sin cesar el bienestar del pueblo y se eleva más y más su cultura.

Toda la historia de la edificación económica en la Unión Soviética es una prueba evidente de las ventajas que el sistema económico socialista tiene sobre el capitalista.

Mientras que en los países capitalistas el desarrollo de la economía se opera< siempre sobre una base inestable y observamos el paro forzoso y frecuentes crisis, la economía nacional de la U.R.S.S. se desarrolla incesantemente y no conoce las crisis ni el paro forzoso. Desde la instauración del poder soviético, se ha llevado a cabo el reequipamiento técnico y la reorganización de todas las ramas de la economía del país, tanto de la industria y el transporte como la agricultura. La electrificación no sólo ha afectado a la industria y las grandes ciudades, sino también a la agricultura y al campo. Se han mecanizado las industrias de transformación y minera, así como el transporte, la agricultura y la economía forestal. Durante este período, la industria de construcción de maquinaria ha pasado a producir máquinas de toda clase, comprendidas las más complejas. El desarrollo de la electrificación y de la construcción de maquinarias ha contribuido más que nada a los éxitos económicos de la Unión Soviética.

Gracias a la solicitud del Gobierno, la ciencia soviética ha alcanzado un nivel extraordinariamente elevado y ha enriquecido la técnica con importantísimos e invenciones. La edificación económica se ha desplegado en todo el país, hasta en las regiones más lejanas del norte, el sur y el oriente. La enseñanza general, lo mismo que la especial y técnica, son patrimonio de las amplias masas de los trabajadores, de cuyo seno han salido magníficos héroes del trabajo socialista, innovadores y organizadores de la producción, hombres de ciencia y escritores.

Las ventajas del sistema económico socialista y del régimen soviético, han permitido a la U.R.S.S. salir airosa de las más duras pruebas. En los primeros años de su existencia, el país soviético, al que la primera guerra mundial había arruinado extraordinariamente, restableció su economía nacional en un plazo brevísimo, mucho antes que otros países dañados por la misma guerra.

Después de la segunda guerra mundial, en cuyo desenlace, es decir, en la derrota de los agresores fascistas, la Unión Soviética desempeñó el papel decisivo, el Estado soviético no sólo restañó las graves heridas causadas al país por las hordas fascistas y restableció el nivel económico de anteguerra, sino que superó considerablemente dicho nivel en todas las ramas de la economía.

La dictadura del proletariado y las ventajas del régimen soviético permitieron al Estado socialista acabar con el colosal tributo que pagaban de año en año los trabajadores a los capitalistas "patrios" y extranjeros. El pueblo soviético pudo acabar en un plazo relativamente corto con el desbarajuste económico engendrado por las guerras mundial y civil y emprender la edificación de su economía bajo la consigna de "alcanzar y sobrepasar" a los países capitalistas más adelantados en el sentido técnico.

En la sociedad socialista no existen la competencia, ni las crisis, ni el paro forzoso. En la U.R.S.S. nada se opone a la aplicación de las máquinas más potentes, y los progresos en el desarrollo de las fuerzas productivas son base y premisa del desarrollo ulterior. Hay que tomar también en consideración las demás ventajas del sistema soviético de economía, y ante todo, el hecho de que la clase obrera del país soviético no trabaja para los capitalistas, sino para ella misma, creando sus propios métodos de trabajo colectivo, cristalizados en la emulación socialista. El movimiento de los innovadores ha elevado considerablemente la productividad del trabajo, dejando muy atrás las viejas normas. La productividad por obrero había aumentado en 1940, contra el período anterior a la revolución, en unas cuatro veces como mínimo, al mismo tiempo que se redujo la jornada de trabajo.

El empleo de poderosas máquinas en la economía socialistas, desarrollada conforme a un plan, ha llevado a un desenvolvimiento intenso de las fuerzas productivas sin presente en ningún país del mundo.

Después de haber restablecido con extraordinaria rapidez el nivel de la anteguerra (ya para 1949), en todas las más importantes ramas de la economía nacional de la U.R.S.S. se observa en los últimos años un inusitado incremento de la producción.

El índice más característico del desarrollo de la economía nacional del país lo constituye el aumento de la renta nacional, es decir, de la suma de los nuevos valores creados en todas las ramas de la economía.

Desde que terminó la guerra civil, la renta nacional de la U.R.S.S. viene aumentando sin cesar.

En 1940, la renta nacional del país había aumentado en más de seis veces, comparada con la de la Rusia zarista (1913); en 1950, en diez veces, y en 1953, en quince veces. Ningún país ha conocido en el transcurso de su historia tan impetuoso desarrollo de su economía nacional.

La U.R.S.S. se desarrolla siguiendo la línea de la industrialización, es decir, el incremento de la industria es superior al de la agricultura, y la industria pesada se desenvuelve mucho más rápidamente que la ligera.

La Unión Soviética (en tiempos de Stalin) se ha convertido definitivamente en un país industrial.

Los éxitos alcanzados en la industrialización en virtud del cumplimiento de los planes quinquenales se han reflejado en el aumento de la población urbana. En 1926, vivían en las ciudades de la U.R.S.S. 26,3 millones de personas; en 1940, 60,6 millones. La población de la U.R.S.S. era en abril de 1956 de 200,200.000 habitantes.

La industria pesada, con su núcleo —la construcción de maquinaria—, se ha convertido en la rama básica de la economía nacional.

La sabia política del Gobierno de Stalin, firmemente orientado a la industrialización del país y al desarrollo preferente de la industria pesada y de construcción de maquinarias, fue un factor decisivo y permitió al pueblo soviético asestar un golpe demoledor al fascismo alemán, que disponía de la mayor parte de los recursos de la Europa Occidental.

La Unión Soviética ha conseguido no depender en nada de los países extranjeros.

Afines del segundo quinquenio (1937), el País de los Soviets ocupó por la producción global el primer lugar de Europa y el segundo del mundo, cediendo únicamente a los Estados Unidos.

El País de los Soviets dispone de todas las condiciones necesarias para resolver en un brevísimo lazo histórico, siguiendo la senda de la emulación económica pacífica, la tarea económica fundamental de la U.R.S.S.: alcanzar y adelantar en la producción por habitante a los países capitalistas más desarrollados.

El ritmo de incremento de la producción industrial de la U.R.S.S. es incomparablemente superior al de los EE. UU. Y de cualquier otro país capitalista. En veintiséis años 1929-1954, la producción industrial de los Estados Unidos aumentó un poco más del doble, mientras que en la U.R.S.S. el incremento fue de más de veinte veces.

—Traidores de la U.R.S.S.: Kruschev, Brezhnev, Gorbachov, y el borracho Yeltsin.

¡Siempre Stalin!



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Manuel Taibo


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