Michelle Bachellet y la abstención del gobierno chileno

Sería inevitable al hablar de la dignidad chilena, al menos durante la segunda mitad del siglo pasado, que no emergieran los nombres de Salvador Allende, Pablo Neruda, Víctor Jara, y de muchísimos otros nombres que no vamos a mencionar porque sin duda la lista es muy larga. Uno de esos nombres es el del general Bachellet que es justamente el padre de la señora que ahora esta residenciada en la casa de la moneda, el mismo palacio presidencial donde el 11 de septiembre de 1.973 cayera en combate el primero y único jefe de Estado chileno realmente socialista. Después de la caída de Salvador Allende, Los socialistas chilenos se reacomodaron al nuevo escenario político que les permitió convivir con la dictadura en la tragicómica postura de quienes se dicen ser revolucionarios, pero no hacen nada para cambiar el omniminioso estado de oprobio en el que un gorila asesino como Pinochet, había sumido a la Nación Austral.

Ese tipo de socialismo practicado por los chilenos durante la dictadura pinochetista y en la era postdictatorial, esa cosa, es lo que podríamos denominar queriéndole dar un nombre, Socialismo postmodernista; y es esa suerte de Bodrio donde no hay orientación posible; y donde la luz para guiarse no es el materialismo histórico sino la incertidumbre de la teoría del Caos. Los resultados de esa lastimosa franquicia en que se convirtió el socialismo chileno han dado sus frutos de frustración y de modorra. Son como los frutos de la mandrágora. Uno de esos frutos de necrofilia, es precisamente la abstención del gobierno chileno en favor del Imperio norteamericano en la puja que libra Venezuela por obtener un puesto como miembro no permanente en el Consejo de Seguridad de la ONU. La señora Bachellet, no se pudo contener, y antes de que comenzara la votación declaró que se abstendría. Bien sabe la señora Bachellet que esa abstención en contra de Venezuela y en favor de los verdugos de Chile, no es la voluntad y el voto de la dignidad chilena. Una abstención en ese escenario es ponerse abiertamente del lado de los asesinos del sueño y de la esperanza de Chile por liberarse del yugo imperialista, esperanza que parece haber muerto con salvador Allende. La Abstención de la señora Bachellet, es por decir lo menos, una traición a su padre que fue torturado por la dictadura pinochetista dirigida por la CIA.

Parece olvidar la señora Bachellet que Venezuela es la nueva esperanza de los pueblos oprimidos del mundo, y que conjuntamente con Cuba y Bolivia se baten en una batalla sin retorno por derrotar el capitalismo, y para hacer que triunfe definitivamente la causa socialista; que es la única causa que puede garantizarle a la humanidad alcanzar su verdadera felicidad. Y es precisamente en contra de esa causa que se abstiene la señora Bachellet. ¡Qué pena!

La señora Bachellet aun continúa llamándose socialista, ensorbecida como está en su Franquicia, pero ella ha de saber que su socialismo no tiene ninguna diferencia con el borreguismo tropical que ha apuntalado los desmanes y el saqueo del Imperialismo yankee en Centroamérica y en América Latina. El socialismo de la señora Bachellet es la nueva celestina de la escalada neoliberal del Imperio en contra de los Pueblos del llamado tercer mundo.

¿Qué podemos sentir por la Señora Bachellet y por su socialismo de Franquicia?


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Eduardo Mármol


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