En tiempos de Stalin: La geografía económica de la URSS

Después de la Gran Revolución Socialista de Octubre cambiaron radicalmente las condiciones del aprovechamiento económico de nuevas tierras, pues éste ha dejado de ser una empresa privada y se lleva a cabo con medios y recursos del Estado, de un modo organizado y con arreglo a un plan. El desarrollo industrial de las regiones nacionales periféricas no sólo no es dificultado, sino que, por el contrario, se acelera por todos los medios. El poder soviético está vitalmente interesado en la industrialización de las regiones periféricas y en el crecimiento numérico de los obreros entre la población local. El aumento de la productividad del trabajo, indisolublemente ligado con el socialismo, exige la aproximación de la industria a las laterías primas y el aprovechamiento económico de los recursos naturales aún sin explotar. Cuanto más cerca de sus materias primas se encuentre la industria, tanto menores serán los gastos para transportarlas a las fábricas. Como es lógico, la reconstrucción socialista de la economía nacional, no sólo va acompañada del aumento general de la producción, sino también de considerables cambios en su distribucción geográfica.

El principal de estos cambios, el desplazamiento hacia el este, se ha efectuado gracias a la construcción del conjunto minero y metalúrgico Uralo-Kuznietsk, en la zona de los Urales, la cuenca hullera de Kuznietsk (Kuzbáss) y la franja de Siberia Occidental y Kazajstán Septentrional, entre ellas situada.

En tiempos de los zares, la economía de este enorme territorio estaba muy poco desarrollada; era sobre todo débil la industria. En los Urales, que disponían de riquísimas reservas de mineral de hierro y otros metales, pero carecían de carbonos coquificables, el mineral de hierro se fundía en pequeñas y viejas fábricas a base de carbón vegetal.

En la cuenca de Kuznietsk, que por sus reservas de hulla, en aquel entonces apenas exploradas, tiene importancia mundial, no se sabía de ningún yacimiento considerable de mineral de hierro; la hulla se extraía en ínfimas cantidades, únicamente para las necesidades del Transiberiano.

Así, pues, el mineral de hierro de los Urales y los carbones coquificables de Kuznietsk no eran, de hecho, aprovechados.

Todo el territorio de los Urales al Yeniséi exportaba principalmente trigo y mantequilla y sólo una insignificante cantidad de metal, producido en las fábricas de los Urales. No había allí ni una sola gran ciudad, cuya población pasara de 100 mil habitantes.

Sólo con el régimen socialista ha sido posible la conjugación industrial de los carbones del Kuzbáss y el mineral de hierro de los Urales, situado a una distancia de dos mil kilómetros. El acuerdo, adoptado por el Partido Comunista en 1930, de crear una segunda base hullera y metalúrgica en el este del país —el conjunto Uralo-Kuznietsk (C.U.K.)— fue realizado con una rapidez sin precedente en la historia. Tanto en los Urales (en la ciudad de Magnitogorsk, al pie de la montaña Magnítnaia, que encierra enormes reservas de mineral de hierro), como en el Kuzbáss (a orillas del Tomi, cerca de la antigua Kuznietsk) se construyeron gigantescas fábricas metalúrgicas dotadas de la más moderna maquinaria. La potencia de cada una de ellas supera en mucho la de todas las viejas fábricas de los Urales juntas. Trenes directos llevan el mineral de hierro de los Urales al Kuzbáss y el carbón coquificable del Kuzbáss a los Urales. Gracias a esta ayuda mutua, la producción de metal aumentó rápidamente tanto en los Urales cono en el Kuzbáss. Actualmente, la metalurgia de los Urales cuenta con una base hullera situada más cerca, en Karagandá, y el Kuzbáss, a su vez, también tiene en sus cercanías una base de mineral de hierro y sigue desarrollándola.

Sobre la base del metal propio, cuya producción aumentaba en proporciones cada vez mayores, en la zona del conjunto minero y metalúrgico Uralo-Kuznietsk se levantaron ya antes de la Gran Guerra Patria (1941-1945) las más diversas fábricas de maquinaria pesada, que producían locomotoras, vagones, barcos, maquinaría, instalaciones para fábricas metalúrgicas y máquinas agrícolas.

Durante la guerra, la producción industrial de esta zona ha vuelto a aumentar de tres a cuatro veces más, debido a la incesante construcción de nuevas empresas y a la evacuación de instalaciones fabriles desde el oeste del país.

El avance de la industria hacia el este, iniciado ya en virtud de los planes quinquenales de la anteguerra y acelerado más tarde a causa de la Gran Guerra Patria, continúa en la actualidad. Al mismo tiempo que se desarrolla la industria pesada, se crea la ligera. Además de la producción de maquinaria pesada y sobre su base se desarrolla la de maquinaria compleja y de alta precisión (electrotecnia, automóviles, bicicletas, relojes, aparatos de medición, etc.). Los Urales se han convertido ya, de una zona estrictamente minera, en una zona industrial de múltiple y alto desarrollo. En la misma dirección se desarrolla también el Kuzbáss y toda la zona del conjunto minero y metalúrgico de Uralo-Kuznietsk.

El C.U.K. constituye una potente base industrial avanzada hacia el este del país para impulsar el desarrollo de las zonas vecinas, y ante todo de Siberia Oriental y el Extremo oriente, que ocupan casi la mitad de la superficie de la U.R.S.S. En la anteguerra, los Urales contribuyeron a la construcción del Kuzbáss, y ahora éste contribuye a la edificación de la industria en Siberia Oriental.

La creación de una industria pesada —desde la metalurgia hasta las ramas más complejas de la construcción de maquinaria— en la lejana Siberia, que bajo el régimen zaristas era uno de los rincones más apartados del país, constituye un gigantesco desplazamiento de la economía hacia el este, un desplazamiento sin precedente en la historia. El volumen global de la producción con 1940, en cuatro veces.

Son muy importantes los avances que se han producido en la dirección Sur: en el Cáucaso, el Kazajstán y el Asia Central. Gracias a la política nacional soviética, los pueblos de estas atrasadas regiones periféricas de la Rusia zarista fueron emancipados e incorporados a la edificación de una nueva vida, de una vida libre. La firme seguridad en un porvenir luminoso despertó un gran entusiasmo en las masas trabajadoras. Toda la población participó en la construcción de varios grandes canales de riego en el Daguestán, el Uzbekistán y en otros lugares. Como resultado de grandes inversiones no sólo ha aumentado en varias veces la producción de las antiguas ramas de la economía (el petróleo en el Cáucaso y el algodón en el Asia Central, el sur del Kazajstán y en el Cáucaso), sino que también se ha creado una avanzada industria transformativa, al principio ligera (de la alimentación y textil, a base de materias primas locales) y posteriormente pesada, comprendidas la metalurgia y la construcción de maquinaria. Han surgido decenas de importantes centros industriales. La economía es ahora incomparablemente más potente y variada.

Todas las repúblicas y regiones de población no rusa, antiguas colonias del zarismo, emancipadas por el poder soviético de la opresión que sufrieran durante siglos, desarrollan su industria a un ritmo que supera en mucho el del desarrollo de toda la Unión Soviética, poniendo fin de este de este modo a su secular atraso.

También son grandes los éxitos alcanzados en la incorporación del Extremo Norte a la vida económica del país. La explotación regular de la Ruta Marítima del Norte y el desarrollo de las tradicionales ramas de la economía (la cria de renos, la pesca y la caza), así como la creación de varios centros madereros y mineros, han permitido incorporar estos remotos y casi vírgenes lugares al cauce de la edificación socialista. La Ruta Marítima del Norte, la principal vía para el aprovechamiento económico de las regiones del Extremo Norte, ha facilitado las comunicaciones con esta parte del país y ha desempeñado para el norte de Siberia se ha creado una extensa red de escuelas, hospitales, puestos médicos y veterinarios, centros culturales, etc. Los pueblos del norte siberiano han sido incorporados a una vida culta. El poder soviético organizó allí la lucha contra el tracoma, extendió la vacunación de los niños contra la viruela y la inoculación de sueros contra la peste a los renos.

Las nuevas condiciones de vida y la gran preocupación del Gobierno soviético por las nacionalidades del norte han conducido a un considerable aumento natural de la población.

Para desarrollar la caza de animales de piel fina, se han organizado bases de caza y factorías, que compran a los cazadores las pieles y les proporcionan víveres, equipos y todo lo necesario para su industria. La cría de renos ha progresado notablemente gracias a la organización del servicio veterinario y de grandes sovjoses especiales.

El avance de la agricultura hacia el norte tiene también gran importancia. Gracias a la creación de focos de agricultura polar, el norte del país cuenta con hortalizas frescas, muy necesarias para luchar contra el escorbuto.

Las más grandes nacionalidades del norte han formado comarcas nacionales especiales, en las que se han organizado centros de enseñanza superior que preparan especialistas entre la población local.

Como resultado de todos estos avances, los límites del territorio incorporado a la vida económica se han alejado mucho, tanto hacia el este y el norte, como hacia al sur. Así, pues, se ha creado una nueva geografía del país, muy distinta de la anterior a la Revolución.

Los trabajos de prospección geológica, llevados a cabo en gran escala, han permitido descubrir nuevos e importantes yacimientos de hulla, petróleo, mineral de hierro, etc., lo que ha contribuido al desarrollo de la economía en los diversos confines de la Unión Soviética. Por las reservas conocidas de minerales de hierro, manganeso, cobre, plomo, bauxitas, níquel, wolframio, sales potásicas y fosfatos, la U.R.S.S. ocupa el primer lugar del mundo. Así, la industria socialista dispone de una riquísima base de materias primas. Son sobre todo enormes las riquezas naturales del este. Baste decir que en las regiones orientales del país se encuentran el 75% de las reservas de hulla de toda la Unión Soviética, el 80% de energía hidráulica, las cuatro quintas partes de las riquezas forestales, las mayores reservas de metales no ferrosos y raros e ingentes yacimientos de mineral de hierro.

En las regiones orientales, en la zona del Volga, los Urales, Siberia, el Extremo Oriente, la Kazajia y las repúblicas federadas del Asia Central ha sido creada una potente base industrial del país. Las regiones orientales del país dieron casi una tercera parte de toda la producción industrial de la U.R.S.S., más de la mitad del acero, de los laminados y del petróleo, casi la mitad de la hulla y más del 40% de la energía eléctrica.

La Directiva del Congreso del P.C.U.S, señalan la necesidad de aprovechar al máximo los abundantes recursos naturales de las zonas orientales del país. En estas zonas se creará un sistema un sistema de empresas de la industria pesada, sobre todo de las ramas que requieren gran consumo de electricidad y combustible; se efectuará una amplia construcción de plantas siderúrgicas y de la metalurgia no ferroso, de grandes centrales hidroeléctrica y termoeléctricas, de fábricas de maquinaria, de productos químicos y otras empresas.

El nuevo plan quinquenal plantea el objetivo de mejorar la distribución territorial de las fuerzas productivas, acercando la industria a las fuentes de materias primas, combustible y energía, así como a las zonas consumidoras. Para resolver esta tarea se precisa una acertada especialización y un desarrollo múltiple de la economía de las distintas zonas, procurando utilizar de la manera más eficaz sus recursos naturales y de mano de obra para elevar la productividad del trabajo social.

¡Siempre Stalin!



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Manuel Taibo


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