Estructura de la economía nacional de la Rusia zarista

A pesar de sus riquezas naturales, la Rusia zarista era un país pobre y atrasado. La renta nacional por habitante era en la Rusia zarista mucho más baja que en Alemania, Inglaterra y los Estados Unidos.

La Rusia zarista era un país agrícola. Las cinco sextas partes de la población vivían de la agricultura; cerca de las tres cuartas partes de la exportación del país lo que constituían los productos agrícolas; correspondían a la agricultura las dos terceras partes de la renta nacional; la industria estaba poco desarrollada.

Aunque por su superficie la Rusia zarista ocupaba el primer lugar en el mundo y por su población el tercero, por las proporciones de su producción industrial quedaba en quinto lugar, después de los EE.UU., Alemania, Inglaterra y Francia. Si bien era considerada una gran potencia, dependía económicamente de los grandes países capitalistas, estaban endeudada con ellos y tenía que pagarles grandes intereses. Muchas empresas industriales —fábricas, minas, etc,— habían sido fundadas con capital extranjero; los propietarios de aquellas empresas vivían fuera de Rusia, y las ganancias iban a parar al extranjero.

La agricultura, base de la economía de la Rusia zarista, se distinguía por su extremo atraso. El sistema de tres hojas, el arado primitivo, la ausencia casi total de abonos químicos, malas e inestables cosechas: tales eran los rasgos característicos de aquel atraso.

A pesar de las enormes áreas y de que la mayoría aplastante de la población vivía en aldeas y se ocupaba de la agricultura, la Rusia zarista, a causa de las malas cosechas, obtenían muy poco grano por habitante.

En cuanto a los motores mecánicos, en la parte europea de Rusia correspondían 1,6 HP por cada 100 habitantes, mientras que en Alemania la proporción era de 12,8 HP y en Inglaterra de 24. Ello evidencia que el equipamiento técnico de la Rusia zarista era extremadamente reducido y que, por tanto, la productividad del trabajo se hallaba a un nivel muy bajo.

Por su ramificación, la industria de la Rusia zarista se parecía a la de una colonia o una semicolonia.

En la ramificación de la industria, lo principal es la proporción entre la industria pesada y la ligera.

En la industria pesada entra la producción de medios de producción, es decir, la fabricación de máquinas y otros medios técnicos necesarios para la industria, la agricultura y el transporte, así como la extracción de combustible (hulla, petróleo, etc.) y la obtención de las materias primas (metales, productos químicos y materiales de construcción) con las que se fabrica el utillaje industrial y todo lo necesario para la producción. En la industria ligera entra la fabricación de medios de consumo, es decir, la de víveres, ropa y artículos de uso doméstico; en general, todo lo que se destina directamente al consumo y no al desarrollo de la producción. Se considera económicamente independiente al país que produce todo el equipo industrial que necesita. Además, la industria pesada es necesaria para la defensa del país. Las colonias, semicolonias y países dependientes, en general, se distinguen porque su industria pesada es muy débil.

Mientras que los países capitalistas avanzados como Inglaterra, Alemania y los Estado Unidos tenían muy desarrollada precisamente la industria pesada, en la Rusia zarista las ramas principales de la industria eran la de la alimentación (que constituías algo así como una prolongación de la agricultura) y la textil. La industria pesada estaba poco desarrollada, y más de su mitad pertenecía al capital extranjero. Las máquinas para la agricultura y, sobre todo, para la industria extractiva y de transformación eran importadas.

La Rusia zarista era tributaria del capitalismo de la Europa Occidental, pero sus regiones periféricas coloniales eran tributarias de la metrópoli, es decir, de la parte del país que circundaba Moscú.

La metrópoli explotaba a las colonias, que suministraban materias primas a su industria y consumían los artículos industriales por ella producidos. La industria de transformación estaba concentrada casi totalmente en la Rusia propiamente dicha, y el desarrollo industrial de las zonas periféricas coloniales —Siberia, el Asia Central y la Transcaucasia— se frenaba por todos los medios en beneficio de la burguesía rusa, que era la dominante.

Así, por ejemplo, no se construían fábricas textiles ni en el Asia Central ni en la Transcaucasia (aunque allí había algodón), y sí, en algunos casos excepcionales, se permitía construirlas (en Bakú se levantó una fábrica), era únicamente a condición de que los artículos fuesen exportados al extranjero (al Irán).

Ferrocarriles sólo se tendían de la metrópoli a las colonias (para sacar de ellas materias primas), pero no entre las colonias. Esto se hacía para impedir su desarrollo independiente*.

La principal región industrial de la Rusia zarista era la zona industrial del centro, con su industria textil (algodonera, lanera, linera y sedera). Se destacaban también por su desarrollo industrial la zona minera y metalúrgica del sur, la zona minera y metalúrgica de los Urales y Petersburgo (hoy Leningrado) fue. En estas cuatro regiones industriales se hallaban las dos terceras partes de toda la industria. Las zonas periféricas coloniales se distinguían por su extremo atraso económico. En estas zonas había únicamente focos aislados de la industria minera; sólo el petróleo de Bakú y el oro de Siberia desempeñaban un papel importante en la economía nacional.

¡Ahí tienen a Venezuela, una casta dirigente, incapaz y malandraje!

¡Stalin, siempre!



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Manuel Taibo


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