En las trogloditescas, y poco confiables elecciones presidenciales en Colombia, ha resultado ganador Iván Duque Márquez, un miembro de la capa media alta colombiana, con pretensiones de igualarse con la clase burguesa, dueña, conjuntamente con Álvaro Uribe Vélez, de más del 95% de las tierras cultivables de un país nuestro americano, sumido en la pobreza, desde hace más de 70 años.
En su primer discurso como presidente el abogado, egresado de la ultraconservadora Universidad Sergio Arboleda, privada por supuesto, expresó un montón de aseveraciones que no son verdad, para ocultar la realidad social colombiana, y su macabro plan de ejecuciones prácticas, en contra de la clase obrera y el pueblo trabajador colombiano.
Primero examinemos los potes de humo, que lanzó sin ninguna gracia sobre la inteligencia de la mayoría de colombianas y colombianos que no tienen casa propia, sin educación y salud pública, y por tanto condenados, según su idealismo, a vivir para siempre en un país alquilado:
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"No más divisiones"
Como si el país, y su realidad social, económica política, no estuvieran profundamente divididos en clases, lucha de clases, o en estratos para utilizar la categoría de Max Weber.
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"No reconozco enemigos"
Esta afirmación en boca de un conspicuo enemigo de la clase obrera, es más que una mentira, es una bocanada de cinismo, que no es creíble ni por sus confesores los jesuitas de la Universidad Georgetown, donde estudió negocios, o los metodistas de la American University, donde estudió gerencia de políticas públicas de usufructo privado para las empresas prestadoras de servicios, o de los consejeros espirituales de Harvard, donde estudió en su Escuela de Negocios y Gobierno, negociación estratégica, políticas de fomento al sector privado y gerencia de capital de riesgo de corta duración.
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"Lucha contra la corrupción, la politiquería, y el clientelismo"
Como si los gobiernos que ha tenido el Estado colombiano en los últimos 70 años, unos más que otros, incluido el que él va a encabezar, no hubiesen sido, y seguirán siendo corruptos, politiqueros y clientelares.
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"Las mafias de la salud".
La afirmación de que va combatir "Las mafias de la salud" no es digerible por un dragón de Comodo. ¿Cómo podría combatirla, si él, Iván Duque, fue el asesor principal de Uribe para el diseño y funcionamiento de las EPS que mantienen privatizada la salud en Colombia? cosa que sabe hacer muy bien el recién electo presidente, de acuerdo a sus estudios de negocios en las universidades religiosas del imperialismo.
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"Construir la seguridad"
Habló el nuevo presidente de "Construir la seguridad" para alcanzar "Una sociedad libre de miedo". Esto se parece bastante a un pasaje de la picaresca española, atribuibles al arte novelesco de Mateo Alemán o del mismísimo Don Francisco Quevedo y Villegas. Una mentira así es un falso positivo encaramado sobre el genocidio del pueblo trabajador colombiano, en el marco de la social democracia vendida a los intereses del capital trasnacional. El miedo en Colombia, ya es una enfermedad crónica, que ha comenzado a contagiar a sus propios propagadores, como el señor Uribe, su principal mentor, por ejemplo.
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"No vamos hacer trizas los acuerdos"
Los acuerdos de paz con las FARC-EP, y otras fuerzas insurgentes ya están hecho trizas. Sus mentores, y su dueño el imperialismo yankee- israelí, quieren exterminar, como están exterminando, hasta el último miembro de las fuerzas insurgentes que por más de 50 años han enfrentado la dictadura del Estado burgués colombiano.
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"Un país de oportunidades"
La retórica burguesa se derrite en medio de un inmenso lago de aceite quemado. Ante la agudización de la lucha de clases en Colombia, Iván Duque, el nuevo presidente, se le ocurre que la sobrevivencia de la clase obrera y trabajadora, pueden ser confiadas a la suerte, "divina providencia", picardía española, contrabando, bachaqueo, peso Today, peso Cúcuta, micro, y macro tráfico, entre otras formas de estafa, a las propias víctimas de la explotación privada capitalista, que son utilizadas por medio de esa conducta marañera y mafiosa, para profundizar la pobreza, hasta la miseria. Esas "oportunidades" del señor Duque, cronológicamente joven, pero estructuralmente más viejo que el Pato Donald, están encaramadas sobre la pretensión de su amo imperialista de construir una crisis humanitaria en Venezuela, mediante la extracción de sus alimentos, y sus riquezas materiales, compradas a precio de gallina flaca, mediante la devaluación ilegal y criminal del bolívar, signo monetario que en la medida de intercambio internacional, sigue ocupando el 14º lugar entre las monedas más cotizadas del mundo, mientras que el peso se mantiene entre las 5 más depreciadas del planeta. Sin embargo, parte de las oportunidades de Duque están, en seguir aplicando la resolución Nº 8 del Banco de la República de Colombia para enriquecerse aceleradamente con el cambio paralelo bolívar-peso, que mediante el fraude pone al signo monetario colombiano escandalosamente por encima del bolívar fuerte.
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"La armonía entre empleadores y trabajadores"
Espera lograr Iván Duque "La armonía entre empleadores y trabajadores", otra mentira más: la burguesía y el proletariado son clases antagónicas y por tanto irreconciliables; es un sueño imperialista, que no ha logrado ni mínimamente ningún gobierno, en el propio territorio norteamericano.
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"El país de la sostenibilidad ambiental"
El señor Duque parece olvidar que la adhesión inconsulta del Estado burgués colombiano a la OTAN, decidida por la dictadura capitalista, sin consultar al Pueblo, trae consigo el mayor desastre ambiental que haya conocido ningún país en esta parte de nuestro continente. El territorio colombiano será convertido en un vertedero de la chatarra bélica internacional, con su consabida carga de contaminación, y muerte.
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"La Ley del Veterano"
No conocemos el texto de esta Ley, pero las leyes en Colombia, especialmente en Colombia, elaboradas con las ideas de la clase burguesa, como donde quiera que exista el capitalismo, son leyes para someter a la clase obrera, y consolidar por su puesto, el dominio de la burguesía, única dueña del Estado
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"El país de la Justicia social"
La justicia social no existe, mientras exista la división de clase, propia de la dominación del modo de producción capitalista, y su dictadura superestructural. En Colombia la Justicia social es una quimera. La Justicia es para la burguesía, dueña de su Estado, ¿Cómo puede ser social, una justicia privada para proteger al amo, y castigar al esclavo?
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"Un gabinete 50% conformado por mujeres"
Este es un cuento, un poco viejo ya, incubado en los laboratorios reformistas de la CIA, y refritado por los movimientos sociales tutelados por el imperialismo yankee-israelí. En la fundamentalidad teórica, se trata de negar la lucha de clases, y desconocer a la clase obrera, sujeto histórico emergente oprimido por la formación económico social capitalista, en su misión de construir la historia socialista; el proletariado es sustituido e invisibilizado por las identidades de cada movimiento social. Por ejemplo la condición sexual femenina, es aislada del papel que ocupa en el proceso de la producción, mediante el trabajo asalariado, se le niega su función histórica de obrera o trabajadora, para sumarla solamente a su papel competitivo de hembra frente al macho, en medio de una absurda lucha por el protagonismo sexual.
Iván Duque, el nuevo presidente, se estrena como demagogo, para ocultar su descalificación a la mujer como miembro de una clase social, y su papel histórico frente a la liberación del yugo capitalista o su concurso para el sostenimiento de esa dictadura.
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"La educación universitaria gratis para los estratos 1 y 2"
La glosafalia del presidente Duque, ya es proverbial; siendo él un producto empaquetado de la educación privada imperialista en la meca del capitalismo norteamericano, radical y fascista, ultra religiosa por supuesto, tiene el descaro de prometer una "educación universitaria gratis para los estratos 1 y 2". El fundamento de la privatización de la concepción idealista de la historia, esencialidad capitalista, no reconoce ni convalida la educación pública, siempre vista como subversiva; un peligro siempre latente que pudiera propiciar la formación de futuros revolucionarios. A no ser que el señor Duque esté planeando organizar una proliferación de Iglesias, regentadas por sus mentores, y promoverlas como Universidades públicas, que al fin y al cabo deberán ser pagadas por los titulados en disciplinas pseudocientíficas, que a la vez sirvan para reforzar el cientificismo burgués. Puede ser que para el presidente Duque, no haya nada imposible.
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"pasar la página de la vieja política"
Siendo el pupilo predilecto de Álvaro Uribe Vélez ¿Cómo puede "pasar la página de la vieja política"? La verdad es que esa vieja política, es la misma política consecuente de la burguesía para mantener el poder de su explotación capitalista frente a la esclavitud del proletariado. Es la misma política de ayer, de hoy, y por supuesto de mañana.
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"Una Colombia donde se pueda reducir la pobreza y expandir la clase media".
Máximo Gorky en su célebre obra "Por mis Universidades" defiende la tesis que la Universidad está en la calle, en el campo; en su caso, en las orillas del Volga. Para el presidente Duque, la Universidad es el confesionario donde se expían los pecados que no caben en el territorio inabarcable de la mentira. ¿Cómo puede expandirse la capa media en Colombia, sin que aumente exponencialmente la pobreza, que ya alcanza niveles insoportables? ¿Otro ejercicio demagógico del nuevo presidente?
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"Nos vamos a enfrentar al narcotráfico, y al micro tráfico"
Iván Duque dice que va a enfrentar al Narcotráfico y al micro tráfico, pero no dijo que va enfrentar la producción de Cocaína, en la que Colombia ocupa el primer lugar en el mundo; la demagogia y el cinismo, parecen ser las características más resaltantes en la personalidad del señor presidente. En verdad nadie puede discutirle su puesto como el alumno más aventajado de Uribe.
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"Que nos devuelva la ilusión de ser colombianos"
Ahora resulta que ser colombiano es una ilusión; tal vez como aquella ilusión de José Arcadio Buendía, soñando que había vivido en Macondo cuando despertó en el vagón del tren, huyendo de la masacre.
Creo que vamos entendiendo al presidente Duque. Si las riquezas de Colombia no pertenecen a los colombianos, entonces ser colombiano es apenas una ilusión, que el nuevo mandatario siente que hemos perdido; y ahora se propone agrupar fuerzas y voluntades para devolverle al pueblo trabajador colombiano, en medio de su pobreza, la ilusión.
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"¡Qué viva Colombia!, ¡Qué viva la Democracia!"
Una Colombia que no es de los colombianos, y que según el sorprendente presidente Duque, no son dueños ni siquiera de su ilusión. Una democracia, que, como categoría de aplicación y conducción del poder económico político, tampoco es del lacayismo burgués colombiano, sino del capital trasnacional, y su dominación imperialista.
¡Qué viva la Demagogia del presidente Duque!