AMLO va a ganar en México pero hay un alto riesgo de fraude electoral en medio del Mundial de Fútbol

Este próximo domingo 1º de julio, nuestro México tiene una novel cita con las urnas para elegir a un Presidente de la República. Como en 2006 y 2012, el líder de la izquierda mesoamericana, Andrés Manuel López Obrador (AMLO), es el favorito en las encuestas para alzarse con el triunfo. De hecho, en los dos eventos comiciales previos (2006 y 2012) AMLO fue el ganador, mas el corrupto "establishment" de esa hermana nación ignoró el dictamen popular y cimentó sendos fraudes con el descaro más abyecto y miserable. El antiguo Instituto Federal Electoral (IFE), hoy Instituto Nacional Electoral (INE), desplegó innumerables artimañas con el fin de evitar que AMLO arribase a la jefatura presidencial. Al contrario de Venezuela, donde el ente respectivo es un poder público y el sufragio está 100% automatizado, en México el árbitro electoral es una extensión natural de la plutocracia y sus intereses antinacionales, la cual ha entregado una de las principales riquezas del país -los hidrocarburos- al capital foráneo. Hasta una película retrata de manera prolija el timo de hace 12 años: "Fraude, México 2006" (dirigida por el cineasta Luis Mandoki). No olvidemos que nuestro México, por desgracia, ostenta un aberrante prontuario en tal área y la infame "caída del sistema" de 1988 es uno de los iconos de la casta de delincuentes electorales que pululan en el Estado.

La farsa de la "guerra contra el narcotráfico" comenzó después de la instalación del gobierno espurio de Felipe Calderón, del derechista Partido Acción Nacional (PAN), a finales de 2006. Desde entonces, más de 250 mil personas han muerto a causa de la "cruzada" contra los supuestos carteles de la droga y más de 30 mil se encuentran desaparecidas. La estratagema de terror del Estado burgués mexicano, apoyada por la CIA y la DEA, busca desmovilizar a las masas, atomizar la respuesta social e impedir que agentes de cambio puedan hacerse del timón en dicho país. Washington ha echado mano de su amplio catálogo de operaciones psicológicas con el objetivo de evitar que los aires de la Revolución Bolivariana tengan alguna réplica en terruños aztecas. La embestida bacteriológica ha sido una de las armas para colmar de miedo y angustia a los ciudadanos de a pie: posterior a la visita de Barack Obama a México, en abril de 2009, se desató la histeria mediática de la gripe H1N1.

El fraude electoral de 2006 desencadenó una de las épocas más sombrías en la historia de aquellos recodos. El exterminio masivo y las desapariciones forzadas han sido el pan nuestro de cada jornada en un lugar donde la clase política tradicional chapotea en la letrina de la ignominia. Los 43 de Ayotzinapa son de las heridas más hondas en el calvario de desgracias de una hermosa nación que admiramos y queremos. Otros componentes de la grotesca herencia de estos años son evidentes: la corrupción rampante con escándalos como el de la Casa Blanca, el cierre de Luz y Fuerza del Centro, la Reforma Energética, la Reforma Educativa, la Ley de Seguridad Interior y la privatización del agua, entre otros. En 2012, el Partido Revolucionario Institucional (PRI) regresó al centro de la palestra política y lo hacía por primera vez desde la cacareada "transición" de 2000. Aunque el PRI nunca se fue y nada más mudó de color, de siglas, por poco más de una década. Hace tiempo que la plutocracia azteca vendió el "alma" al Tío Sam y en retribución ha sido premiada con migajas de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo (OCDE), el G20 y cuanta mamarrachada burocrática multilateral la haga sentirse del "primer mundo". A pesar de lo pretérito, los niveles de indigencia y exclusión en nuestro México no dejan de ser estridentes: hay 53,4 millones de pobres (43,6% de la población) [*], entre quienes se hallan más de 20 millones de niños (**). Entre 2008 y 2016, la carencia aumentó en 3,5 millones de individuos. Unos 24,6 millones tienen dificultades para acceder a la alimentación. Las cifras son del Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social (CONEVAL). Un mexicano labora 2.246 horas anuales y percibe el emolumento base más precario de la OCDE: 126 dólares mensuales. En Corea del Sur, el promedio de horas de tajo -al año- es de 2.113 y el salario mínimo es de 200 dólares por mes (***). O sea, un mexicano brega 6,29% más que un surcoreano pero gana 37% menos que éste. Es el "éxito" de decenios de economía neoclásica cuyo clímax fue el Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN), rubricado en 1992 por el entonces primer mandatario, Carlos Salinas de Gortari (PRI).

Ha transcurrido otro sexenio de desgobierno del "tricolor", de la mano de Enrique Peña Nieto, y las coordenadas mesoamericanas se hallan en una aguda crisis política, económica y social. La partidocracia clásica está en un callejón sin salida pese a la brutal represión, el vulgar asistencialismo, la compra de votos y el abierto ataque de los medios de comunicación dominantes a AMLO. Los estudios de opinión, verbigracia, brindan un holgado margen de ventaja al candidato del Movimiento de Regeneración Nacional (MORENA); el hastío de la población sólo ha encontrado respuestas a sus inquietudes en las proposiciones del antiguo Jefe de Gobierno de la capital. La nuez del programa de AMLO es el cese de los privilegios de la clase politiquera parasitaria, la batalla frontal contra la corrupción y la depauperación social, y una distribución más igualitaria de la riqueza. Como era de esperarse, la plutocracia de ese país ha conformado un frente común contra "el peligro" que, según ésta, representa el tabasqueño (AMLO) para México. Es reiterativa en las burguesías latinoamericanas, desde hace 19 años, la deshilachada narrativa de traer a colación a Venezuela -en el escenario local- con el propósito de descalificar a los contrincantes de izquierda, lo que ya es un capítulo trilladísimo de nuestros tiempos. Eso de que "México se convertirá en otra Venezuela" es un sintagma que inquieta a más de un incauto por esas latitudes, aunque más bien debería preocuparles que México siga siendo México: aquel de los ajusticiamientos, del pillaje impune al erario público, del remate de los bienes de la Nación a los zopilotes extranjeros del Gran Capital. Los problemas de Caracas son provocados por la Reserva Federal y Washington, no por las políticas del Gobierno Bolivariano: el acaparamiento, la especulación y la devaluación artificial del bolívar en la frontera colombo-venezolana, son instrumentos de asedio que persiguen el derrocamiento de Nicolás Maduro. Es lo que escamotean Televisa, TV Azteca y Proceso, por mentar algunos "altavoces" de la oligarquía.

No podemos argüir que AMLO sea de la izquierda radical. ¡Menos socialista o comunista! Lo que sí encarna el líder de MORENA es el deseo de millones de hermanos mexicanos que aspiran a algo mejor. La gente reclama su derecho a vivir dignamente y a no ser despojada de los vastos recursos naturales del territorio que habita. López Obrador simbolizaría la genuina transición en tierras aztecas y por ello lanzamos de nuevo nuestra recomendación a él y su equipo de asesores: la convocatoria inmediata a una Asamblea Nacional Constituyente (ANC) que refunde la República y redacte una Carta Magna de ruptura (****). Por supuesto, antes habría que emprender una campaña educativa sobre el tema en cuestión y realizar un referéndum consultivo. Una ANC originaria donde participen todos los sectores de la sociedad, es la única salida pacífica a la actual encrucijada de esa dilatada porción de nuestra Mesoamérica.

EL VOTO MASIVO POR AMLO EVITARÁ LA DERIVA NACIONAL Y LA EXPLOSIÓN SOCIAL

De nuevo es necesario expresar que sólo una votación abrumadora a favor de AMLO lograría persuadir a la burguesía de perpetrar otro fraude. Es que México no resiste una reedición de 1988, 2006 ó 2012 y el "establishment" lo sabe; desconocer una vez más la voluntad popular empujaría a la nación a aguas turbulentas que no lograrían ser apaciguadas con facilidad. A la oligarquía no le queda más remedio, a menos que el margen sea muy estrecho, que aceptar la inminente victoria de AMLO este 1º de julio, so pena de desatar los demonios. No es una amenaza, es una certitud: ¡México no aguanta más trampa!

Por ende, MORENA y sus aliados deberían consolidar una delantera de -mínimo- ocho puntos porcentuales o cuatro millones de papeletas. Si la franja es más extendida será más satisfactorio, puesto que las posibilidades de amañar el proceso yacerían truncas. La movilización de simpatizantes durante la jornada de las votaciones y la contraloría social en las casillas en aras de neutralizar las rastreras maquinaciones de los habituales delincuentes electorales, son dos factores clave en la concreción de la meta. Las elecciones presidenciales de 2018 coinciden con el Mundial de Fútbol y la burguesía podría aprovecharse de este elemento distractor para consumar sus oscuros planes. ¡Alerta!

Al comienzo, la plutocracia "tragará" a AMLO para preservarse pero no cesará de conspirar, desde el minuto uno, hasta alcanzar un cometido de largo aliento: echarlo del poder. La "película" ya la hemos visto en algunos recovecos como Bolivia, Nicaragua y Venezuela, verbigracia. El pueblo mexicano debe vacunarse contra la ofensiva que vendrá en todos los ámbitos, desde Washington y sus lacayos internos, y así desbaratar las sucias tácticas del manual de la CIA yanqui. EEUU teme que un gobierno de izquierda al otro lado de la frontera sea el catalizador de rebeliones civiles o movimientos ciudadanos que socaven el "status quo" gringo. Por eso el Distrito de Columbia ha sido el cerebro detrás de cada burla al electorado en nuestro México. ¡Ello debe acabarse!

Este 1º de julio está destinado a ser la lápida del PRI, el PAN y sus derivados, sólo si los buenos -que somos más- hacen oír y respetar su veredicto en las urnas. Enterrar el pasado inicuo es perentorio en la búsqueda de una Patria digna, soberana e independiente. El 1º de julio culmina una campaña exitosa de la izquierda y empieza una batalla crucial de resistencia en la edificación de un país más justo, más equitativo. ¡Viva México!

ADÁN GONZÁLEZ LIENDO

@rpkampuchea

P.D. La derecha acusa a AMLO de "populista" y de ser ficha del chavismo. Vayamos por partes. Primero, el vocablo "populista" se deriva de "pueblo". El "populista" es quien intenta ganarse el apoyo las clases populares o instrumenta políticas a favor de éstas. ¿Eso es malo? Para la oligarquía sí: ella no está dispuesta a compartir la riqueza de la nación con el "hoi-polloi". De allí que lo "popular" le cause urticaria y desespero. Ilustremos el asunto con una cruda analogía socarrona: "populismo" es distribuir el dinero del Estado entre los ciudadanos a través de ayudas, bonos y otros mecanismos. Si la guita -del Estado- nada más se reparte entre los oligarcas y sus empresas, eso es "estímulo a la iniciativa privada". Así de hipócrita y acomodaticia es la derecha. Segundo, AMLO en varias ocasiones se ha deslindado de nuestra Revolución Bolivariana de forma pública y notoria. A veces consideramos que López Obrador no ha sido ecuánime en sus apreciaciones en relación con nosotros. Por ejemplo, colocar "trumpismo" y "chavismo" en ídem secuencia textual es una opción muy desafortunada, no obstante, respetamos su posición y reiteramos nuestro apoyo desde Venezuela. Los invitamos a leer este impecable análisis publicado en la página Política ConCiencia: https://politicaconciencia.astrosmxsftp.org/miedos-y-fobias/

(*) http://www.elfinanciero.com.mx/nacional/disminuye-pobreza-extrema-pero-aumenta-numero-de-pobres-en-mexico-coneval

(**) https://www.animalpolitico.com/2018/04/20-millones-ninos-pobres-coneval/

(***) https://www.lainformacion.com/mano-de-obra/salarios-y-pensiones/Corea-Sur-subira-salario-minimo_0_1045395896.HTML

(****) Otras propuestas para AMLO: ajuste anual del sueldo mínimo y las pensiones con base en la inflación real y no en los datos maquillados del banco central; repatriación del oro monetario de México que se halla -en su mayoría- en el Banco de Inglaterra; y aprobación de una Reforma Tributaria que disminuya la carga impositiva sobre la clase obrera y aumente la presión fiscal en los tradicionales grandes evasores.



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Adán González Liendo

Traductor, corrector de estilo y locutor

 elinodoro@yahoo.com      @rpkampuchea

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