Desde el gobierno de Calderón se está ejecutando en México con todas las estrategias renovadas el Plan Cóndor, algo a lo que llamaron "guerra contra el narcotráfico" para encubrir el genocidio que realiza el gobierno mexicano contra la población más golpeada sistemáticamente y a todo aquella que se atreva a denunciar y a levantar la voz defendiendo el ecosistema o los Derechos Humanos.
Es por esa razón que diariamente son asesinadas, torturadas y desparecidas en México, docenas de personas de las cuales los medios de comunicación corporativos jamás informarán a la sociedad, o tergiversarán la información para ensuciar sus nombres y favorecer a las clicas que trafican desde los altos mandos del gobierno.
Pueblos enteros están siendo eliminados en esos falsos enfrentamientos que presentan los medios como enfrenamientos entre narcotraficantes contra policías o ejército. Es al revés, la policía y el ejército entran a estos pueblos para violar niños, niñas, adolescentes y mujeres mientras torturan a los hombres, para después asesinarlos a todos y desaparecerlos en las fosas clandestinas.
Son miles de casos de denuncias en el Ministerio Público, de padres de familia que exigen que aparezcan con vida sus hijos que fueron levantados por la policía y el ejército. Son cientos de cuerpos los que aparecen diariamente en fosas clandestinas: desmembrados con señales de tortura. Y son encontrados porque familiares no han desistido de buscarlos estado por estado, pueblo por pueblo.
La agenda de Estados Unidos y los medios que manipulan la información movilizan las temáticas hacia Venezuela para ocultar el genocidio que vive México. Mediáticamente han creado un monstruo de nombre Maduro para que lo odie la sociedad y teman convertirse en otra Venezuela, en la Venezuela que les dibujan en calco con todo programado para la manipulación en masas; pero mientras tanto en esos países con gobiernos neoliberales se realizan los desfalcos más grandes de las últimas décadas: ecocidios, desapariciones forzadas y en el caso de México el genocidio migrante y el genocidio de la población mexicana, es el país donde más feminicidios se realizan en Latinoamérica.
Han sido más de 10 de años de exterminación indígena en México. Diez años asesinado por canastadas a cuanta persona se niega a dejarse arrancar la dignidad. La fachada de la guerra contra el narcotráfico les ha funcionado muy bien. El Plan Mérida y el Plan Frontera Sur ha instalado el terror en la población, con esto el gobierno dirigido por las oligarquías e injerencistas como Estados Unidos han tomado el control de todo el país.
Una guerra contra el narcotráfico que ayuda a ocultar todo lo que sucede a puerta cerrada en el gobierno. Un guerra que es la excusa perfecta para intimidar a la población y no tenga reaccionar ante los desfalcos, las ventas de tierra, la eliminación de recursos en educación, salud, infraestructura y cultura. Mafias que han empobrecido más al país que obliga a las migraciones forzadas.
México es el gigante de América Latina, es el hermano mayor de todos, para su desgracia está a la par de Estados Unidos a quien le resulta tan fácil menospreciarlo, utilizarlo y saquearlo. Las oligarquías fieles a su origen colaboran facilitando las estrategias y ejecutando todo lo que Estados Unidos les ordena. Ponen títeres de presidentes y establecen con marca registrada las propagandas que idiotizan a las masas, porque saben explotar muy bien: su racismo, clasismo, homofobia y doble moral.
Pero no todo está perdido, en México han existido milenariamente pueblos que se resisten al abuso y al olvido, y siguen en pie luchando por sus derechos y sus tierras. Por la justicia. Estos pueblos están con Manuel López Obrador, quien les ha ofrecido un cambio radical en el país. Las oligarquías saben el poder que tiene un pueblo despierto y que no se deja engañar. En unos días se realizarán elecciones en el país y las mafias harán hasta lo imposible por arrebatárselas a López Obrador.
El pueblo tiene que estar despierto y alerta. México se merece una oportunidad. López Obrador les puede fallar y si eso sucede tendrán cómo enfrentarlo, si siguen luchando, pero si las grandes mafias siguen en el control del poder, en México sin lugar a dudas seguirán los ríos de sangre y las versiones renovadas de la famosa y solapada guerra contra el narcotráfico.