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La Revolución Nicaragüense, fue un proceso protagonizado por los sandinistas que dio comienzo en 1978, por medio del cual se puso fin a la dictadura ejercida en Nicaragua por la familia Somoza, a la cual se reemplazó por un gobierno de izquierdas.
La rebelión fue encabezada por fuerzas de la guerrilla de izquierdas, el Frente Sandinista de Liberación nacional, que contó con un amplio respaldo popular, depuso al corrupto dictador Anastasio Somoza Debayle, hijo de Anastasio Somoza, y tomó el poder en julio de 1979.
Los nuevos gobernantes trataron de introducir cambios políticos, sociales y económicos. El gobierno revolucionario consiguió llevar a cabo parcialmente la reforma agraria y estableció programas de alfabetización y un plan sanitario.
En mayo de 1979: los sandinistas hicieron una llamada a la rebelión nacional. En esta ocasión, la Guardia Nacional no consiguió controlar la situación y los rebeldes se apoderaron de numerosas zonas del país.
Se produjeron batallas en las principales ciudades, como León, Masaya y Managua, donde los aviones de la Guardia Nacional bombardearon los barrios en los que la población apoyaba a los sandinistas.
La Organización de Estados Americanos (OEA) convocó una reunión de emergencia para pedir a Somoza que abandonara el poder y rechazó el ofrecimiento de Estados Unidos de enviar fuerzas de paz a Nicaragua.
Cuando la capital del país, Managua, se encontraba rodeada por las tropas revolucionarias, Somoza abandonó el país y la Guardia Nacional, tan poderosa en otros tiempos, quedó desarticulada. El 19 de julio, los sandinistas entraron en Managua y se hicieron con el control en Nicaragua.
La Revolución provocó cambios profundos y duraderos en Nicaragua. La "dinastía" somocista, que había gobernado el país como una hacienda privada durante 40 años, fue derrocada, y la poderosa Guardia Nacional desarticulada. El nivel de analfabetismo se redujo significativamente y los grupos marginados, como las mujeres, los jóvenes y la población rural participaron más activamente en la vida del país.
Nicaragua se vio transformada radicalmente por la experiencia de la Revolución, que la convirtió en una nación más libre…
El 19 de julio de 1979 el FSLN puso fin a la dictadura de Anastasio Somoza Debayle, el último de esa familia que ocupó el poder, y desde entonces emprendió una serie de cambios trascendentales en el país, como una campaña de alfabetización y una reforma agraria, entre otras acciones revolucionarias.
Durante la dictadura en Nicaragua existían un alto nivel de analfabetismo, lo que a los gobernadores en esa etapa les permitía controlar a la población.
La primera etapa de la Revolución Sandinista no fue favorable para la nación centroamericana. La agresión militar y económica de en aquel entonces presidente de Estados Unidos, Ronald Reagan desgastó a la nación, frustrando los ingentes esfuerzos por llevar a fondo la justicia social.
Diecisiete años después, por la vía de las urnas, el FSLN retornó al gobierno para iniciar una segunda etapa que implementó cambios sustanciales en todos los órdenes, aplaudidos y reconocidos por diversos países y organismos internacionales.
En la actualidad el Gobierno nicaragüense ha diseñado una estrategia de desarrollo basada en programas sociales tales como Hambre Cero, Plan Techo, Usura Cero, Merienda Escolar, Bono Productivo y Casas para el Pueblo, que en su conjunto se dirigen a la disminución y erradicación del drama de la pobreza. Así pues, los nicaragüenses apoyan la gestión del gobierno sandinista.
Una encuesta asesorada y validada por el Banco Mundial, reveló que la pobreza decreció de 42.5 a 29.6 por ciento, en tanto la pobreza extrema se reducía de 14.6 a 8.3 por ciento. La investigación dio como resultado que 70 por ciento de los nicaragüenses clasifica en la categoría de no pobre, algo inimaginable en los duros 17 años de gobiernos neoliberales que precedieron al regreso de Daniel Ortega a la presidencia en el año 2007.
La gratuidad de la educación y de la salud es una realidad muy importante que favorece al pueblo. Es el resultado del trabajo por alcanzar uno de los objetivos más importantes de la Revolución Sandinista: erradicar la pobreza, promover el crecimiento económico de la nación.
El pueblo nicaragüense ha sabido reconocer en su líder y presidente Daniel Ortega su esfuerzo para alcanzar el bienestar común y la justicia social.
Este 19 de julio se cumplen 39 años de la victoria de la revolución nicaragüense. La lucha de un pueblo que supo derrotar al ejército, para terminar con la despótica dinastía Somoza.
Rescatando la Memoria Histórica Revolucionaria.
Desde la Coordinadora Simón Bolívar manifestamos en carta abierta que "La solidaridad es la ternura de los pueblos".
Con Bolívar y Chávez, decimos ¡a la carga!
Desde Venezuela, Tierra de Libertadores, a 525 años del inicio de la Resistencia Antiimperialista en América, y a 207 años del inicio de Nuestra Independencia,
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La Coordinadora Simón Bolívar, una Organización de Base, Revolucionaria, Solidaria, Internacionalista, Indigenista, Popular y Socialista.