Traducción desde el inglés por Sergio R. Anacona
Strategic Culture Foundation
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Cuando se trata de crear historias noticiosas falsas y adelantar narrativas erróneas, los servicios británicos de inteligencia tienen pocos rivales. De hecho, el servicio Secreto de Inteligencia (MI6) está a la cabeza con sus "primos" y socios de la Comunidad Británica de Naciones –desde Canadá y Australia hasta la India y Malasia—en el oscuro arte de diseminar falsedades a modo de verdades. Últimamente, el mundo ha presenciado tales subterfugios del MI6 en las noticias alegando que Rusia llevó a cabo el ataque con gas nervioso novishok contra un emigrado ruso y su hija en la localidad de Salisbury, Inglaterra. Esta andanada propagandística fue rápidamente seguida por otra—lo último de una serie de similares fabricaciones—alegando que el gobierno sirio atacó a civiles con armamento químico en la localidad de Duma, en las afueras de Damasco.
No debiera sorprendernos que las redes noticiosas norteamericanas confíen tanto en los corresponsales británicos estacionados al norte de Siria y en Beirut como sus fuentes primarias. Históricamente el MI6 ha empleado funcionarios no oficiales que encubren a los agentes (NOC sigla en inglés) contrabandeándolos principalmente como periodistas, pero también entre el personal de ayuda humanitaria, clérigos de la Iglesia Anglicana, banqueros internacionales y gerentes hoteleros para llevar a cabo tareas propagandísticas. Estos NOCs están ubicados en cargos donde pueden diseminar la desinformación del gobierno hacia los verdaderos diplomáticos y periodista que no lo sospechan.
Durante décadas una sección poco conocida de la Oficina de Relaciones Exteriores británica—el Departamento de investigación informativa (IRD sigla en inglés) llevó a cabo campañas propagandísticas utilizando a los medios de prensa internacionales como plataforma por cuenta del MI6. Años antes de Bashar al-Assad, Saddam Hussein de Irak, Muammar Gadafi de Libia y Omar al-Bashir de Sudán fueron convertidos en blancos de la desestabilización y "cambio de régimen" occidentales. El IRD y sus asociados en la BBC (British Broadcasting Corporation) y en las salas de redacción y despachos editoriales de las primeras páginas de Fleet Street, tabloides, servicios radiales y revistas, particularmente el "The Daily Telegraph", "The Times", "Financial Times", Reuters, "The Guardian" y el "The Economist" diseminan campañas difamatorias de prensa contra cierto número de líderes considerados izquierdistas, comunistas o compañeros de ruta (FT sigla en inglés).
Entre estos líderes figuraban Sukarno, presidente de Indonesia, el líder norcoreano (y abuelo del actual líder Pyongyang) Kim Il-Sung, Gamal Abdel Nasser de Egipto, el Arzobispo de Chipre, Macarios, Fidel Castro de Cuba, Salvador Allende de Chile, Cheddi Jagan de Guyana, Maurice Bishop de Granada, Michael Manley de Jamaica, Daniel Ortega de Nicaragua, Sekou Toure de Guinea, Thomas Sankara de Burkina Faso, Gough Whitlam de Australia, David Lange de Nueva Zelandia, Norodom Sihanouk de Camboya, Dom Mintoff de Malta, Padre de Walter Lini de Vanuatu y Kwame Nkrum de Ghana.
Después de la Guerra Fría, esta misma operación propagandística fue dirigida contra el presidente de Serbia, Slobodan Milosevic, contra el líder Gerry Adams del Sinn Fein en Irlanda, Hugo Chávez de Venezuela, Mohamad Farrah Aidid de Somalia y Jean-Bertrand Aristide de Haití. Actualmente se trata de Bashar al-Assd de Siria, Viktor Orban, Primer Ministro de Hungría y el dirigente independentista catalán, Carles Puigdemont fueron convertidos en blancos de la propaganda estatal anglo-norteamericana. Incluso el líder Aung San Suu Kyi de Myanmar, hace tiempo la niña bonita de los medios de prensa occidentales y magnates de la propaganda como George Soros, están siendo ahora agredidos a través de la prohibición de visado y otras sanciones a raíz de la situación con los insurgentes musulmanes Rohingya en Rajine.
A través de operaciones conjuntas de propaganda del IRD-MI-6 Agencia Central de Inteligencia, CIA muchos periodistas británicos recibieron pagos de parte de la CIA por vía de una fachada denominada Forum World Features (FWF) ubicada en Londres de propiedad de John Hay Whitney publicista del "New York Herald Tribune" y ex embajador norteamericano en Londres. No resulta exagerado creer que relaciones similares incluso más formales existan hoy en día entre la inteligencia británica y norteamericana con "periodistas" cubriendo regiones tales como Siria, Irak, Libia, Yemen, Afganistán y desde la Franja de Gaza, como también, del muy cacareado ataque con gas nervioso en localidades tales como, Salisbury, Inglaterra.
Tan pronto como los recientes informes de prensa comenzaron a emerger desde la localidad de Duma, acerca de un ataque con gas sarín y cloro en la localidad siria que mato entre 40 y 70 civiles los periodistas británicos en el Medio Oriente y Londres comenzaron a repetir textualmente las declaraciones emitidas por los "Cascos Blancos" y de parte del Observatorio Sirio de Derechos Humanos.
En la actualidad, los Cascos Blancos –que los medios occidentales alegan ser la primera respuesta de defensa civil, pero que se trata más bien de activistas musulmanes asociados con las agrupaciones radicales yijadistas fundadas por Arabia Saudita— se cree que fueron los que montaron el ataque químico en Duma penetrando en el hospital municipal de la ciudad y rociando a los pacientes con cubos de agua frente a cámaras de video preparadas para tal efecto. Los Cascos Blancos distribuyeron sus videos a los medios globales de noticias con la BBC y la Sky News de propiedad de Rupert Murdoch estampando el sello británico a la campaña propagandística, aseverando que Assad llevó a cabo otro ataque con armamento químico contra "su propio pueblo". Y, el MI-6 que financia al Observatorio Sirio de Derechos Humanos. Un frente noticioso anti Assad, alegó que este era dirigido por un expatriado sirio nacionalizado británico Rami Abdel Rahman desde su tienda de ropa en la localidad de Coventry, Inglaterra que comenzaron operar como una segunda fuente repitiendo las acusaciones de ataque químico de los Cascos Blancos.
Con el presidente Trump metiendo en su propio gobierno más y más neoconservadores totalmente desacreditados debido a sus masivas operaciones propagandísticas contra Irak durante el periodo Bush-Cheney. El mundo es testigo cómo se prolonga la "Doctrina Trump".
La Doctrina Trump podría ser explicada como sigue: un país será objeto de un ataque militar norteamericano dependiendo de si Trump está enfrentando graves escándalos políticos y sexuales en su país.
Así fue el caso el pasado mes de Abril del 2017 cuando Trump ordenó un ataque con misiles crucero contra la base aérea conjunta sirio-rusa en la localidad de Shayrat, Siria. Trump todavía se estaba tambaleando por la renuncia de su Consejero de Seguridad Nacional, general Michael Flynn en el mes de febrero debido a que este mezcló su consultaría privada con sus deberes oficiales en la Casa Blanca. Trump necesitó una distracción y la falsa acusación que Assad utilizó gas sarín contra la aldea de Jan Sheikoun el 4 de Abril del 2017 lo cual produjo lo necesario para los medios de prensa hambrientos de guerra.
El más reciente ataque misilístico fue para desviar la atención del público del hecho que al abogado de una actriz de cine pornográfico y también por un libro que "lo cuenta todo" publicado por el director del FBI James Comey despedido por Trump.
A pesar que estos dos escándalos produjeron oportunidades para que los neoconservadores probaran a Trump con operaciones de bandera falsa en Siria, esto no fue la primera vez que tales acciones se habían llevado a cabo. En el año 2013 se culpó al gobierno sirio de un ataque químico similar contra civiles en la localidad de Guta. Ese año los rebeldes sirios apoyados por la CIA admitieron al periodista de la Associated Press en el terreno en Siria que a ellos Arabia Saudita les había entregado armamento químico prohibido, pero que el armamento explotó debido al mal manejo por parte de los rebeldes.
De manera inmediata el Observatorio Sirio de Derechos Humanos y las organizaciones rebeldes que operan desde Turquía alegaron que Assad había empleado barriles explosivos cargados con el agente químico contra "su propio pueblo" no obstante, fuentes turco-norteamericana y libanesas confirmaron que el Estado Islámico en Irak y el Levante (ISIL) había embrollado el ataque con gas sarín de bandera falsa en Guta.
Pocas publicaciones de prensa occidentales se preocuparon del ataque con gas sarín por parte del grupo rebelde Brigada Bashair al-nasr, grupo rebelde vinculado al, Ejército Libre de Siria apoyado por Estados Unidos e Inglaterra. Los rebeldes emplearon el misil "Bashair-3" proyectil no guiado conteniendo el mortal gas sarín contra civiles en Jhan al-Assal en las afueras de Alepo. Por lo menos 27 civiles fueron asesinados y muchos otros herido durante el ataque. Los kurdos sirios también denunciaron el uso de armamento químico contra ellos durante el mismo periodo por los habituales operativos propagandísticos—Observatorio Sirio de Derechos Humanos, Médicos sin Frontera, BBC, CNN, y Sky News— que permanecieron en silencio acera de estos ataques.
En el año 2013, en el mes de abril del 2017 y abril del 2018 los medios de prensa occidentales todos se hicieron eco aullaron el mismo tema: "Assad mata a su propio pueblo", "armamento sirio de destrucción masiva" y "asesinato en masa de mujeres y niños". Las redes noticiosas occidentales publicaron videos de mujeres y niños muertos al tiempo que los propagandistas pagados, conocidos como colaboradores de las redes noticiosas corporativas –todos ellos vinculados al complejo militar de inteligencia—exigiendo acciones contra el presidente Assad—
Trump, actualmente asesorado por el conocido halcón guerrerista neoconservador, John Bolton, nuevo Asesor de Seguridad Nacional empezaron a referirse Assad como el "animal" y como el "monstruo". Bolton con el Vice presidente Dick Cheney, el Jefe del Estado Mayor, Irving Lewis "Scooter" contribuyeron a redactar en lenguaje similar contra Sadam Hussein en antelación a la invasión y ocupación de Irak por parte de Estados Unidos el año 2003. No se trató de una coincidencia que Trump –por exigencia de Bolton y otros neoconservadores— perdonaran totalmente a Lewis el mismo día en que él ordenó el ataque con misiles crucero contra Damasco y otros blancos en Siria. Lewis fue condenado el año 2005 por perjurio al revelar ilegalmente información de seguridad nacional.
Al mundo se le pide que crea a carta cabal la palabra de reconocidos embusteros como Trump, Bolton y otros neoconservadores que actualmente están ingresando a alta velocidad al gobierno de Trump. Los medios corporativos de manera desvergonzada actúan como si nunca hubieran mentido acerca de las razones dadas por Estados Unidos y Gran Bretaña para hacer la guerra contra Irak y Libia. ¿Por qué alguien tenía que creerles?
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