A propósito de ser ciego

Triunfo de Jair Bolsonaro en Brasil: Ningún país quiere verse en el espejo de Venezuela

El triunfo de Jair Bolsonaro candidato de la derecha representa un duro golpe al Partido de los Trabajadores en Brasil, y también deja agonizante al madurismo en América Latina.

En efecto, los triunfos de Lula Da Silva en las elecciones en Brasil en los años 2002 y 2006, al igual que el logrado por Dilma Rousseff en 2010 tuvieron una enorme influencia de Hugo Chávez, pero a partir de allí, aunque Rousseff fue reelecta en 2014, es evidente que lo positivo que mostraba Venezuela al resto del mundo comenzó a claudicar con la llegada de Nicolás Maduro al poder.

Brasil perdió como sede la Copa Mundial de futbol en ese 2014, lo cual para ellos representó una terrible humillación deportiva que pudo haber contenido cualquier acción negativa para ellos, y la misma también contribuyó para buscar expoliaciones sociales que se habían multiplicado entre la población brasileña generadas fundamentalmente por grandes escándalos de corrupción.

Ante ello, el partido de Lula fue objeto por parte del senado brasileño de una sanción política que derivó en la destitución de Rousseff de la presidencia de Brasil en 2016. Tal hecho de trascendencia histórica para el país y el Partido de los Trabajadores, quienes en vez de revisar las razones del por qué su presidenta había salido del poder constitucionalmente, se enclaustraron en un discurso estéril del llamado golpe blando o de élites, cuando la verdad era que la putrefacción política había invadido todos los estamentos del entonces partido oficialista.

Para colmo, el madurismo con su pésimo gobierno comenzó a darle apoyo al partido de trabajadores en Brasil, lo cual en una clara injerencia en asuntos internos, terminó por desacreditar y hasta vincular a funcionarios de Lula y al propio ex – presidente de Brasil con hechos de corrupción relacionados con la empresa Odebrecht que incluso terminaron por llevarlo a la cárcel.

El triunfo de Jair Bolsonaro tiene una lectura doblemente interrelacionada. El pragmatismo político ha asesinado cualquier sindéresis en América Latina porque ningún país votará en favor de un candidato de izquierda mientras Venezuela esté gobernada por Nicolás Maduro. De hecho, Brasil no sólo ha recibido una importante cantidad de venezolanos que huyen del madurismo, sino que la crisis que se ha originado en nuestro país con una terrible hiperinflación, escasez, quiebra de los servicios públicos y empobrecimiento de la población, colocan a un lado cualquier razonamiento sobre posibles violaciones de derechos humanos a partir de un discurso basado en radicalismos, hecho que varios intelectuales de izquierda y personalidades con influencia mundial llegaron a advertir ante el posible triunfo de Bolsonaro¹.

No podemos obviar, que irónicamente mientras esas figuras de la política e influencia social en muchos países alertaron sobre una supuesta realidad que podría afectar a Brasil en los próximos años, muchos de ellos han callado ante la barbarie madurista, agravada por la reciente muerte del preso político Fernando Albán, y más recientemente las declaraciones del liberado Lorent Saleh², las cuales por cierto, nada tienen que envidiarle a quienes critican el discurso de Bolsonaro. O sea, que si el presidente electo de Brasil para algunos representa la extrema derecha, pues, el gobierno de Nicolás Maduro autodenominado de izquierda con tales denuncias por parte de un preso político, se asemeja al más rancio neonazismo.

El triunfo de Jair Bolsonaro en Brasil – el cual pronosticamos con un mínimo de margen de error³ - propina una estruendosa derrota al Foro de Sao Paulo, mientras deja al madurismo agonizante y aislado en América Latina, porque el chavismo murió con la muerte de Chávez.

Aquí nadie tiene que ser engañado. Jair Bolsonaro gana en su país por los errores del partido de Lula en esa nación, pero negar que Brasil no quiere verse en el espejo de Venezuela, también sería negar que el madurismo es la mejor carta de presentación que tiene la derecha para emerger como ideología dominante en América Latina en los próximos años. A propósito de ser ciego. Quien tenga ojos que vea.

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¹https://elpais.com/internacional/2018/10/23/actualidad/1540312553_935199.html?id_externo_rsoc=TW_AM_CM

² https://www.elmundo.es/internacional/2018/10/28/5bd493da268e3eac7f8b45e2.html

³ https://www.aporrea.org/internacionales/a271061.html



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Javier Antonio Vivas Santana

Más de 6 millones de lecturas en Aporrea. Autor de la Teoría de la Regeneración del Pensar. Dr. en Educación (UPEL). Maestría en Educación, mención Enseñanza del Castellano (UDO). Lcdo. en Educación en las menciones de Ciencias Sociales y Lengua (UNA). Profesor de pre y postgrado tiene diversas publicaciones y ponencias internacionales acreditadas y arbitradas por editoriales, universidades e instituciones de España, Rusia, Estados Unidos, Alemania, Francia, y naciones de América Latina.

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