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Este 31 de julio se cumplieron 38 años de la siembra de Omar Torrijos, el artífice de la devolución del control y soberanía del Canal a Panamá, que fue administrado por Estados Unidos entre 1914 y 1999, y
del fin de la presencia militar estadounidense de casi un siglo en el país centroamericano, Torrijos paso al plano de la inmortalidad, el 31 de julio de 1981.

Su muerte se produjo cuando misteriosamente su aeronave, una DeHavilland Twin Otter (DHC-6), en la que viajaba en medio de una tormenta desde la comunidad campesina de Coclesito, a unos 90
kilómetros al noreste de la capital panameña, hacia su residencia, explotó en pleno vuelo, aquel 31 de julio de1 81. 

La aeronave desapareció durante condiciones climáticas extremas, pero debido a la limitada cobertura del radar panameño, la aeronave no fue reportada perdida por cerca de un día.

El sitio de impacto fue localizado varios días después y el cuerpo de Torrijos fue recuperado por un comando de fuerzas especiales a inicios de agosto.

Omar Efraín Torrijos Herrera nació el 13 de febrero de 1929 en Santiago, provincia de Veraguas, Panamá, siendo el sexto de 12 hijos de padres maestros, el colombiano José María Torrijos Rada y la
panameña Joaquina Herrera.

Estudió en la escuela Juan Demóstenes Arosemena y ganó una beca en una academia militar en San Salvador. Se graduó con una comisión como teniente segundo. Se unió a la Guardia Nacional de Panamá en 1952 y fue promovido a capitán en 1956.

Torrijos se formó en escuelas militares de El Salvador, Estados Unidos y Venezuela. Era teniente coronel cuando, al frente de una Junta Militar, derrocó al presidente panameño, Arnulfo Arias, en 1968.

Partidario de la vía militar hacia el socialismo, estableció relaciones con Cuba. En 1973 consiguió una resolución favorable de las Naciones Unidas para la recuperación de la Zona del Canal y más tarde
firmó dos tratados (1977 y 1978) con Estados Unidos para su devolución, en 1999.

Llevó el título de Líder Máximo de la Revolución Panameña, durante un período a final de la década de 1970. A pesar de no tener el cargo de Presidente de Panamá, su poder político era mayor que el de los
presidentes. Fue padre de Martín Torrijos Espino, quien también desempeñó el cargo de la Presidencia de la República de Panamá en 2004.

Torrijos tuvo un funeral de Estado, luego fue sepultado en el Cementerio Amador, cercano al Casco Antiguo de la ciudad de Panamá. Después se le trasladó a un mausoleo, en la entrada de la antigua Zona
del Canal.

Su muerte generó cargos de magnicidio. John Perkins relató en su libro Confesiones de un sicario económico que la muerte de Torrijos no fue accidental.

Según Perkins, Torrijos fue asesinado por miembros de la política estadounidense, quienes se oponían a las negociaciones entre Torrijos y un grupo de empresarios japoneses, liderado por Shigeo Nagano, que proponía la construcción de un canal a nivel por Panamá.

En audiencias previas al juicio de Manuel Antonio Noriega, en Miami, Florida, Estados Unidos, en mayo de 1991, el abogado de éste último, Frank Rubino, dijo: 'El general Noriega tiene en su poder documentos que demuestran los atentados sufridos por él y Torrijos, todo orquestado por agencias del Gobierno de Estados Unidos'.

Los documentos no fueron aceptados como evidencia en el tribunal debido a que el juez concordó con el Gobierno estadounidense que la mención pública de dichos documentos violaría el acta pública de
procedimientos sobre información clasificada. 

Torrijos falleció poco después de que Ronald Reagan asumiera el cargo de Presidente de Estados Unidos y justo tres meses después de que el presidente ecuatoriano, Jaime Roldós Aguilera, muriera en
circunstancias similares.

Moisés Torrijos, hermano del fallecido general, denunció un posible atentado en 1986. Éste aseguraba que tenía informes de la inteligencia estadounidense, según los cuales, el militar murió en la Operación
Halcón al Vuelo, organizada y financiada por la Agencia Central de Inteligencia (CIA, por sus siglas en inglés).

Sin embargo, Estados Unidos siempre ha negado la existencia de estos informes. 

Pese a que, Martín Torrijos (hijo), pidió una investigación en 1994, la Procuraduría General no ha reabierto el caso y alega falta de pruebas.

Un informe de la fiscalía, apoyado en informes del Negociado Federal de Investigaciones (FBI, por sus siglas en inglés) de Estados Unidos, reveló en 1983 que el avión en el que viajaba Torrijos supuestamente sufrió desperfectos mecánicos y no tenía restos de explosivos.

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