Hace 39 años, el 5 de mayo de 1981,el luchador independentista irlandés y socialista Bobby Sands murió en huelga de hambre.
Sands fue encarcelado por resistirse al imperialismo británico. La huelga de hambre que Sands organizó con otros presos políticos protestaba contra las condiciones que enfrentaban en la cárcel, incluida la tortura, así como la privación de su condición de preso político.
Sands se unió al Ejército Republicano Irlandés Provisional cuando tenía 18 años y poco después fue arrestado por la posesión de cuatro pistolas encontradas en la casa donde se alojaba. Fue torturado en el centro de interrogatorios de Castlereagh y sentenciado a 14 años.
Mientras estaba en prisión, Bobby Sands fue elegido para el Parlamento británico, pero un mes después y 66 días después de la huelga de hambre, fue el primero de los diez huelguistas que el gobierno británico permitió que muriera bajo la presidenta conservadora Margaret Thatcher. Thatcher denunció a Sands como "criminal" y "terrorista" el día de su muerte.
Su lucha ganó un apoyo masivo en Irlanda, Norte y Sur. Más de 100,000 personas asistieron a su funeral en Belfast. El impacto internacional de la muerte de Bobby Sands también fue inmenso. En Nueva York, los estibadores boicotearon barcos británicos, y hubo protestas fuera de las embajadas británicas en todo el mundo. En Irán, un grupo de jóvenes cambió el nombre de Winston Churchill Street en Teherán a Bobby Sands Street. En 2001, se inauguró un monumento a Sands y a los otros huelguistas de hambre en La Habana, Cuba.
Sigue siendo un icono de la lucha contra el imperialismo hasta nuestros días.
"Solo era un niño de clase trabajadora de un gueto nacionalista, pero es la represión la que crea el espíritu revolucionario de la libertad. No me conformaré hasta lograr la liberación de mi país, hasta que Irlanda se convierta en una república socialista soberana e independiente".
