Primero, algunas precisiones:
La cantidad de dislates que la OMS ha difundido a lo largo de su historia y particularmente durante la actual pandemia del Covid19, ha puesto en evidencia que su director general y sus más altos directivos son unos "asociados ponerogénicos" que asumen que todos somos igualmente unos desquiciados mentales y que vivimos en sociedades ignorantes.
Hace unos días su director ejecutivo para Emergencias Sanitarias advirtió que la población mundial "no está cerca para nada de los niveles de transmisión de inmunidad de rebaño necesarios para detener la transmisión del coronavirus". Su director salió después a decir que la pandemia terminará en dos años porque "tenemos la tecnología y el conocimiento necesario para detenerlo".
Aunque lo de "tenemos" me parece presuntuoso para un oscuro tecnócrata y para una institución de oscura trayectoria de engaño y corrupción, lo que sí es cierto es que los pronósticos apocalípticos de la "Coalición para las Innovaciones en Preparación para Epidemias" (CEPI), de la que forma parte la OMS, han quedado desmentidos por la ciencia y la tecnología de Rusia y China. Estos son los dos primeros Estados en patentar una vacuna contra el SARS 2 productor del Covid-19. Una vez más, el avance científico se ha impuesto por encima de los diferentes tipos y grados de las patologías psicológicas de los principales mentores de la CEPI y de la OMS.
Segundo, lo que hay detrás (o adelante) de la dupla CEPI-OMS:
La CEPI es la organización "público-privada" que tiene como objetivo "descarrilar las epidemias acelerando el desarrollo de vacunas". Fue fundada en 2017 por el Foro Económico Mundial de Davos o "Foro de Davos".
Esta "coalición" la integran y co-financian, entre otros: La Fundación estadounidense Bill y Melinda Gates. La londinense The Welcome Trust establecida en 1936 para financiar y "lograr mejoras extraordinarias en la salud apoyando a las mentes más brillantes" y es la segunda fundación benéfica más rica del mundo después de la de los Gates. La integran igualmente un consorcio de Estados conformado por Noruega, Japón, Alemania, Canadá, Etiopía (lugar de origen del actual director de la OMS), Australia, Bélgica, Dinamarca, Finlandia, Gran Bretaña y la Unión Europea.
"Científicos" de las principales industrias farmacéuticas de los estados consorciados forman parte de sus diferentes comités de asesores. Los laboratorios de estas industrias están abocados a la producción de vacunas contra el Covid19 y ya han firmado compromisos para su comercialización recibiendo multimillonarios subsidios.
Esto quiere decir que la CEPI, maneja y controla el "descarrilamiento" y los negociados de las "pandemias" consideradas prioritarias por la OMS. Entre otras: El coronavirus del síndrome respiratorio de Oriente Medio (MERS-CoV). El coronavirus 2 del síndrome respiratorio agudo severo (SARS-CoV-2) o actual Covid-19. El virus Nipah-Malasia que debe su nombre al lugar donde se aisló por primera vez en 1998 y cuyo reservorio natural se dice son los murciélagos y los cerdos. El virus de la Fiebre de Lassa o fiebre hemorrágica que se aisló en Lassa-Nigeria en 1969 producida por un virus de la familia Arenaviridae que habita en ratas de la familia Muridae como la rata africana de pelaje suave (en 2009 apareció en Europa en forma aislada). El virus de la Chikunguña, mal llamada Chikungunya, que se detectó por primera vez en 1962 en Tanzania. Es producida por la picadura del mosquito Aedes que igualmente trasmite la fiebre amarilla, el dengue, el zika. Los cuatro virus están vivitos y matando en los continentes de mayor pobreza del mundo.
En 2017, Estados Unidos, impuso la "Coalición para las Innovaciones en Preparación para Epidemias" (CEPI) a sus socios de Norteamérica, de Europa occidental y nórdica, de Oceanía y del Asia oriental cuya relación ya indiqué. Lo hizo utilizando el Foro de Davos.
Estados Unidos se anticipaba así al Acuerdo de junio del 2019 entre la ONU y el Foro de Davos para "reformar" la gobernanza del mundo sustituyendo la "ficción" de los Estados en la toma de decisiones globales por la "realidad" de las grandes transnacionales. Subrayaba igualmente el carácter subsidiario que desde 2009 pasó a tener la ONU respecto del Foro de Davos. (Sobre esto volveré en otro artículo).
Lo que ahora importa decir es que en Octubre del mismo 2019, las élites del poder sionista mundial anunciaron en el "Foro de Davos" el "descarrilamiento" del Covid-19 con "simulacro" y todo. A este lo llamaron "Evento 201" y usted lo puede ver en Youtube.
El "evento" fue organizado por el Centro Johns Hopkins para la Seguridad en la Salud, el Foro Económico Mundial, el Instituto Nacional de Alergias y Enfermedades Infecciosas estadounidense, la Fundación Bill y Melinda Gates y otros. Todos integrantes de la "coalición" CEPI.
Sus promotores anticipaban que la pandemia del Covid-19 terminaría a los 18 meses con 65 millones de muertos y el 90% de la población mundial contagiada. Que la pandemia no sólo causará grandes enfermedades y pérdidas de vidas, sino que también tendrá importantes consecuencias económicas y sociales en cascada y producirá gran sufrimiento global.
Complementando este mensaje apocalíptico de la pandemia, el Foro de Davos lanzó, en enero 2020, el "Manifiesto" consensuado por las élites sionistas del Poder mundial sobre la urgencia de transformar el capitalismo para asegurar "su futuro global". Para esto es urgente, dijo su mentor principal Klaus Schwab (economista de origen alemán graduado en Harvard), "posicionar a las corporaciones privadas como fideicomisarios de la sociedad y como la mejor respuesta a los desafíos sociales y ambientales de hoy". El "Acuerdo" (MOU por sus siglas en inglés) de 2019 entre el Foro y la ONU enfatiza esto, precisamente.
En cuanto a la OMS lo que hay que decir es que desde su fundación en la ONU en abril de 1948 y ahora como parte de la CEPI (que depende del Foro de Davos), ha tenido bajo su responsabilidad la diseminación de cuanta peste, enfermedad, endemia y pandemia existe en el mundo no-blanco.
La dupla CEPI-OMS evidencia el "entendimiento" entre el Foro de Davos y la ONU. Son los organismos encargados de instrumentalizar el terror generado por la pandemia para adecuar la sociedad, sus poblaciones, el medio ambiente, la economía y los Estados, al Poder del Nuevo Orden Capitalista en la llamada IV Revolución Industrial y al nuevo sentido de la gobernanza mundial desde la perspectiva sionista euro-estadounidense-israelí.