"El verdadero pintor es aquel que es capaz de pintar escenas extraordinarias en medio de un desierto vacío. El verdadero pintor es aquel que es capaz de pintar pacientemente una pera rodeado de los tumultos de la historia". Salvador Dalí.
Donald Trump es el verdadero "tsunami político" que ha estremecido a la opinión pública mundial, que está pendiente de ese magno evento electoral, por ser las elecciones presidenciales el 3 de noviembre del 2020 en USA, la primera potencia económica y militar, del planeta.
Trump se ha transformado en una pesadilla para el totalitarismo terrorista político, y el fundamentalismo extremista religioso mundial. El presidente Trump es considerado, una estrella de la tele realidad política mundial, saborea nuevamente una posible victoria electoral, donde piensa ganar siete estados de los colegios electorales más importantes, buscando los 270 que le aseguren la victoria, frente al otoñal Joe Biden candidato del partido demócrata, y su segunda victoria de cuatro año más frente a la casa blanca.
Su discurso está dirigido a esos millones de estadounidenses, en gran parte trabajadores norteamericanos, e inmigrantes maltratados por las administraciones políticas de sus países de origen, y los primeros que se sienten traicionados por los políticos tradicionales de los Estados Unidos. A ellos, Trump les promete devolverle la grandeza económica a su país los EE.UU.
Después de la doble batalla que tiene que enfrentar, la del covid-19, y la del 3N, en el arranque de la campaña, el candidato republicano se comporta como un verdadero animal político. Actúa como un tsunami, y ha logrado que la opinión pública esté pendiente de sus declaraciones, no exentas de polémicas frases que en algunos inspiran temor.
Sin lugar a dudas de ningún tipo, Trump es carismático y brutal. Además posee un manejo de la tele política como ningún otro de sus contrincantes, todo lo bueno, y lo malo le favorece. Su imagen y popularidad fue construida desde hace muchos años. Hoy se plantea a escasos 40 días del 3N, una estrategia de comunicación que está resumida en la frase de Salvador Dalí: "No importa si hablan bien o mal de ti, lo importante es que hablen de ti", y los hechos están demostrando que mal no le va, a pesar del plomo grueso que está recibiendo de sus enemigos en el planeta Tierra, logrando descontarle puntos a la ventaja electoral que le lleva el candidato demócrata Joe Biden, que según los analistas políticos militares globales es un pésimo candidato, sin música en el alma. La inversión publicitaria la maneja de una manera afectiva y efectiva, a pesar del coronavirus, la bolsa de valores se ha ido recuperando vertiginosamente. Hábilmente maneja de manera tal sus presentaciones que logra una inmensa cobertura gratuita en la prensa global, y en las redes sociales para impulsar su campaña electoral, y cada evento electoral en los estados que visita, es diseñado para producir el mayor impacto mediático mundial posible.
Él mismo da las órdenes a su equipo de prensa, y publicidad, para que registren los detalles más impactantes de sus actos proselitistas electorales, es considerado un político fuera de serie.
En sus discursos dice: "Nadie logra concurrencias, y caravanas como las mías", "he roto los récords al alcanzar, y desplazar en varios Estados de la Unión, a mi contrincante electoral". "Y no soy cantante, ni cargo una guitarra a la diestra".
Su equipo de estrategia electoral. Al parecer no deja pasar el más mínimo detalle táctico electoral, están detrás de cada movimiento. La forma como ha dirigido su campaña en plena pandemia es asombroso, según comentan los especialistas en marketing político electoral.
Su estrategia electoral, como él, es provocadora, y desafiante. Hasta el Papa Francisco se ha ocupado de sus discursos explosivos. Ha sabido despertar en el pueblo norteamericano el: "terror al comunismo" aun en los más apáticos, y anti parabólicos, pero también en los inmigrantes, que sienten temor que con Joe Biden, el sueño americano morirá. Trump ha dicho que si fuera reelegido presidente, le traería un progreso más grande, mejor, y más fuerte que nunca, y haría a los Estados Unidos grandioso de nuevo, y cuando afirma en uno de los mensajes que más ha calado hondo, y es una de las columnas de su estrategia de comunicación, que le dará con todo: al "virus chino", para erradicarlo de la faz de la tierra. La suerte está en el aire, veremos si esta vez cae, a favor de Trump.