ONU: 75 años bajo control de la lógica genocida del Imperio del Capital

La Organización de las Naciones Unidas (ONU es la mayor organización internacional existente. Se creó para mantener la paz y seguridad internacionales, fomentar relaciones de amistad entre las naciones, lograr la cooperación internacional para solucionar problemas globales y servir de centro que armonice las acciones de las naciones.

La ONU se rige por la Carta de las Naciones Unidas, que entró en vigor el 24 de octubre de 1945 y se firmó el 25 de junio del mismo año en la ciudad estadounidense de San Francisco, por 51 países, pocos meses antes del final de la Segunda Guerra Mundial.2​ En el preámbulo de la Carta se mencionan explícitamente las dos guerras mundiales.​

 

En estos días la hipocresía y la falsedad de los gobernantes del mundo hacen coro de alabanzas con motivo de la celebración de los 75 años de existencia de la ONU. Un organismo creado para exorcizar la muerte, que lo ha hecho gracias a los miles de profesionales y científicos en todas las áreas que han producido aportes para la preservación de la vida global de la humanidad y el planeta. Pero que también, desde ese organismo con derecho a veto, su Consejo de Seguridad, se ha permitido, y promovido, por parte de sus miembros, conflictos entre naciones y de carácter internacional que han violentado el sentido para la creación de la ONU, con consecuencias que han superado las muertes de la II Guerra Mundial y que constituyó la razón que dio origen al organismo que concentra el mayor poder global y que, conscientemente, fue concebido para promover la Paz, la Vida y la existencia del Planeta.

Hoy vivimos tiempos no solo de Pandemia sino de Crisis Económica Global. La totalidad de los miembros de la ONU, incluyendo la mayoría de trabajadores dedicados a la ciencia en todas las áreas y conocedores de los peligros que significa la continuidad del modelo de producción capitalista, hoy exageradamente potenciado por un Plan Global que coloca su acento en el Extractivismo de Recurso Naturales, saben del peligro terminal que acarrea la demencia en curso que impone ese 1% de la población mundial que concentra y acumula privadamente casi la totalidad de la riqueza global en prejuicio del 99% que vive únicamente de su trabajo formal o informal.

El "demonio" de Tréveris, Carlos Marx, quien dedicó su vida a estudiar la formación y desarrollo del modelo de producción capitalista, hace siglo y medio dejó para la posteridad esta síntesis lapidaria:

"la producción capitalista sólo sabe desarrollar la técnica y la combinación del proceso social de producción socavando al mismo tiempo las dos fuentes originales de toda riqueza: la tierra y el hombre"   (Marx, 1976, t. I, 424)

Sobre esto hay cada vez más consciencia, algo nada ajeno a los debates formales e informales que se dan a lo interno de la ONU y que debido a los efectos que genera el actual modelo capitalista predominante a nivel global, coloca en la agenda internacional la necesidad de una Transformación de la Gobernanza Mundial a tono con los preceptos de defensa de la humanidad y el planeta que le dieron razón de ser y que hoy, jaqueado por los defensores de la lógica genocida del Capital, nos plantea la organización de una sólida confluencia mundial para:

  1. Empalmar con la Alerta Global que la propia ONU ha difundido sobre las consecuencias del Cambio Climático y
  2. Desactivar los conflictos bélicos en curso y las latentes amenazas de intervención, en distintos países del mundo y que de producirse -como el caso de Trump contra Venezuela- tienen como objetivo el saqueo de los grandes y variados recursos naturales que son parte de su territorio.


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Juan García Viloria

Co-fundador de Aporrea y miembro de la Plataforma Ciudadana por la Defensa de la Constitución Bolivariana

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