Como venezolano y bolivariano, un solo concepto unívoco e indisoluble, duele como el Latinoamerica no asume la integración para enfrentar a las fuerzas imperialistas que afectan el desenvolvimiento y el avance hacia un desarrollo armónico, sustentable y sostenible, aprovechando las potencialidades de cada uno de los países hermanos como elementos complementarios de una economía basada en el desarrollo endógeno.
No entiendo porque el pueblo colombiano se encuentra tan postrado, cuando son herederos de aquellos héroes neogranadinos que se unieron al Padre Libertador Simón Bolívar en la lucha revolucionaria para darle patria a cinco naciones. Ellos son compatriotas latinoamericanos, hermanos siameses de los venezolanos, que preocupa tanta quietud del cuerpo que yace al lado izquierdo de nuestro territorio.
El héroe venezolano nos dijo muy claramente: "… si mi muerte contribuye para que cesen los partidos y se consolide la unión, yo bajaré tranquilo al sepulcro". Es la expresión de alguien que ya muy adolorido por tanta traición y las acciones de secesión del territorio grancolombiano no le quedaba más que clamar por una paz sepulcral. Todo parecía que fue en vano, así lo dijo apesadumbrado después de tanto sacrificio "He arado en el mar".
Todas las reflexiones que se hacen sobre Colombia, parecen extraídas de un cuento del "Gabo", es una situación de "realismo mágico marqueziano", que hace sucumbir esperanzas, reflejo de la cruel y espantosa herencia española, de 528 años de oprobio, que todavía amarga sobre la conciencia de los hermanos colombianos, pueblo bravo, aguerrido y noble, pero lamentablemente sumergido, por intereses bastardos, en una anarquía mental y social, que no los deja coordinar acciones para lograr la ansiada libertad de los poderes fácticos que los gobiernan. Es una tarea del pueblo latinoamericano la descolonización para salir de una vez por todas de las taras mentales en la que sumieron a los habitantes de esta parte del continente americano.
En la actualidad nada ha cambiado, siguen los colombianos, como neocolonia, dependiendo de las órdenes que dicten desde el norte, le han dado el triste papel de productores de todo tipo de drogas, para enviarlas hacia los Estados Unidos, el jefe del Cartel más grande del planeta, cuyo objetivo es seguir adormeciendo a la sociedad gringa y a sus satélites europeos.
La violencia política continuó desde el tiempo del "Gaitanazo", cuando asesinaron a un insigne líder querido por su pueblo. ¿Por qué ha tenido que ser la matanza de los más destacados en su lucha por la liberación del pueblo, de influencias ajenas a estas tierras? Pasaron por una justificada lucha de guerrillas que iluminaron una esperanza, que no pudo llegar a buen término por las divisiones, porque está escrito y es el adagio que ha tenido más éxito en su aplicación: "Divide y Vencerás". Y es lo que les ocurre a los pueblos, al estar divididos no tienen opción de poder. Esa es una vieja costumbre que no pierden los que se consideran ungidos para encabezar los procesos sociales, que pierden la perspectiva de la lucha revolucionaria y la ambición los sumerge en una debacle, propiciada por ellos mismos, puesto que "si no soy yo, no es nadie" ese es el punto de vista del caudillismo, causante de los fracasos de las mejores voluntades y lo peor de todo, eso es lo que aprovecha la oligarquía que como única virtud, si se le puede llamar así, siempre están unidos en la defensa de sus intereses.
Se puede decir que en Colombia para dominarla asesinaron a sus principales figuras, una vez que en 1948 iniciaron esa modalidad de acabar con la vida de quienes decidieron iniciar una lucha contra los opresores del pueblo:
Jorge Eliecer Gaitán: Eliminado el 09 de abril de 1948. La oligarquía no perdona la osadía. La Agencia Central de Inteligencia (CIA, siglas en inglés) estadounidense con su "Operación Pantomima" impidió su inminente llegada a la Presidencia de Colombia.
Rodrigo Lara Bonilla: Asesinado el 30 de abril de 1984. El Ministro de Justicia de Colombia luchaba contra los carteles de la droga. Fue víctima de dos sicarios pagados por el Cartel de Medellín, y su autor intelectual fue Pablo Escobar.
Guillermo Cano Isaza: Muerto el 17 de diciembre de 1986 (un mensaje subliminal). El Director del diario El Espectador fue asesinado por sicarios del Jefe del Cartel de Medellín, Pablo Escobar. Este ciudadano colombiano tenía una lucha frontal contra los carteles de la droga y la corrupción. Cano fue asesinado por sicarios pagados por el capo del referido cartel, Luis Carlos Molina Yepez.
Jaime Pardo Leal: Asesinado el 12 de octubre de 1987 (otro mensaje a García). El hombre que todos en Colombia sabían que lo iban a matar. Fue candidato a la presidencia de Colombia por la Unión Patriótica, organización política de la cual fue su jefe. Enfrentó a los corruptos, los carteles de la droga y al paramilitarismo. Su sentencia era inapelable: Muerte segura.
Luis Carlos Galán Sarmiento: Asesinado el 18 de agosto de 1989. Un hombre destinado a ser presidente de Colombia, sin embargo su suerte estaba sellada, sabía con exactitud que lo iban a matar, consciente de ello expresó: "A los hombres se les puede eliminar, pero a las ideas no. Y al contrario, cuando se elimina a veces a los hombres, se robustecen las ideas"
Carlos Pizarro Leongómez: Asesinado el 26 de abril de 1990. El "Guerrillero de la Paz", era un potencial presidenciable, pero tenía como enemigos a los paramilitares, a los carteles de la droga y a la rancia oligarquía. El denominador común siempre es la oligarquía y sus aduladores de la burguesía, formada ésta para ser sus testaferros serviles. El anti líder de las Autodefensas Unidas de Colombia (AUC), en su libro "Mi confesión" publicado en 2001 junto al periodista Mauricio Aranguren, asumió la autoría intelectual de ese asesinato.
Álvaro Gómez Hurtado: Asesinado el 02 de noviembre de 1995. Las FARC reconocieron su asesinato, y ya cercano el momento de firmar la Paz en la Habana, Cuba, afirmaron algo muy importante que a veces justifica ciertas acciones, sean estas decisorias en circunstancias de incertidumbre: "la guerra nubla la mirada del futuro y sólo permite ver la realidad en blanco y negro para dividirla en amigos y enemigos".
Jaime Garzón Forero: Asesinado el 13 de agosto de 1999. Un periodista, abogado, humorista e influencer de la vida colombiana, este personaje no podía seguir a través de su programa de televisión despertando conciencia. Todo fue una tramoya encubierta por los cuerpos de seguridad de Colombia y del Gral. Mauricio Santoyo, exjefe de seguridad de Álvaro Uribe, el Sub-director del Departamento Administrativo de Seguridad (DAS), José Miguel Narváez, con la participación de las AUC a cargo de Carlos Castaño Gil, autor intelectual por encargo, los sicarios del grupo criminal "Terraza" de Medellín (Alexander Londoño, alias "Alex Sampedro", Yeimar de Jesús Arboleda Suarez, alias "Yilmar", Helquin Sánchez Mena, alias "El Negro Elkin" y Ángela María George Torres, alias "Ángela"). El Coronel Jorge Eliecer Plaza, encargado de espiar los movimientos de Garzón.
Los autores materiales, "Alex Sampedro, pistolero, y "Yilmar, motociclista" fueron entregados a Diego Fernando Murillo (Don Berna), un narcotraficante del "Cartel de Cali", para que los mataran y con ello desaparecer parte del hilo conductor del asesinato de Garzón. A "Ángela" la secuestró la policía en El Poblado, en la ciudad de Medellín y posteriormente se la entregaron a los paramilitares del bloque "Cacique Nutibara" para ser eliminada. Carlos Castaño Gil mata al "Negro Elkin" en la finca "La Perra Perdida".
Isaías Duarte Cancino: Asesinado el 17 de marzo de 2002. Arzobispo de Cali, fue un líder de la iglesia católica que estaba en contra de la corrupción política y de los carteles de la droga, su mayor pecado que lo sentenció a muerte ocurrió el 08 de febrero de 2002 cuando exigió a los feligreses que votaran por "personas transparentes, que no estén financiadas con dineros del narcotráfico, causante y financiador principal de la violencia y la ignominia en Colombia".
Cuántas muertes han tenido que ocurrir desde principios del siglo desde los dos últimos años del siglo XX y las dos primeras décadas del siglo XXI para que la oligarquía criolla siga dominando al pueblo colombiano:
Gobierno de Andrés Pastrana Arango (1998-2002): 2.453.628 víctimas
Gobierno de Álvaro Uribe Vélez, "Dr. Varito" (2003-2010): 3.374.270 víctimas, fue el creador de los FALSOS POSITIVOS y las fosas comunes, los descuartizamientos de personas y quien asumió la industria de la droga como forma de vida, no en balde lo conoce y lo tiene amarrado la Administración para el Control de la Droga (DEA) y el gobierno gringo, a su voluntad, con el expediente Nº 82.
Gobierno de Juan Manuel Santos (2010-2018): 609 líderes sociales fueron asesinados, no se incluyen los que esconden por falta de denuncia de un pueblo que tienen acobardado y horrorizado con amenazas de sicarios, descuartizamiento, desapariciones y masacres colectivas.
Gobierno de Iván Duque (2018-2020): En el primer año de gestión, hasta el 29 de agosto de 2019, se puede detallar cómo ha sido la carnicería que ha realizado contra el pueblo de Colombia.
Asesinatos cometidos por el gobierno, paramilitares, aliados de los carteles de la droga, el ejército y demás cuerpos de seguridad colombianos:
Defensores de los derechos humanos: 229 asesinatos
Líderes indígenas: 66 asesinatos
Líderes afro descendientes: 5 asesinatos
Líderes campesinos ambientalistas: 106 asesinatos
Ex-guerrilleros de las FARC: 33
Total de asesinatos (2018-2019): 439 asesinatos, sin contar los falsos positivos, en donde Duque y su mentor, Dr. Varito, son unos expertos maquillando cifras.
Hasta el 24 de agosto de 2020, en su segundo año han ocurrido 45 masacres con 182 muertos, según lo revela la ONG colombiana Instituto de Estudios para el Desarrollo y la Paz (Indepaz). En otra información de esta misma ONG indica que en lo que va de año han asesinado 233 líderes cívicos.
El 29 de octubre de 2020 fue asesinada la lideresa comunitaria Juana María Perea Plata, muerta en las playas de Nuquí, departamento del Chocó, quien dirigía un hotel ecoturístico en Termales.
Por otro lado, no se conocen las muertes de dirigentes sociales desde el 25 de agosto hasta el 30 de octubre de 2020. Pareciera que es una maldición ser dirigente social, campesino, indígenas, de los derechos humanos, afro descendientes, entre otros, en la tierra gran colombina.
Llegará el día que el pueblo colombiano se levante como impulsado por un resorte y logre alcanzar el poder para redimir todas las adversidades por las que ha tenido que pasar desde la colonia hasta nuestros días.
"Cosas veredes Sancho"
¡Patria o Muerte, Venceremos! ¡Hasta la victoria siempre!