Creemos que ustedes tendrían que volver al colegio

Este potencial para el error es lo que hace que la incompetencia y la avaricia que se han convertido en el sello de la administración de Estados Unidos, desde Irak, Siria y Venezuela, resulten espantosas. Un documento de identidad falso surgido de cualquiera de estos tanteos electrónicos del terreno es suficiente para que un padre de familia apolítico con algún parecido a alguien cuyo nombre es similar al suyo (al menos para alguien sin conocimientos de árabe o de la cultura musulmana) sea señalado como un terrorista potencial. Y el proceso de incluir nombres y organizaciones en listas de vigilancia también está ya en manos de empresas privadas, igual que los programas para cruzar los nombres de los viajeros con los que forman el banco de datos. Había más de medio millón de nombres en una lista de posibles terroristas en el Centro Nacional de Contraterrorismo. Otro programa, el sistema de focalización automatizada (ATS), hecho público, ya ha signado una clasificación de "valoración del riesgo" a decenas de millones de viajeros que pasan por Estados Unidos. La clasificación, que nunca se muestra a los pasajeros, se basa en patrones de sospecha revelados a través de recopilación de datos comerciales (por ejemplo, información proporcionada por líneas aéreas sobre "la historia del pasajero: compra de billete de ida, preferencias sobre el asiento, consultas frecuentes de folletos, número de bultos que forman su equipaje, cómo paga los billetes e incluso qué pide para comer"). Los incidentes sobre un supuesto comportamiento sospechoso se anotan para generar la clasificación de riesgo de cada pasajero.

Cualquiera puede recibir la prohibición de volar, una denegación de un visado de entrada a Estados Unidos o incluso ser arrestado y calificado de "combatiente enemigo"; basta una prueba conseguida con estas cuestionables tecnologías, una imagen borrosa obtenida a través del software de identificación facial, un nombre mal escrito o un fragmento de una conversación mal interpretado. Si los "combatientes enemigos" no son ciudadanos de Estados Unidos, probablemente nunca sabrán de qué se les acusa, ya que la administración les despoja del habeas corpus, el derecho a presentar pruebas en un tribunal, a un juicio justo y a una defensa satisfactoria.

Si el sospechoso es trasladado a Guantánamo, es muy posible que termine en la nueva prisión de máxima seguridad para 200 presos construida por Halliburton. Si es víctima del programa de "rendición extraordinaria" de la CIA, secuestrado en una calle de Madrid o mientras cambia de avión en un aeropuerto norteamericano, y trasladado rápidamente a uno de los llamados "black sites" en algún punto del archipiélago de prisiones secretas de la CIA, el prisionero encapuchado probablemente volará en un Boeing 737, diseñado como jet de lujo pero adaptado para ser uso. Según The New Yorker, Boeing actúa como "la agencia de viajes de la CIA"; ha "tapado·" planes de vuelo para 1.245 viajes de rendición, ha organizado al personal de tierra e incluso ha reservado hoteles. Un informe de la policía española afirma que el trabajo corrió a cargo de Jeppesen International Trip Planning, filian de Boeing en San José. En mayo de 2007, la Unión Americana de Libertades Civiles presentó una demanda contra la filial de Boeing. La empresa se ha negado a confirmar o desmentir las acusaciones.

—Muy pronto, las celdas de Bagram y Guantánamo pasaron a estar abarrotadas de cabreros, taxistas, cocineros y tenderos, todos letalmente peligrosos según los hombres que los habían denunciado a cambio de una recompensa.

¡La Lucha sigue!



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Manuel Taibo


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