Los Urales (Rusia)

Regiones de Mólotov, Sverdlovsk, Cheliábinsk y Chkálov, Repúblicas Socialistas Soviéticas Autónoma de Bashkiria y Udmurtia.

Los Urales, tal como los entiende la geografía económica, es decir, las regiones y repúblicas mencionadas, no coinciden con los Urales según la geografía física.

Los montes Urales se salen en mucho de la zona económica de los Urales, tanto en el norte, donde la cordillera es la frontera natural entre la zona noreste de la parte europea de la U.R.S.S. y la Siberia Occidental, como en el sur, donde los Urales, con sus estribaciones meridional (los montes Mugodzhárskie), penetraron en la República Socialista Soviética de Kazajia. Estos dos extremos de los Urales no forman parte de la zona económica de los mismos debido a que hasta hace poco tiempo estos territorios estaban poco desarrollados económicamente, y el extremo sus, además, porque transpone los límites de la R.S.F.S.R. Por otra parte, la zona económica de los Urales no sólo abarca los montes Urales, sino también considerables llanuras que lindan con ellos al oeste y al este. Sin embargo, el principal elementos que liga económicamente a todas las regiones y repúblicas de la zona son precisamente los montes Urales, con su industria minera y metalúrgica.

La cordillera de los Urales, con sus enormes riquezas minerales y potente industria metalúrgica, viene a ser como la columna vertebral económica de todas esas regiones.

Las llanuras que se extienden al oeste y al este de los Urales son ante todo complementos agrícolas y suministran a la zona metalúrgica de los Urales víveres y mano de obra. En tiempos pasados suministraban también tracción animal.

Situación geográfica y condiciones naturales. Los Urales son la frontera natural entre la parte europea de la U.R.S.S., poblada ya hace mucho, y Siberia que los rusos empezaron a poblar en el siglo XVII. Así, pues, los Urales, por su situación geográfica, estaban llamados a servir de puente en las relaciones entre la parte europea de la U.R.S.S. y Siberia, así como de base principal en el proceso de población de Siberia y en el desarrollo de sus fuerzas productivas.

Los montes Urales son antiguos y están muy erosionados; a eso se debe su poca altura (las cimas más altas no alcanzan siquiera 2.000 m., es decir, son más bajas que los puertos del Cáucaso) y el que ricos yacimientos de minerales salgan a la superficie. La vertiente occidental es más suave, y la oriental más abrupta, muy quebrada por fallas. Por ello, las riquezas del subsuelo están allí más cerca de la superficie. Los principales yacimientos de minerales se encuentran a lo largo de la vertiente oriental.

La cordillera de los Urales se divide habitualmente en tres partes: Urales Septentrionales, Centrales y Meridionales. Las dos últimas partes se encuentran por completo en las regiones de los Urales, mientras que la primera sólo en su extremo sur.

Los Urales Centrales, a cuyo abrigo parecen recogerse, cada una por un lado, las regiones de Mólotov y de Sverdlovsk, s0on más bajos.

Los Urales Meridionales son mucho más alto que los Centrales, pero no alcanzan la altura de los Septentrionales. Los Urales Meridionales se dividen en varias cordilleras que se desarrollan hacia el sur en abanico, alcanzando 250 kilómetros de anchura.

A pesar de que son relativamente poco altos, los Urales son un obstáculo considerable tanto para el desarrollo del transporte ferroviarios como para el de la agricultura (en las cercanías de las empresas mineras y metalúrgicas).

Los Urales cubren una gran distancia de norte a sur, por cuya razón pasan por varias zonas climáticas, con diferentes suelos y vegetación. Como a mayor altura la temperatura es más baja, cada una de estas zonas se extiende hacia el sur, en la parte montañosa, un poco más que en las llanuras colindantes.

Los Urales pueden ser divididos en cuatro zonas climáticas: la del noroeste, con un clima fresco y húmedo; la del noreste, con un clima frío y bastante húmedo; la del suroeste, con un clima relativamente templado y algo seco, y la del sureste, con un clima continental y seco.

Debido a su poca altura, los Urales no condensan humedad en proporciones considerables; únicamente en los Urales Septentrionales hay pequeños glaciares. Por eso los ríos de los Urales no son tan caudalosos y no encierran tanta energía como los del Cáucaso. En la parte noroeste, en la vertiente occidental de los Urales Septentrionales y Centrales, la cantidad de precipitaciones atmosféricas es la mayor de la zona (hasta 700 mm.); en el sureste, es decir, en la vertiente oriental de los Urales Meridionales, orientados hacia las estepas áridas del Kazajstán, es donde se observa menos precipitaciones.

A ello se debe que los ríos de la vertiente occidental sean más caudalosos. De todos los ríos de los Urales, el Kama es el más importante para el transporte y para la generación de fluido eléctrico; al Kama sigue su afluente el Biélaia.

Los bosques abundan en el norte de los Urales y en las vertientes occidentales; la parte sureste, orientada hacia el Kazajstán, es esteparia. Los bosques de los Urales, a pesar de haber sido muy talados, encierran todavía gran importancia económica, y no sólo para los Urales, sino también para la región del Volga, adonde la madera se flota por el Kama.

La franja de estepas de tierras negras bordea los Urales, desviándose mucho hacia el sur, siguiendo la línea meridional de los bosques.

Las grandes diferencias climáticas, del suelo y de la vegetación, así como del relieve, ejercen una gran influencia en la agricultura de las distintas partes de la zona.

La principal riqueza de los Urales no la constituyen ni sus aguas ni sus bosques, sino sus minerales.

La mayor riqueza de la zona es el mineral de hierro, cuyos yacimientos, desiguales por sus reservas, se encuentran en distintos puntos, a lo largo de toda la cordillera. El mineral de hierro de los Urales se caracteriza por su gran porcentaje de metal y porque no lleva mezclas nocivas. Los yacimientos más importantes son:

En los Urales Meridionales, los de Jalílovo (región de Chkálov), los de Komarovo-Zigazinski (Bashkiria), los de la montaña Magnítnaia y los de Bakal (región de Cheliábinsk);

En los Urales Centrales, los de Taguil y Kushvá (las montañas Blagodat, Vysókaia y Lebiazhia), los de Alapáievsk y los de Serov (región de Sverdlovsk).

El mineral de hierro de los Urales, especialmente el de Bakal, es el mejor en la U.R.S.S. para la obtención de metal de alta calidad. Su importancia aumenta porque los Urales disponen también de bosques para la fundición del metal a base de carbón vegetal, así como de varios metales que se utilizan en la siderurgia para mezclarlos con el hierro y obtener metal de alta calidad. Entre ellos figuran el níquel, el cromo, el manganeso y otros.

Los Urales son también ricos en metales no ferrosos, sobre todo en cobre, que se encuentra, lo mismo que el mineral de hierro, a lo largo de toda la cordillera.

Las reservas de materiales primas químicas son enormes en los Urales. Hay allí sal común, sales de potasio, fosforitas, compuestos de cromo y piritas, sin hablar ya de los residuos de la coquificación, de las fundiciones de cobre y de la producción de carbón vegetal.

Hay además en los Urales oro, platino y piedras preciosas, así como asbesto, materias primas para la producción de aluminio (bauxitas), magnesio y diversos materiales de construcción. Por sus reservas de algunos minerales, por ejemplo, de platino, asbesto y piedras preciosas, los Urales ocupan uno de los primeros lugares del mundo.

De esta colosal diversidad y riqueza de materias primas minerales desdicen las reservas de carbón, concentradas en los yacimientos de Kizel (al noreste de Mólotov), de Egorshinsk (al este de Sverdlovsk), de Cheliábinsk y de Bogoslovsk, así como en algunos lugares de Bashkiria. De estos yacimientos, sólo el de Kizel proporciona carbón coquificable (a condición de que se le adicionen carbón del Kuzbáss). El carbón de los restantes yacimientos vale para combustible, pero no para la metalurgia. Por esto, es de suma importancia el desarrollo de la extracción de hulla en la zona, con el fin de limitar su importación (del Kuzbáss y de Karagandá) a la del carbón de coque necesario para la metalurgia.

El carbón vegetal es aquí un complemento esencial de la producción metalúrgica.

Tiene gran importancia como combustible energético el petróleo, encontrado en la época soviética cerca de Mólotov y Krasnokamsk, en Bashkiria (Ishimbái, Tuimazy) y en otros lugares. Los yacimientos petrolíferos de Bashkiria constituyen la base principal de la Segunda Bakú. En los Urales hay también considerable reservas de turba.

Las reservas de energía hidráulica no son muy grandes, y que los Urales son montes de poca altura. Los pequeños y dispersos saltos de agua de la zona tienen, sin embargo, gran importancia para la construcción de centrales hidroeléctricas pequeñas y medianas. Los ríos de las vertientes occidentales, especialmente el Kama, son más caudalosos y más ricos en energía. La enorme diversidad de las riquezas minerales de los Urales y la dispersión de sus yacimientos determinan la diversidad y dispersión de la misma industria minero-metalúrgica.

Como es lógico, lo que encierra mayor importancia para la agricultura no son los monte, sino la llanura recogida al pie de los mismos, sobre todo en la parte sur, en la franja mixta de bosques y estepas y en la franja esteparia de tierras negras.

Esbozo histórico y geográfico. Los Urales fueron la primera región minera a que llegó en su expansión Moscovia.

La industria minero- metalúrgica de los Urales adquirió ya gran desarrollo en tiempos de Pedro I, cuando Rusia experimentaba una enorme necesidad de metal para reequipar a su ejército. Las riquezas minerales empezaron a explotarse recurriendo al método de donar a particulares grandes extensiones de terreno a condición de que explotasen las riquezas del subsuelo. El problema de la mano de obra se resolvía concediendo a dichos particulares el derecho de llevar allí a campesinos siervos que eran adscritos a las fábricas. Debido a lo primitivo de la técnica y a la feroz explotación, trabajar en las fábricas de los Urales era peor que ir a presidio.

No sin razón, la historia de cada fábrica de los Urales registra multitud de rebeliones. En la sublevación de Pugachov, los obreros siervos de la industria minero-metalúrgica de los Urales constituyeron una fuerza importantísima.

Mientras no se conocía la fundación de hierro a base de carbón de piedra, los Urales, con sus minerales de alta calidad, enormes bosques y mano de obra gratuita, desempeñaron un papel muy importante en la metalurgia mundial. En el siglo XVIII, los Urales exportaban metal al extranjero, incluso a Inglaterra, que para entonces había talado ya todos los bosques para atender la fundición de hierro.

Los Urales perdieron su importancia mundial a fines del siglo XVIII, cuando en Inglaterra empezó a emplearse el coque en la fundición. La reforma de 1861 privó a las fábricas metalúrgicas de los Urales de la mano de obra gratuita, Pero, al llevar a cabo la reforma, los fabricantes conservaron sus enormes tierras, mientras que los siervos fabriles no recibieron lotes, de no contar unas minúsculas parcelillas junto a sus casas. Como no tenían otro medio de vida que su profesión, proporcionaban a los fabricantes mano de obra barata. Por eso en las fábricas de los Urales se mantuvo, en gran parte, el atrasado viejo régimen social. De otro lado, las pequeñas dimensiones de las fábricas, con la fundición a base de carbón vegetal, determinaban el atraso de la técnica. En tales condiciones, los Urales, a pesar de la alta calidad de sus artículos, no pudieron competir con la nueva zona metalúrgica que empezó a formarse en el sur a partir de la década de 70 del siglo XIX sobre la base del mineral de hierro de Krivói Rog, la hulla del Donbáss, capitales extranjeros y una técnica moderna. La metalurgia del sur adelantó ya a la de los Urales en la década del 90 del siglo XIX.

La vieja industria metalúrgica de los Urales que nos dejó en herencia la Rusia de los zares, la componían poco más de cien pequeñas fábricas, con instalaciones viejas y desgastadas, dispersas por todo el territorio de la zona y en la mayoría de los casos muy distantes de los ferrocarriles.

Población. La población de los Urales es por su composición nacional bastante homogénea. Los rusos componen más de las tres cuartas partes de toda población.

Entre las otras nacionalidades mencionaremos a los bashkires (R.S.S.A. de Bashkiria), los komi-permiakos (Comarca Nacional de los Komi-permiakos. Región de Mólotov), los udmurtos (R.S.S.A. de Udmurtia) y los tártaros, diseminados por toda la franja al oeste de los Urales.

La densidad media de la población es de unos 17 habitantes (ayer) por km2. En la época soviética, y gracias al potente desarrollo de la industria, han aumentado mucho tanto la densidad de la población como el porcentaje de la población urbana.

La población de los Urales se distinguía ya antes de la Revolución por sus hábitos de trabajo industrial. Debido al gigantesco desarrollo de la industria, sobre todo durante la guerra y la postguerra, la mayoría de la población está familiarizada con la técnica.

Gracias a los ingentes éxitos de la industrialización, la población urbana aumentó del 25%, en 1926, al 36%, en 1939. En 1926 había 26 ciudades, y ahora hay de 100. En la zona metalúrgica de los Urales, el porcentaje de la población urbana es dos o tres veces mayor que en las llanuras al oeste y al este de los Urales. El mayor porcentaje de población urbana es dos o tres veces mayor que en las llanuras al oeste y al este de los Urales. El mayor porcentaje de población urbana lo da la región de Sverdlovsk, la más industria entre todas las regiones de la zona.

Las ciudades industriales de los Urales, sobre todo las más importantes —Sverdlovsk, Cheliábinsk, Magnitogorsk, Nizhi Taguil y Ufá— se ensancharon considerablente durante la Gran Guerra Patria.

Las grandes ciudades de los Urales son de tipo industrial y están situadas, casi todas ellas, en la parte minera y metalúrgica de la zona.

Economía. En los primeros años del poder soviético hubo que restaurar, ente todo, la industria minera y metalúrgica de los Urales, en su mayor parte atrasada y muy destruida por las tropas de Kolchak. Las viejas fábricas, que funcionaban a base de carbón vegetal, ni siquiera podían proporcionar un millón de toneladas de hierro colado, y para impulsar la edificación socialista en el este, para la construcción de nuevos ferrocarriles, fábricas y ciudades se necesitaban millones y millones de toneladas. Los Urales, precisamente, debían resolver esta tarea, pues era la única región metalúrgica del este del país más o menos desarrollada.

Además, se tomaban en consideración las circunstancias siguientes:

1. Para todo el enorme territorio que se extienden al este de la cordillera, comprendidos Siberia, el Extremo Oriente, Kazajstán y el Asia Central, la situación geográfica de los Urales encierra mayores ventajas que la de la región minera y metalúrgica del Sur.

2. El hecho de que haya allí, además de minería de alta calidad (acompañado de todos los "satélites del hierro" necesarios), considerables reservas de combustible vegetal, lo que permite desarrollar en los Urales la producción del metal de alta calidad necesario para fabricar máquinas complejas.

3. Además de esto, los Urales cuentan también con otros recursos: metales no ferrosos y raros, así como las más diversas materias primas químicas.

Para producir millones de toneladas de metal, las fábricas de los Urales tenían que pasar de la fundición basada en el carbón vegetal a la fundición con carbón de piedra. Pero la desgracia de los Urales, como hemos dicho ya, consistía precisamente en que, disponiendo de abundantes reservas de minerales de alta calidad, casi no tenían carbones coquificables, tan necesarios para la metalurgia. Por otra parte, en la cuenca de Kuznietsk, situada más allá de la depresión de Siberia Occidental, había enormes reservas de magníficos carbones coquificables, pero apenas si se conocían reservas de mineral de hierro.

Ello hizo que surgiera la idea de crear el conjunto minero y metalúrgico de los Urales y el Kuzbáss. Pero la siderurgia basada en el mineral de hierro de los Urales y en el carbón de Kuzbáss era tan sólo el núcleo de dicho conjunto. Sobre su base había que crear todo un sistema de empresas de la industria pesada, en el que, además de la siderurgia, metalurgia no ferrosa, industria de maquinaria, fábricas de productos químicos, transporte y toda una red de centrales eléctricas.

La necesidad de crear una segunda base minera y metalúrgica en el este del país, aprovechado el mineral de hierro de los Urales y la hulla de Kuzbáss, fue expresada en 1930, en la resolución del Comité Central del Partido Comunista de la Unión Soviética, con las siguientes palabras:

"La industrialización del país no puede seguir apoyándose únicamente en la base minera y metalúrgica del sur. Para impulsar la industrialización del país tiene una importancia vital la creación en el este de una segunda gran base minera y metalúrgica de la U.R.S.S., aprovechando ricos yacimientos de minerales y de carbón en los Urales y en Siberia".

El XVI Congreso del Partido, celebrado en 1930, ratificó el acuerdo de organizar el conjunto minero y metalúrgico de los Urales y el Kuzbáss. Durante los años del 30, este acuerdo fue cumplido, y la U.R.S.S. tuvo su segunda base minera y metalúrgica.

Los Urales desempeñaron el principal papel en la creación del conjunto minero y metalúrgico de los Urales y el Kuzbáss. En el curso de esta obra, se transformaron también los propios Urales, perdiendo su vieja fisonomía y convirtiéndose en un poderoso bastión de la industria socialista.

La siderurgia de los Urales está representada por:

1) dos nuevas grandes fábricas, que proporcionan metal ordinario —la de Magnitogorsk y la de Nizhni Taguil—, y las nuevas fábricas de metales de alta calidad de Cheliábinsk;

2) más de veinte viejas fábricas, actualmente reequipadas, que proporcionan metales de alta calidad. La más importante de ellas es la de Serov.

"La fábrica de Magnitogorsk fue construida a principios del segundo quinquenio en la orilla izquierda del Ural, cerca de la montaña Magnítnaia, que encierra grandes reservas de mineral de hierro de alta calidad. Al mismo tiempo fue tendido el ferrocarril Magnitogorsk-Kartaly. A comienzos de la Guerra Patria, la fábrica de Magnitogorsk proporcionaba más metal que todas las viejas fábricas de los Urales juntas; a pleno rendimiento, esta planta da una producción muchas veces mayor que la que daban todas las fábricas siderúrgicas de los Urales antes de la Revolución.

"En los últimos años, la fábrica de Magnitogorsk, además de hulla del Kuzbáss, ha empezado a consumir, en proporciones cada vez mayores, carbón de Karagandá, también coquificable y situado mucho más cerca. Para acortar el camino entre Karagandá y Magnitogorsk se ha construido el ferrocarril Akmólinsk-Kartaly.

"La fábrica de Nizhni Taguil fue construida más tarde que la de Magnitogorsk, donde había ya una vieja fábrica que funcionaba a base de carbón vegetal. La montaña Vysókaia proporciona a la nueva fábrica el mineral de hierro necesario para su producción.

Las fábricas de los Urales que funcionan a base de carbón vegetal han organizado la producción de aceros de alta calidad, que tienen gran importancia para la construcción de máquinas. Entre las nuevas fábricas metalúrgicas que producen metales de alta calidad destaca la fábrica de aleaciones ferrosas de Cheliábinsk.

De acuerdo con el sexto plan quinquenal se pondrá en explotación una fábrica metalúrgica en Orsk-Jalílovo, en la parte sur de los Urales.

Lo mismo que la siderurgia, ha alcanzado notables éxitos la metalurgia no ferrosa de los Urales. Antes de la Revolución, componíanla allí fundiciones de cobre con anticuadas instalaciones que no valían para aprovechar las adiciones de azufre y de hierro tan abundantes en los yacimientos de mineral de los Urales. El hierro se convertía en escoria y el azufre se evaporaba, emponzoñando la atmósfera y destruyendo la vegetación en varios kilómetros a la redonda. Los nuevos procedimientos han permitido aumentar el porcentaje de cobre que se extrae del mineral, así como aprovechar mejor otros elementos del mineral, entre ellos el azufre, muy necesario para la industria de productos químicos y otras. Al mismo tiempo que se reequipaban las viejas fundiciones de cobre, se edificaron otras nuevas entre las que destacan las de los Urales Centrales, Krasnouralsk, Mednogorsk y Pishma (electrolítica)

Al comenzar la Guerra Patria, las fábricas de los Urales producían el 85% de todo el cobre en bruto de la Unión Soviética. Además de las fundiciones de cobre, en la época soviética se han construido en los Urales nuevas empresas productoras de zinc, níquel, aluminio y magnesio.

A base de una gran producción de metales, comprendidos los de alta calidad y los no ferrosos, se ha creado una poderosa industria de maquinaria, ante todo pesada, que requiere gran cantidad de metal y produce máquinas para la misma industria minera y metalúrgica, así como para el transporte y la agricultura. Los centros más importantes de la industria de maquinaria son: Sverdlovsk y Cheliábinsk, así como Nizhni Taguil, Mólotov y Ufá (mejor dicho, la ciudad de Chernikovsk, cerca de Ufá).

Las mayores fábricas de maquinaria son las siguientes:

1) Uralmash, en Sverdlovsk, fábrica de maquinaria pesada que produce instalaciones para la metalurgia, "empresa productora de fábricas", con una potencia suficiente para proporcionar anualmente instalaciones para una empresa como la planta de Magnitogorsk;

2) La fábrica de vagones de Nizhni Taguil, que trabaja a base de metal fundido en la misma ciudad y de maderas de origen local;

3) La fábrica de tractores de Cheliábinsk, que produce tractores pesados, famosos en todo el país.

Durante los años del poder soviético también ha sido creada, en realidad, la industria de productos químicos. Como hemos dicho ya, los Urales cuentan con las más diversas materias primas para dicha industria, pues hay allí yacimientos de sal común y de sales potásicas (cerca de Solikamsk y de Bereznikí), de fosforitas, de piritas y de compuestos de cromo. A esto hay que añadir los gases residuales de la coquificación de la hulla y de la elaboración de los minerales no ferrosos, así como del carboneo.

Entre las nuevas fábricas de productos químicos, las más importantes son la de Bereznikí y la de Magnitogorsk.

Por sus reservas forestales, la zona ocupa el segundo lugar en la parte europea de la U.R.S.S., después del noreste. Muchos bosques están "asignados" a una u otra fábrica y se destinan al carboneo. Sin embargo, quedan bastantes bosques, lo que permite desarrollar la industria forestal, que en la época soviética se ha extendido a nuevas zonas. Se ha desarrollado también la industria maderera y hay en la zona muchas serrerías, fábricas de chapa y de productos químicos de la madera, así como importantes fábricas de papel. Los excedentes de madera se flotan por el Kama y el Ufá hasta el Volga, que los lleva a Stalingrado (Volgogrado) y otras ciudades.

El rápido incremento de la industria, así como del transporte y de las ciudades, ha hecho crecer considerablemente la demanda de energía. Antes de la Revolución, el combustible principal en la zona era el carbón de leña; una parte ínfima de la energía la suministraban las hullas locales; las fábricas aprovechaban también la energía de los ríos por medio de la rueda hidráulica. La enorme y siempre creciente demanda de energía y de combustibles no podía cubrirse, ni mucho menos, con leña. Por ello se centró la atención en la hulla. La extracción de hulla local se multiplicó considerablemente, sobre todo en los yacimientos de Kizel y de Cheliábinsk. A pesar de esto, la extracción marchó durante varios años a la zaga de la demanda, por lo que se importaba gran cantidad de hulla del Kuzbáss y de Karagandá, tanto para la metalurgia como para la producción de energía. Se explotan también nuevos recursos energéticos como la turba, el petróleo y la fuerza hidráulica.

Han sido construidas más de diez centrales eléctricas que funcionan a base de hulla y de turba (ayer). Esas plantas están unidas por líneas de transmisión y forman un sistema energético único desde Bereznikí hasta Magnitogorsk. Ha sido puesta en explotación la potente central hidroeléctrica del Kama. Actualmente se están levantando varias importantes centrales. Durante los últimos años se han construidos muchas pequeñas centrales hidroeléctricas rurales.

Los Urales desempeñaron un importantísimo papel en la defensa de nuestro país contra los fascistas alemanes. El reequipamiento de la industria de los Urales, llevado a cabo en la anteguerra, permitió a la zona ya en los primeros meses de la contienda hacerse cargo de multitud de instalaciones industriales y grandes masas de mano de obra evacuadas del oeste.

Uno de los problemas principales de la zona consiste en desarrollar su propia base energética, con el fin de reducir la importancia de combustible energético por eso se fomenta en los Urales la extracción de hulla y petróleo y se impulsa las construcciones de centrales hidroeléctricas tanto grandes (en el Kama y el Ufá), como medias y pequeñas.

En el sexto quinquenio se terminaron la planta hidroeléctrica de Vótkinsk, en el Kama.

Tiene singular importancia para los Urales el tendido de nuevas líneas férreas. El ferrocarril del sur de Siberia asegurará a los Urales del sur comunicaciones más cortas con Siberia; tiene también importancia aumentar la capacidad de tráfico en las líneas Gorki-Omsk y Kartaly.Akmólinsk.

Durante la Guerra Patria, el peso específico de los Urales en la producción industrial de la Unión Soviética aumentó casi en cuatro veces, con la particularidad de que la rama principal —hoy constituye las dos terceras partes de toda la industria de la zona- pasó a ser la construcción de maquinaria, la producción de decenas de miles de automóviles, vagones, máquinas-herramientas e instalaciones para fábricas metalúrgicas.

En el último decenio, en los Urales se han construido varias fábricas de maquinaria compleja y de precisión. Hoy día, los Urales pueden producir toda clase de máquinas. Las empresas de los Urales fabrican las más diversas máquinas: desde enormes trenes de laminado hasta relojes. También se ha desarrollado mucho la industria ligera.

Así, pues, los Urales han desarrollado los "pisos superiores" de su industria y, de una región meramente minera y metalúrgica, se han convertido en una región industrial desarrollada en todos los aspectos.

Principales "nudos" de la industria pesada. Las ramas de la industria mencionada anteriormente —la minería, la metalurgia, la construcción de maquinaria, la de productos químicos, la maderera y la energética— constituyen el armazón de la industria de los Urales. Entre estas ramas existen vínculos muy complejos y es trechos. Estas empresas están distribuidas junto a los correspondientes yacimientos de minerales, formando "nudos", en cada uno de los cuales existen todas o la mayoría de las ramas. Los "nudos" más importantes son:

en la región de Sverdlovsk, el de Sverdlovsk, el de Taguil-Kushvá, el de Serov y el de Kámensk;

en la región de Mólotov, el de Mólotov, el Bereznikí y el de Kizel-Chusovaia;

en la región de Cheliábinsk, el de Cheliábinsk, el de Magnitogorsk y el de Miass-Zlatoúst;

en Bashkiria, el de Ufá;

en la región de Chkálov, el de Orsk.

Agricultura. El carácter y la importancia de la agricultura no son los mismos en las diversas subzonas de los Urales debido a las condiciones naturales, a la correlación entre la agricultura y la industria y al grado de desarrollo del transporte. Hay que distinguir, ante todo, la subzona montañosa y las llanuras situadas al oeste y al este de la cordillera, forestales en su parte norte y mixto o estepario en la sur.

En la subzona montañosa, que se extiende a lo largo de la cordillera, el desarrollo de la agricultura lo dificultan el relieve, los bosques y el clima. Las tierras aprovechadas no pasan allí, por lo común, del 20% y son en su mayor parte praderas; el resto lo constituyen huertas en terrenos contiguos a las casas, a orillas de ríos y riachuelos. La agricultura está aquí especializada, principalmente, en la producción de hortalizas y de leche.

La subzona forestal del norte, tanto en la llanura al oeste de la región Mólotov y al norte de la ciudad, como en la situada al este de la cordillera (región de Sverdlovsk, al norte de Irbit), no tiene gran importancia para la agricultura. La rama principal es la economía forestal: la tala, la flotación de madera y la industria maderera.

Entre las ramas de la agricultura que producen para el mercado tiene singular importancia la producción de lino y la cría de ganado lechero; en los últimos años se han extendido notablemente las siembras de cereales, sobre todo, de trigo.

El resto del territorio es en ambas llanuras, sobre todo en la parte sur, muy rico en cereales. A mayor distancia de los montes pasan a primer plano el centeno (en el norte) o el trigo (en el sur). En el extremo sur, en la región de Chkálov, tienen mucha importancia las sementeras de mijo. Entre los cultivos no cerealistas cuyo porcentaje en esta zona no es elevado, sobre todo en la llanura al este de los montes, predominan el lino y la patata en las regiones septentrionales y el girasol en las meridionales. En la orilla izquierda del Biélaia, en Bashkiria, se cultiva la remolacha azucarera.

La ganadería. Las regiones lindantes con la zona minera y metalúrgica se destacan por el gran desarrollo de la cría de ganado lechero, porcino y caballar (para el transporte). En las estepas secas del sur de ambas llanuras se cría ganado para carne y lana (ganado bovino y ovino). En el extremo sur, a lo largo de la frontera de Kazajia, se crían camellos. La industria de la alimentación, vinculada con la agricultura —molinos, fábricas de aceite y de mantequilla, mataderos y frigorífico— está distribuida por todo el territorio, junto a las fuentes de materias primas. En la época soviética, toda esta industria ha sido reestructurada a fondo: las pequeñas empresas con instalaciones anticuadas han sido sustituidas por grandes empresas dotadas de instalaciones modernas.

Transporte. En los Urales, el transporte ferroviario predomina sensiblemente sobre el fluvial, ya que, de todos sus ríos, únicamente el Kama y el Biélaia son regularmente navegables; los restantes se aprovechan para la flotación de madera.

Las líneas férreas de primer orden se han construido en los Urales, por lo común, en dirección latitudinal, con el fin de unir la parte europea del país con la asiática. Las líneas latitudinales más importantes son: Mólotov (antes Perm)-Sverdlovsk, pasando por Kungur, además de Sarapul-Sverdlovsk, Ufá-Cheliábinsk y Chkálov-Orsk.

"Al tender estas líneas se buscó, los lugares más favorables para salvar la cordillera. La dirección Sverdlovsk se eligió precisamente porque allí los montes son menos altos; la línea Ufá-Cheliábinsk aprovecha el fácil paso a lo largo del valle del Ai, cerca de Zlatoúst; por fin, el ferrocarril Chkálov-Orsk, má s que cruzar la cordillera, la bordea por el sur. En la vertiente oriental, la red de líneas longitudinales es más tupida".

Sverdlovsk es el nudo ferroviario más importante; entre los restantes son dignos de mención Cheliábinsk y Mólotov; esta última ciudad, puerto del Kama, tiene también importancia como punto de transbordo.

La gran importancia de las comunicaciones interiores viene determinada por el intercambio entre la parte minero-metalúrgica y sus "apéndices agrícolas", así como por los lazos de producción dentro mismo de la parte minero-metalúrgica (transporte de mineral, madera, hulla y artículos semifabricados).

En las comunicaciones exteriores de los Urales ocupa un lugar muy importante el transporte de carbón (de Karagandá) y la exportación de artículos de la industria pesada en distintas direcciones.

En cuanto a madera y cereales, así como a otros productos agrícolas, los Urales satisfacen en lo fundamental sus necesidades con sus propios recursos, importando tan sólo una cantidad muy reducida de madera y cereales de las regiones vecinas de Siberia Occidental; al mismo tiempo, la regiones occidentales de la zona envían al oeste sus sobrantes de madera (de los cursos superiores del Kama y del Ufá) y de cereales (de la orilla izquierda del Biélaia, en Bashkiria, y de la región de Chkálov).

El transporte de cargas entre la parte europea y asiática de la U.R.S.S. también intensifica mucho el funcionamiento de la red ferroviaria de los Urales.

¡Stalin…! siempre.

Nikolai Baranski.



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Manuel Taibo


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