El viejo y aniquilado imperio británico por obra e imposición de Washington, quien lo sometió a su antojo y lo ha convertido en una marioneta más para sus andanzas criminales por el mundo todo, se comporta frente al caso de sus soldados retenidos en Irán por violar las aguas territoriales de ese país, como la Pérfida Albión que lo fue hasta las primeras décadas del siglo XX.
Qué equivocado está Tony Blair y su desvencijado gobierno al pretender convertir un asunto bilateral que sólo compromete a su país con Irán y a nadie más, buscando en forma desesperada que el Consejo Seguridad de la ONU no solamente interceda para liberarlos, sino que llegue al extremo de acordar una resolución por medio de la cual se le ordene al gobierno iraní la libertad inmediata y sin condiciones de sus militares que tiene detenidos, mientras que esos efectivos, haciendo gala de una valentía inusual, le han dan a conocer al mundo entero que son víctimas inocentes de las políticas de agresión a los pueblos del tercer mundo por el capricho y la prepotencia del gobierno sanguinario de George W. Bush, al cual su país obedece sin pestañear, así como que, efectivamente, cuando fueron detenidos por los patrulleros iraníes estaban en aguas de su jurisdicción, lo cual desmiente de manera absoluta la versión del gobierno británico de que patrullaban aguas iraquíes.
Las autoridades persas dijeron al Reino Unido que la crisis se resolverá si admiten haber cometido un error.
oliverr@cantv.net