A fines de 2022 Brasil elegía a su Presidente y a los Diputados federales y estadales, y renovó a parte del Senado. Entonces, por parte de la campaña de Bolsonaro (que pugnaba por la reelección presidencial, enfrentando a Lula), se dispararon a través de Twitter (hoy llamado "X" después de que lo comprara Elon Musk, el segundo hombre más rico del mundo) millones de mensajes, emitidos simultáneamente mediante artificios tecnológicos, que inventaron noticias falsas y/o mintieron a propósito acerca de ideas, propuestas y supuestos comportamientos de sus adversarios (en especial de Lula y de aquellos que adherían a su candidatura), y acusaron, sin ninguna prueba, al sistema electoral brasileño de ser fraudulento. (Nótese que el propio Bolsonaro, antes de ser Presidente, había estado por casi tres décadas en el Parlamento, merced a ese sistema, modernizado con las urnas electrónicas desde 1996; y que también merced a ese mismo sistema, y ya con el uso de urnas electrónicas, tres de sus hijos ocupaban desde fechas más recientes cargos políticos electivos). Al mismo tiempo el bolsonarismo cuestionó abiertamente al Supremo Tribunal Federal de Brasil (STF, máxima instancia judicial del país), que defendía la transparencia del sistema electoral, y en especial atacó a su miembro Alexandre de Moraes, que en la época asumía también la presidencia del Tribunal Superior Electoral (órgano rector de los procesos electorales brasileños). Recuérdese que Moraes había sido designado para integrar el STF, no por un gobierno de supuesta izquierda, sino por el Vice-Presidente devenido Presidente que sustituyó a Dilma Rousseff después de sumarse al Golpe pseudolegal que la derribó de la presidencia en 2016.
[Comparada a esa avalancha falseadora bolsonarista, los casos provenientes del bando contrario, que los hubo, fueron una ínfima minoría producida por amateurs].
Ante esas circunstancias, el STF y en especial Moraes, resistieron a la embestida bolsonarista y al tiempo en que también actuaban contra el bando contrario (por ejemplo, contra el Partido da Causa Operária, PCO, de supuesta extrema izquierda), Moraes ordenó la suspensión de las cuentas de Twitter de personas que eran notorias impulsadoras de la campaña bolsonarista de noticias falsas y mentiras deliberadas diseminadas por millones.
Lula ganó por escaso margen en la segunda vuelta de la elección presidencial, derrotando a Bolsonaro. Pero éste, apoyándose en algunos militares (incluyendo algunos Generales) y muchos civiles siguió cuestionando el triunfo de Lula y al sistema electoral, y montó un Golpe de Estado que casi se consumó el 8 de enero de 2023 (una semana después de que Lula había asumido la Presidencia). Ese día una turba de millares de bosonaristas, convocados a través de las redes sociales, invadieron y depredaron en Brasilia las sedes centrales de los tres poderes, el Ejecutivo (Presidencia de la República, en cuya sede Lula no estaba ese día), el Legislativo (Cámara de Diputados y Senado), y el Judicial (STF).
La asonada contó con la complicidad activa o pasiva de fuerzas militares y policiales, que, según cabe suponer, los golpistas esperaban que se les sumaran en la ocupación de los edificios invadidos y lanzaran una proclama que declarara la consumación y triunfo del Golpe (reviviendo lo sucedido en 1964). En los momentos en los que escribo estas líneas aún se está lejos de conocer toda la trama golpista y el nombre y función de todos los involucrados en ella. De lo que ha salido a luz se desprende que ese Golpe solo no se impuso porque ya antes del 8/1/23, dos de los tres Comandantes de las Fuerzas Armadas (el del Ejército y el de la Aviación) habían dicho que no lo apoyaban, cuando Bolsonaro se los propuso. El jefe de la Marina, por el contrario, había puesto sus tropas a las órdenes de Bolsonaro para consumar el Golpe, cuando éste lo propuso, antes de partir hacia EEUU en el avión presidencial el 30/12/22 (dos días antes de que Lula asumiera la presidencia), donde esperaba el resultado de la trama golpista.
La primera semana de abril de 2024 Elon Musk confiesa que usa ocasionalmente la droga cetamina.
Y el 6 de abril de 2024 Musk usa su red antisocial "X" para decir que la misma fue forzada por decisiones judiciales a bloquear "determinadas cuentas populares en Brasil", y que se le prohibía divulgar cuáles fueron las cuentas afectadas, so pena de recibir multas diarias si no cumpliera la orden. Y agregó, mintiendo descaradamente: "No sabemos los motivos por los cuales esas órdenes de bloqueo fueron emitidas. No sabemos cuáles posteos supuestamente violaron la ley. Se nos prohíbe informar cuál tribunal o juez emitió la orden, o en cuál contexto".
Y por si fuera poco, en su condición de niño superrico drogadicto que quiere mandar en el mundo (y en parte logra hacerlo merced a la dictadura del Capital, que él representa como dueño de varias empresas superpoderosas), un día después Musk la emprendió directa y nominalmente contra Moraes, miembro del Supremo Tribunal judicial de un país (más o menos) soberano, que no es el suyo: Brasil. Dijo: "Ese juez traicionó descarada y repetidamente la Constitución y al pueblo de Brasil. Debería renunciar o sufrir un impeachment. Vergüenza, Alexandre, vergüenza".
Como respuesta Moraes incluyó a Musk como acusado en una causa judicial que había abierto bastante antes y que apunta a combatir las llamadas "milicias digitales" (las autoras de las citadas invenciones fraudulentas y mentiras diseminadas por millones).
Mientras ocurre ese flagrante ataque por parte de Musk a la soberanía de su país, hace cuatro años que duerme en el Parlamento (controlado hoy por la ultraderecha y la derecha) un Proyecto de Ley para regular a las redes sociales y evitar, entre otras cosas, las falsificaciones y mentiras que amparan Musk y su red antisocial.
Ante la dictadura capitalista que se extiende también a la esfera comunicacional la respuesta ecomunitarista es muy simple y definitiva. Se debe abolir la propiedad privada de todos los medios de comunicación, incluyendo las llamadas redes sociales, y pasarlos a la administración de las comunidades, empezando por las locales, y llegando al nivel planetario. Así, por ejemplo, los propios usuarios de una red social, comunicándose desde los espacios locales hasta el nivel planetario, fijarían y controlarían el cumplimiento de las reglas de uso de tales instrumentos. Para ello dialogarían y decidirían mediante procedimientos asamblearios y plebiscitarios, posibilitados por la propia red social. Procedimientos estos que se repetirían periódicamente, para corregir abusos y/o errores, y perfeccionar la eficacia y la utilidad (comunicacional, educativa, política, sanitaria, cultural-artística, etc.) de las redes.
Y un sistema ecomunitarista parecido se aplicaría a los demás medios de comunicación, adaptando los mecanismos comunitarios a las particularidades de cada uno de ellos (radios, televisiones y medios escritos, principalmente).
Mientras se camina hacia el Ecomunitarismo, lo mínimo que pueden-deben hacer los países es adoptar medidas regulatorias en el uso de los medios (incluyendo las redes sociales) que potencialicen el poder de las comunidades sobre ellos, minimicen en ellos los efectos de la dictadura del Capital, y neutralicen las prácticas y ataques de personajes como Musk. Cabe recordar que, adoptando en parte ese rumbo para los medios "tradicionales" de comunicación (TV, radios, y medios escritos), hace ya varios años en Argentina se debatió una ley que pretendía evitar la formación de monopolios y oligopolios mediáticos, y que repartía a los medios en tres sectores iguales: los estatales-públicos, los comunitarios y los privados.
Bibliografía mínima
José A. de la Fuente y Ricardo Salas (Orgs., 2021), Introducción al Ecomunitarismo y a la Educación Ambiental - Una lectura chilena de la obra de Sirio López Velasco, Ed. Ariadna, disponible gratuitamente en http://ariadnaediciones.cl/ https://doi.org/10.26448/ae9789566095330.16
y en https://zenodo.org/record/5745105#.YaZXEdDMI2w
y en https://dlc.dlib.indiana.edu/dlc/handle/10535/10827
en https://library.oapen.org/handle/20.500.12657/51640
y en https://es.scribd.com/document/561776175/Introduccion-Al-Ecomunitarismo-y-Educacion-Ambiental
Sirio López Velasco, La TV para el socialismo del siglo XXI: ideas ecomunitaristas, Ed. 13, Quito, 2023
Sirio López Velasco, Filosofia ecomunitarista aplicada – Textos breves 2022-2023 (Org. Claudinei A. de Freitas da Silva), Ed. Fi, Cachoeirinha, Brasil, 2023; disponible gratuitamente en
https://www.editorafi.org/ebook/a042-filosofia-ecomunitarista-aplicada
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