Haití, protesta y la caída

Hace veinticuatro años, Francisco Nolasco, Bonny Guillen, Julio Peguero y un servidor, quien escribe, de la organización cristiana Paz Dominicana, en la que milito, emprendimos una marcha completamente a pie, por la paz y la confraternidad del pueblo dominicano con el pueblo haitiano, partiendo desde el parque independencia en el Distrito Nacional de La Dominicana con destino al Champ de Mars en la ciudad de Puerto Príncipe del Hermano Haití. Fue una acción de fe guiada desde el cielo para declarar desde nuestra ínsula al mundo, la trascendental misión de llevar un poderoso mensaje de otrora dimensión dando inicio a un nuevo ciclo para la humanidad donde prevalecerán la fuerza de la verdad y el amor, hacia la convivencia armónica de los pueblos del mundo.

Desde entonces la paz dominico haitiana ha sido parte de la agenda divina que guía la misión de nuestra hermandad, construyendo confraternidad con la hermana nación sin intervención foránea, ni aviesa financiación internacional por parte de naciones potencias, tales como Francia, Estados Unidos, Canadá entre otras, con propósitos de alentar un plan malvado para despojarnos de las enormes riquezas en minerales y de otra especie de la que gozamos. Apuestan al resquebrajamiento de nuestras soberanías nacionales por medio a la degradación de nuestra fe en Dios, promoviendo una campaña bestial para sodomizar a nuestra gente al extremo de quedar tan débiles que no poseamos la fuerza para luchar por nuestro destino divino, mas sin embargo, los pueblos siempre conservan una generación acorde al espíritu que nos hizo emerger en la gran sinfonía de las naciones de la tierra.

Desde que surgimos públicamente hemos estado accionando para despertar la conciencia y el interés de los dominicanos y los haitianos, advirtiéndoles de toda esta fragua infernal por poderes bien camuflados de políticos títeres de esos espurios intereses, periodistas bajo su nómina y falsos activistas sociales, que han querido entregar el poderoso y a la vez sublime legado ancestral divino por un triste plato de lentejas. Nuestras contribuciones hablan más alto que esas voces agoreras que se han creído detentoras de la autoridad de ceder nuestra identidad nacional bajo las sutilezas del constante zigzag serpentino.

Han desarrollado todo tipo de villanía en complicidad con los orcopolitas ciudadanos del infierno para implantar sus malas semillas y lo que han logrado ha sido mostrar sus verdaderos rostros, más la luz de la verdad ha resplandecido en medio de todas estas maldades y continuara haciéndolo hasta que el nombre de Dominicana resuene en los corazones de toda la humanidad.

Protesta.

El deterioro es de tal magnitud que los remanentes de una raza de víboras se esfuerzan en intentar sacarle provecho al descalabro de un establishment del averno ante su estrepitoso derrumbe, presentando dicho derrumbe exento de un fundamento extraído de las letras divinas, que todo final conlleva un principio. Fue así lo sucedido en el diluvio, cuando era anegada la tierra desde el cielo y la tierra, YHVH salvaba a Noé y su familia, junto a las parejas de animales que se encontraban en el arca que le ordenó construir. O cuando el ángel de la muerte se llevaba a los primogénitos de Egipto, al tiempo se rompían las cadenas de la esclavitud de Israel. Más la confusión trae consigo más confusión y locura mordaz, así se comportan los soberbios, no ven lo inminente e intentan pescar en mar revuelto. Se les hizo tarde.

Marcha verde fue el holocausto de la protesta social en Dominicana, de un solo fuetazo le arrancaron la careta a los falsos líderes, ahora explayan sus muecas afeminadas y enfermizas, al son de una danza demoniaca ante un pueblo en estado de indefensión. Y ahora los mismos convocantes de esas marchas verdes oscuras pretenden la desfachatez de volver a repetir el mismo guion, ahora que todo se desploma. ¿Acaso alguna vez han convocado una protesta que persiga algún bien, que no sea el drenar las mejores energías de un pueblo en una causa inútil para terminar de enterrar sus esperanzas, subyugándolo, y que solo le reste la imposición de los santos oleos? ¿Los hemos vistos proponer una protesta masiva contra la destrucción voraz del cartel minero del acervo ambiental nacional? ¿Y que hablar de los efectos adversos de las vacunas contra el covid 19, o de la contaminación que producen las malignas antenas de telefonía, causando tantas enfermedades y muertes? Por supuesto que no, solo son una voz infectada por el mal queriendo tener ganancias de pescadores.

Es su pretensión su intento vano de despojarle la victoria al primer fundamento de la Patria: Dios. "No es ni con el ejército ni con la fuerza, sino con mi Espíritu, ha dicho el Dios de los ejércitos". Zacarías 4, 6.

La caída.

¿Puede alguien tan siquiera pensar que un hombre en caída libre le sería posible retroceder? Sin embargo mientras cae la maldad mantiene sus garras afiladas para ante su destino irrevocable, arrastrar a los que más pueda a su justa condena. "Tú que decías en tu corazón: Subiré al cielo; en lo alto, junto a las estrellas de Dios, levantare mi trono, y en el monte del testimonio me sentaré, a los lados del norte: sobre las alturas de las nubes subiré, y seré semejante al Altísimo. Mas tu derribado eres hasta el Seol, a los lados del abismo". Isaías 14,13-15. Que el Espíritu les de entendimiento.



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Rafael Guillén Beltre


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