En 1943 no se entregó el Premio Nobel de Literatura por un escándalo sexual, por la denuncia de acosos y abusos sexuales de los dirigentes de la academia sueca. Luego, en 1964, el escritor francés Jean Paul Sartre lo rechazó, porque consideraba que mientras más alejado estuviera del poder, mejor.
Desde entonces, la academia y el premio siempre han estado en el ojo del huracán, por un proceso de prostitución, que ya se hace inocultable. Porque al tema de la sexualidad, los acosos, violaciones, etc, se sumó la influencia del poder político de los Estados para que se designara a una persona, que a lo mejor no merecía el reconocimiento.
El primer grito al cielo fue cuando nombraron a Henry Kissinger para el premio, pero después le siguieron una serie de personalidades, cuya duda para merecerlo, estuvo en tela de juicio en el mundo entero: también Menahem Begin, Anwar El Sadat, Frederik De Clerk, Yiksah Rabbin, Shimon Peres, Al Gore, Barak Obama, Juan Manuel Santos. Dejando en cuenta que Obama, negro, con ancestros africanos conocidos, es considerado el mayor asesino de la historia del Big Brother; y por cierto, quien sentenció a Venezuela por ser una amenaza inusual y extraordinaria, también obtuvo ese galardón.
Ahora un supuesto grupo de ilustres "académicos" de Miami, postularán a La Interfecta al premio Nobel de la Paz, quien, al parecer, se ubica en una lista en donde también se encuentran Benjamín Netanyahu, asesino de 44.000 palestinos, incluyendo 9.000 niños y destruido toda una ciudad; y Vladimir Zelensky, autor de la invasión a Rusia y responsable por la muerte de 50.000 personas y la destrucción de ese país.
Cuál es el mérito de La Interfecta para ser candidateada a un premio nobel de la paz, cuando se le ha demostrado la planificación de actos violentos, la contratación de bandas delictivas y ha solicitado la invasión a Venezuela por fuerzas militares extranjeras. Una persona que no ha dicho una sola palabra en función de la paz y la reconciliación. Una persona que ha dicho que no transige y que hasta las secretarias de los ministerios deben ser despedidas.
Y la otra pregunta es, cómo un grupo de "académicos" se prestan para hacer semejante postulación. Esta es la corroboración de que el Nobel está totalmente prostituido, y que no tiene ningún valor moral, ético o deontológico, más allá de los 976.000 dólares que entregan.
Rafael Rodríguez Olmos
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