El Grupo BRICS+ se ha convertido en una fuerza de integración capaz de mejorar el actual sistema económico, monetario y financiero en los intentos para fortalecer un mundo multipolar más equitativo que beneficie al Sur Global.
La Cumbre de Kazán a celebrarse en la Federación de Rusia del 22 al 24 de octubre marcará otro hito importante para el desarrollo y ampliación del Grupo al que también desean integrarse otras naciones. El BRICS+ lo conforman actualmente Brasil, Rusia, India, China, Sudáfrica y desde enero de 2023, Egipto, Etiopía, Emiratos Árabes Unidos y Arabia Saudita.
En el cónclave posiblemente se analizará el BRICS Bridge, un sistema que operaría sobre la base de la plataforma de pago supranacional y funcionaría de forma similar al Swift occidental (Estados Unidos y Europa). Los pagos se realizarían en las monedas nacionales de los países miembros, mientras que el Nuevo Banco de Desarrollo (NDB) actuaría como plataforma para la integración, conversión y compensación.
El llamado SWIFT occidental controlado por Estados Unidos es una red de mensajería que usan las instituciones bancarias financieras para transmitir informaciones e instrucciones seguras a través de códigos estandarizados y tiene más de 11 000 entidades financieras de 200 países.
El bloque del BRICS+, operaría con un enfoque de relación flexible en el que no se pierde la soberanía nacional de cada nación ni se crean instituciones supranacionales.
De esa forma se potenciaría el comercio entre los socios al facilitar las transacciones de los gobiernos, las empresas y las personas. A la par se crearía un mecanismo efectivo que limita o reduce la hegemonía del dólar y, por consiguiente, eliminaría el chantaje y la extorsión de las presiones estadounidenses.
Claro que siempre habría riesgos pues Estados Unidos utilizará todos los medios a su disposición para resistir cualquier intento de desplazar al dólar de su posición central en el sistema monetario internacional.
Esta ha sido su práctica histórica, desde las negociaciones financieras y monetarias al final de la Segunda Guerra Mundial. Washington mira con profunda desconfianza los avances sobre la desdolarización entre los países BRICS+ y es probable que intervenga para bloquear iniciativas, fomentar divisiones o ejercer presiones sobre varios miembros, y el BRICS+ tendrá que enfrentar ese reto.
En los últimos años se ha hecho más evidente que el sistema monetario internacional basado en el dólar ya no es funcional. En ese sentido, el BRICS+ plantea la reconfiguración y transición del orden internacional actual, unilateral y hegemónico, hacia uno con características multipolares más justas y equitativas.
Al abogar por la desdolarización, el Grupo pretende mitigar los diversos riesgos que plantea el dólar estadounidense. El billete verde ha ido perdiendo espacio y en 2023 representó el 45 % de los pagos internacionales.
Otro de los temas que al parecer se abordará es la creación de una moneda única, necesaria en estos tiempos por lo irracional de la actual situación monetaria y financiera mundial para lo cual se necesitará voluntad política de sus integrantes, pues técnicamente esa moneda está casi lista, según funcionarios rusos.
Moscú propone llamarla R5, ya que todas las divisas de los cinco países fundadores empiezan por la letra R: real, rublo, rupia, renminbi y rand. No será necesario que el R5 tenga una existencia física pues podría ser digital con un banco encargado de emitirlos, sin interferencias de los bancos centrales. Una moneda virtual para transacciones internacionales que también podría funcionar como entidad de ahorro.
En 2024 el BRICS+ ya representaba a nivel mundial, el 46 % de la población; el 37,6 % del PIB y el 70 % de la producción petrolera. Más de dos docenas de naciones están interesadas en ingresar al Grupo y los números siguen en aumento, lo cual también será analizado en la Cumbre de Kazán.
Con el avance indetenible del BRICS+ las sanciones se harán más obsoletas, se estará a las puertas de un sistema de pago independiente, inmune a la presión política, al abuso y a la interferencia de extorsiones externas mientras que se configurará la arquitectura de un nuevo orden monetario- financiero, cuyo objetivo principal será proteger a los países del Sur Global de la influencia del dólar.