Desde el ataque del 7 de octubre por parte de combatientes de Hamas contra Israel, comenzó una nueva fase de la lucha entre el pueblo oprimido de Palestina y el opresor sionista colonialista. Todavía queda en duda si la inteligencia israelí -de tanto prestigio internacional- falló o lo dejaron correr para tener una excusa. Ante el ataque y la incursión de Hamás, las FDI (Fuerzas de defensa de Israel) aplicaron la directiva Hannibal, que ordena aniquilar al enemigo y si hace falta abrir fuego sobre los propios ciudadanos o soldados israelíes para impedir que sean tomados como rehenes. Por lo que es probable que una parte de las víctimas que le achacan a Hamás hayan sido asesinadas por el propio ejército israelí.
Con el ataque de Hamás como argumento, Israel desencadenó una barbarie genocida. Bombardeó indiscriminadamente la Franja de Gaza, a su población civil, escuelas, hospitales, ambulancias. No es una derrota militar de Hamás la que buscan, sino la extinción del pueblo palestino, y la expulsión de los que queden al desierto o a otros países para que los colonos ocupen sus tierras.
Los propagandistas de los medios de difusión -en el mundo occidental todos pro-sionistas- dicen que la culpa la tuvo Hamás por su ataque, que "ellos empezaron". Dicen eso para hacer pasar a Israel como víctima de unos terroristas. Pero eso es una gran falsedad. En la Palestina "histórica", convivían pacíficamente una mayoría de árabes con una minoría judía. "Los que empezaron" fueron los sionistas, que con apoyo imperialista ocuparon el territorio palestino y expulsaron a fuerza de masacres a la población árabe de sus casas y sus tierras. Eso ocurrió hace 77 años, pero el pueblo palestino nunca dejó de luchar e Israel nunca paró de masacrarlos. Los pro-sionistas quieren que la opinión pública mundial crea que Israel lucha contra terroristas que los atacan sin motivo. Pero no pueden explicar porque hay tantos terroristas y porqué los atacan. Ahora mismo -como el propio Netanyahu ha dicho- están en guerra con Hamás en la Franja de Gaza y los palestinos de Cisjordania, con el Hezbollah en el Líbano, con los hutíes de Yemén, contra milicias chiítas en Siria y en Irak, y contra Irán. Por más diferencias políticas que haya con las direcciones nacionalistas palestinas, chiitas e iraníes ¡Que nadie venga a poner un signo igual entre la violencia del oprimido contra la violencia del opresor!!
Llaman a Hamás organización terrorista, igual que a Hezbollah. Pero su pueblo los llama combatientes de la resistencia. Los yankis les dicen "el eje del mal", pero en su tierra son el eje de la resistencia al imperialismo y al colonialismo israelí. Sabemos que el nacionalismo de esas organizaciones es un nacionalismo burgués y entonces tiene un límite, Ya que no quieren armar y movilizar a la clase trabajadora y al pueblo contra el sionismo. Al contrario, muchas burguesías árabes han terminado pactando con ellos y el imperialismo yanki. Pero en tanto hay una lucha directa entre ambos bandos, el opresor colonial e imperialista y el oprimido, hay que saber de qué lado del combate ubicarse. ¡¡Estamos por la derrota del Estado de Israel!!
Sin embargo, esta derrota no se producirá exclusivamente por medios militares. Ni tampoco bajo la dirección de las burguesías árabes. Ya vimos todo el tiempo que se tomó y las vacilaciones que tuvo la burguesía iraní para responder a los ataques sionistas, tan alevosos que asesinaron al principal dirigente político de Hamás en la propia capital iraní. Anteriormente fue asesinado en 2020 por parte de EE-UU el comandante del grupo élite Quds de la Guardia Revolucionaria iraní Qaser Soleimani. La muerte hace pocos meses del presidente de Irán, Ebrahim Raisi, en un supuesto accidente -por la caída del helicóptero en el que viajaba- es dudosa. En las últimas semanas varios de los principales altos mandos del Hezbollah también fueron asesinados. Ahora Israel ocupó la zona sur del Líbano y está bombardeando Beirut, disparando más de mil misiles en cada ataque. Pero Irán se conformó con su respuesta del 2/10 con el envío de dos centenares de misiles contra objetivos militares de Israel. Está bien, pero no resuelve nada. Ahora todos están esperando un contrataque israelí.
El Estado de Israel debe ser derrotado. Pero en estos 77 años la burguesía árabe ha demostrado su inconsecuencia. El Estado sionista debe ser destruido, pero no solo como estado racista, para terminar con el apartheid, para democratizarlo, para instaurar una Palestina democrático-burguesa, como plantea la izquierda centrista (PTS) (*). El pueblo palestino quiere recuperar sus casas y sus tierras, pero también quiere vivir en paz. Esto no se conseguirá con una derrota del Estado colonialista, para instaurar una Palestina libre pero igualmente burguesa como otras naciones árabes en donde los trabajadores son explotados por su propia burguesía y oprimidos por el gobierno de su propia raza, religión o nacionalidad. Una salida de "dos estados" no es solución y ya demostró ser inviable. Israel debe ser destruido como todos los estados burgueses. Pero para ello hace falta la movilización revolucionaria de los trabajadores árabes y los judíos que quieran convivir en paz en un mismo estado palestino, con un gobierno obrero y popular. Los trabajadores de los pueblos árabes deben levantarse en apoyo del pueblo palestino, como hacen los hutíes. Porque no hay una solución nacional. No puede haber una "solución final" como la que buscan Netanyahu y los colonos ortodoxos. Pero tampoco se puede "arrojar al mar" millones de judíos, la mayoría trabajadores. Solo un gobierno obrero y popular puede nacionalizar la tierra y distribuir su usufructo productivo o habitacional democráticamente. Y construir con los trabajadores que conquisten el poder en los demás estados árabes una Federación Socialista de Estados Obreros del Medio Oriente.
¡Viva la lucha del pueblo palestino!
¡Unidad de la lucha de los trabajadores y pueblos árabes del Medio Oriente!
¡Por la derrota y destrucción del Estado sionista! ¡Por una Palestina obrera y socialista!
