Nicaragua celebró el pasado 19 de julio su 28 aniversario del triunfo de la revolución sandinista que derrocó a la dictadura de Anastasio Somoza. La celebración de este año se presenta con la novedosa circunstancia de que de nuevo el sandinismo gobierna en Nicaragua tras dieciséis años de gobiernos de derechas. Durante el anterior periodo sandinista (1979-1990), el índice de analfabetismo en Nicaragua se redujo del 50 al 12,5 por ciento, pero en los últimos 16 años de gobiernos neoliberales, la educación dejó de ser gratuita y el analfabetismo ascendió al 35 por ciento, según datos de la UNESCO. También durante esos gobiernos un 70 % de la población quedó en condiciones de pobreza, y de ellos el 60 % en condiciones de extrema pobreza. A todo ello se sumaba que la sanidad también era de pago. A ese panorama se añade que cuando el Frente Sandinista llega de nuevo al poder el 10 de enero de este año, el país sufría apagones de doce horas diarias por un sistema eléctrico en manos de la multinacional española Unión Fenosa. Un mes antes, los sandinistas ya habían establecido conversaciones con Cuba y Venezuela para que se pudieran instalar las primeras plantas eléctricas que entregaron 60 megavatios.
La denominada Alternativa Bolivariana para las Américas (ALBA), un acuerdo de cooperación entre los países progresistas del continente que promueve la integración regional en base a los principios de cooperación, solidaridad y equidad, ha permitido que Nicaragua acceda al petróleo venezolano en ventajosas condiciones, a amortizar en un plazo de 25 años, los dos primeros años no pagarían y el resto sólo el uno por ciento de interés. Tampoco haría falta que Nicaragua pague obligatoriamente con dinero, lo podría hacer en especies, tal y como hacen Argentina y Uruguay. El 18 de julio se formalizó la constitución de la empresa mixta petrolera Albanisa entre Venezuela y Nicaragua, que se encargará de suministrar combustible y desarrollar una refinería en el país centroamericano. También garantizará la ampliación del sistema de distribución eléctrica y de almacenaje de hidrocarburos.
Una de las primeras medidas del presidente Daniel Ortega al llegar al gobierno consistió en decretar la gratuidad de la educación y la salud. Por su parte, Cuba entregó al Frente Sandinista un gran lote de televisores y vídeos VHS, así como la cesión de todos los derechos del programa de alfabetización Yo Sí Puedo, que permitió a muchas personas aprender a leer y escribir. El proyecto elaborado por el recién creado Consejo Nacional de Alfabetización contempla la alfabetización de 800.000 nicaragüenses en los próximos dos años, lo que permitirá declara al país territorio libre de analfabetismo de acuerdo a los criterios de la UNESCO. Pero los resultados ya están siendo visibles, desde el pasado 18 de julio, Managua ostenta el honroso privilegio de ser la primera capital centroamericana en ser declarada libre de analfabetismo [1] , tras la campaña de educación con el citado sistema cubano. Aunque la certificación debe ser otorgada por la UNESCO, un censo realizado por estudiantes universitarios comprobó que el número de analfabetos en la ciudad no sobrepasa actualmente el tres por ciento, muy por debajo de la cifra exigida por las Naciones Unidas.
También con Cuba se inició la Operación Milagro por medio de la cual más de 2.000 nicaragüenses fueron atendidos en la isla por diferentes problemas oftalmológicos como cataratas, ceguera progresiva y otros problemas visuales. Esta atención ha sido completamente gratuita, a pesar que tienen un costo elevadísimo que se calcula entre 2.000 y 3.000 dólares por paciente (viajes, días de ingreso, tratamiento, operación). Se ha instalado una clínica para la Operación Milagro en Ciudad Sandino, cerca de Managua, donde se han operado alrededor de 1.000 personas también de forma gratuita; se van a instalar dos hospitales de campaña, uno en el Atlántico Norte y otro en el Atlántico Sur, donados por Cuba. En cuanto a las medicinas se están ofreciendo gratis en los centros estatales pero ante el elevado precio se está estudiando trabajar con medicamentos genéricos.
En materia económica, tal como indica un balance de los primeros cien días del nuevo gobierno elaborado por el Instituto para el Desarrollo y la Democracia (IPADE) [2] , el ahorro del gasto público y la condonación de la deuda con el BID (Banco Interamericano de Desarrollo), permitieron aumentar hasta un 3’21 % el presupuesto para el 2007, con respecto a la propuesta presentada por el presidente anterior. A ello se une el anuncio del consejo de Ministros de España el pasado 13 de julio de la condonación de la deuda externa de Nicaragua establecida en 26’4 millones de euros. De ese aumento del presupuesto nacional, un 18 % fue destinado a la salud, un 54 % a la educación y casi un 24 % al Bono Productivo Alimenticio, tres de las áreas esenciales de la política social que comienza a desarrollar el FSLN.
El gobierno sandinista aprueba el Programa "Hambre Cero". Con un presupuesto de 30 millones de dólares anuales, tiene como objetivo beneficiar anualmente a quince mil familias –setenta y cinco mil en cinco años-, asegurándole a cada una dos mil dólares a través de la entrega de una vaca y ganado menor, semillas, y otros medios para promover la recuperación de la producción campesina, eligiendo en su comienzo las regiones rurales más marginadas.
También en materia económica, la mesa de trabajo encargada del tema financiero definió el cronograma de constitución del Banco del ALBA, el próximo 30 de julio se discutirán en Caracas las bases de la constitución de esta entidad crediticia. También se instalará en Nicaragua el Banco Nacional de Desarrollo Económico y Social de Venezuela (Bandes) con más de 10 millones de dólares que tienen como objetivo reactivar al campesinado nicaragüense.
Se han iniciado pasos para promover la participación ciudadana en la vida política del país como el plan para crear los Concejos del Poder Ciudadano (CPC), organizaciones ciudadanas integradas por un máximo de cien personas. Estos concejos comenzarán a funcionar el 14 de septiembre, fecha en que se instalará el llamado Gabinete Nacional integrado por el presidente Ortega, los ministros de Estado y delegados de los CPC, para acordar en esa fecha, 151 aniversario de la Batalla de San Jacinto, políticas públicas del país. Los delegados de los CPC llevarán al Gabinete Nacional las necesidades y propuestas de los pobladores de todo el territorio. Las decisiones que adopten estos Consejos deben serán vinculantes para el parlamento y por los ministros de Estado, según ha afirmado el presidente Daniel Ortega.
En conclusión, que los primeros seis meses de recuperación del gobierno por el sandinismo presagian que puede ser la recuperación también de una nueva Nicaragua que deje atrás la pesadilla de gobiernos neoliberales que tanto ayudaron a empobrecer a este país centroamericano.
www.pascualserrano.net