El gobierno del presidente Correa en Ecuador es prueba que, con la inteligencia que da el amor por la patria, se puede voltear la tortilla de tener un país volcado al interés extranjero para devolvérselo a sus pisatarios. Economista y con experiencia de gobierno en períodos anteriores, adoptó la prédica bolivariana del presidente Hugo Chávez para corregir la infamia de que todavía nos topemos con países inmersos en la época colonial, para buscar la libertad política y el trato de iguales en el concierto de las naciones mundial. Puros vendedores de materia prima, aportador de mano de obra barata, sin derecho al puntal de la tecnología y la ciencia, se ha pretendido que seamos un puro agujero negro de consumismo de los productos y cultura del "primer mundo". Un coloniaje, pues, o neocoloniaje, para ser más exacto: en todo caso, debe el sujeto sometido a control alegrarse cuando se le conceda una computadora a cambio de mucho petróleo, oro, cobre, con reminiscencias de viejos espejos en manos de indígenas manos.
Con su partido Alianza País logró la mayoría absoluta para la asamblea constituyente, superando con brillo uno de los pasos más traumáticos en todo país dominado por castas económicas que se oponen a la democratización de sus privilegios. Seguro avanzó en su propuesta, no cayendo en los peines dilatorios montados por la oposición ecuatoriana, como el mismo mandatario acotara que ocurrió con el presidente Evo Morales en Bolivia, donde se ha trancado el serrucho constituyente al aceptarse que para la toma de decisiones se considere las dos terceras partes en acuerdo y no el 50% más 1.
La siguiente fase consiste en ofrecer su cargo y, junto con las deliberaciones de la Asamblea, dedicarse de cero a la reconstrucción del país, reordenándolo y redistribuyendo la riqueza de modo más justo, que ya es decir bastante.
Incluso antes de entrar en la fase justiciera de la Asamblea Constituyente, ya el presidente Correa ha corregido unos cuantos entuertos, uno de ellos muy importante: que Ecuador tome el 99% de las ganancias extraordinarias del petróleo, y no el 50% de toda la vida. ¿Le puede molestar esto a alguien que no sea un ecuatoriano traidor a la patria? Por supuesto, las petroleras extranjeras han puesto un alarido en el cielo, pero ya el presidente las tranquilizó con amenazarles que en vez de 99% podría ser 100 el que tome.
Su visita mañana a Venezuela contempla una agenda diversa, uno de cuyos puntos es la petición de que Venezuela se reintegre a la Comunidad Andina de Naciones (CAN). Naturalmente, se trata también de conversar con el presidente venezolano y su súper experiencia en esto de la constituyente, reelección y hasta anécdota de golpe de Estado.
Con los resultados hasta hoy obtenidos, Ecuador entró ya en la fase de los justicieros cambios y se dispone, como Venezuela, a enrutarse hacia un proceso de independencia política y económica, segunda guerra, después de la de independencia de la corona española. En la lista esperan, consumiendo quizás sus últimos cartuchos conservadores, países como Colombia y Perú.
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