Colombia sometida al chantaje gringo

Por allá en la década de los años cuarenta, cuando estudiábamos bachillerato en Colombia, en las actividades literarias y artísticas del colegio era muy frecuente oír el poema que escribió un poeta colombiano, en el cual hay un verso que dice: “Colombia es una tierra de leones”. Son de esas frases oídas en la adolescencia y quedan gravadas para siempre. Con el paso de los años otro colombiano muy sesudo cambió el verso y dijo, “Colombia es una tierra de ladrones”. Y con el paso de los años, con el florecer del narcotráfico, vemos como a nuestra querida tía la ha convertido en “tierra de peones...al servicio del imperialismo”. Mejor dicho, arrodillada ante los caprichos del imperio. Pero no te preocupes tía que los primos te van a sacar de tan infame condición y tus hermanas van a coadyuvar en devolverte las glorias que heredasteis de Bolívar.

Aquella “tierra de leones” de hace sesenta años, exaltada por el verso del poeta y que enardecía el sentimiento patrio, vemos como la nefasta oligarquía la fue transformando en tierra de “peones” sometidos al ejército invasor yanqui y al chantaje de la Casa Blanca para llevar adelante la geopolítica trazada para Sudamérica.

.¿Por qué? Porque esa camarilla gobernante que preside Álvaro Uribe Vélez está hundida hasta los hombros en el pantano del narcotráfico y el paramilitarismo. Para nadie es ya un secreto que Alberto Uribe Sierra, padre de Álvaro Uribe Vélez, era prominente narcotraficante que formaba parte del cartel de Medellín junto a Pablo Escobar, el clan de los Ochoa, Gonzalo Rodríguez Gacha y Carlos Lehder. Alberto Uribe Sierra por sus actividades de narcotraficante cayó preso y cuando ya iba a ser extraditado a EE. UU. logró evadir la justicia por algún subterfugio burocrático. Fue fundador del paramilitarismo y por ello murió en enfrentamiento con la guerrilla. Todo esto ya forma parte de la historia primaria para cualquier colombiano medianamente informado.

Es de ahí de donde surge el chantaje que la CIA, la DEA, el FBI, el Departamento de Estado, la Casa Blanca, el Congreso gringo, le hacen a Uribe y su camarilla gobernante. El amplio prontuario de narcotraficante de Uribe, de su consejero y secretario privado José Obdulio Gaviria (primo de Pablo Escobar), de su primo “querido”, de sus ministros, de su bancada uribista en el Congreso, de sus gobernadores y alcaldes uribistas, lo obliga a caminar por el filo de la navaja para no tener que ir a ocupar los sendos calabozos que les tienen reservados en cárceles gringas.

A Uribe, por su acercamiento y buenas relaciones con el presidente Chávez, a cada momento le mostraban el espejo donde se refleja la imagen de aliados incondicionales de la Casa Blanca y el final que tuvieron. A cada momento le dicen; “mire lo que le pasó a Noriega, a Pinochet, a Sadam Hussein, a Bin Laden, a Montesinos, a Fujimori...y a usted le cabe el mismo destino”. “Haga lo que le ordenamos y no tendrá problemas.” En eso consiste el chantaje.

Vale una pregunta ¿Quién entrega la información que mantiene presos a congresistas, gobernadores, generales y el propio primo de Uribe? Esa información la entrega la CIA y la DEA por cuanto es la forma de mantener el chantaje. ¿Quién entregó la información para el juicio contra Pinochet y Videla y el plan Cóndor y el asesinato de Allende con la participación de Kissinger y la CIA.? Es por ello que Uribe no puede hacer nada para sacar a sus compinches del barro. Es la forma de mostrarle el tramojo para que cumpla las ordenes como peón del imperio.

Pero la copa que rebasó el vaso de la paciencia gringa llegó cuando Uribe le pidió al presidente Chávez, que como mediador sirviera en el intercambio humanitario con las FARC. Los acercamientos y relaciones anteriores que mantenían eran normales. Pero eso de meter a Chávez en el intercambio humanitario resultó inaceptable para la Casa Blanca que vio amenazado su plan guerrerista para mantener el dominio y sumisión sobre lo que siempre ha considerado el “patio trasero”. De inmediato le mostraron a Uribe el espejo con la imagen de Noriega. Y le dijeron, “o te alejas de Chávez o te sacamos los trapitos al sol.” Y el pobre Uribe y su camarilla gobernante que no quieren ocupar los calabozos que les tienen reservados en cárceles gringas, de improviso y sin hacer gala de la tradicional cortesía y buena educación de los “cachacos” bogotanos, rompió con Chávez, aun a costa de las graves pérdidas que en el terreno económico – seis mil millones $US en el comercio con Venezuela – tal decisión ocasiona. Fue Uribe el que rompió con Chávez y no al revés como pretende hacer creer la campaña mediática de las televisoras colombianas.

Al analizar las cosas con tranquilidad he llegado a pensar que Uribe era sincero en la relación con el presidente Chávez, mientras anduvieron juntos, por cuanto nadie puede dudar de la espontaneidad de nuestro presidente y por cuanto la mano que tiende, es la mano franca y sincera del bolivariano convencido de la unión de nuestros pueblos para realizar proyectos conjuntos como: el aumento del intercambio comercial, oleoducto de la Guajira, electrificación, carretera y ferrocarril para unir el Atlántico con el Pacífico (el Orinoco con el puerto de Buenaventura). Pero esta relación sincera y franca entre Uribe y Chávez no le convenía a la Casa Blanca y a Uribe le dieron a escoger entre la amistad con Chávez y el calabozo que le tienen reservado en una cárcel de los EE.UU. “No te olvides Uribe que en la lista de la CIA y de la DEA figurabas hace 15 años en el puesto número 82 entre los narcotraficantes más solicitados del mundo.” Con la muerte y prisión de tanto “capo”, Uribe debe haber descendido por lo menos al puesto 10. Así es como funciona el chantaje del gobierno de los EE.UU con Uribe y su camarilla gobernante.

Con Uribe se repite la frase de Franklin Delano Rooselvet, cuando le dijeron que Somoza era un “hijo deputa dictador”. Y Rooselvet respondió, “!Si! pero es nuestro hijo deputa”. Uribe es un narcoparamilitartraficante, pero es “nuestro narcoparamilitartraficante, que sirve a nuestros intereses.”

leonmoraria@cantv.net


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León Moraria

Nativo de Bailadores, Mérida, Venezuela (1936). Ha participado en la lucha social en sus diversas formas: Pionero en la transformación agrícola del Valle de Bailadores y en el rechazo a la explotación minera. Participó en la Guerrilla de La Azulita. Fundó y mantuvo durante trece años el periódico gremialista Rescate. Como secretario ejecutivo de FECCAVEN, organizó la movilización nacional de caficultores que coincidió con el estallido social conocido como "el caracazo". Periodista de opinión en la prensa regional y nacional. Autor entre otros libros: Estatuas de la Infamia, El Fantasma del Valle, Camonina, Creencia y Barbarie, EL TRIANGULO NEGRO, La Revolución Villorra, los poemarios Chao Tierra y Golongías. Librepensador y materialista de formación marxista.

 leonmoraria@gmail.com

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