Con la renuncia de Fidel Castro a ser reelegido nuevamente para la presidencia de la República de Cuba y su disposición de seguir en la lucha del terreno ideológico: “no aceptaré el cargo de presidente de consejo de Estado, ni de comandante en jefe” se establece un nuevo escenario latinoamericano. Desde 1959, el comandante revolucionario, Fidel Castro, una vez triunfante la revolución junto al Che Guevara, asumió la función de primer ministro y luego desde 1976, es presidente de Cuba, cargo al que renuncia con dignidad y conciente de sus condiciones físicas “conociendo mi estado crítico de salud”, que no le permiten cumplir sus responsabilidades. Con la publicación del escrito de Fidel Castro, el gobierno de los Estados Unidos en la voz de su presidente George Bush y Jonh Negroponte afirman que esperan un gobierno de transición en la isla cubana.
La pregunta obligada es ¿qué tipo de transición esperan los gobernantes gringos? ¿Hacia donde quieren los imperialistas llevar a Cuba? Estos han aseverado su disposición de continuar el bloqueo contra la hermana República de Cuba, si no cambia la política interna. Se van a quedar esperando, ya la sociedad cubana, no depende de una persona, aunque Fidel sea el líder principal de la Revolución, existe un nivel de conciencia política en el pueblo, que se sustenta en un proceso que ya tiene casi cincuenta años, de tal manera que para debilitarlos es bastante dificultoso y mas aun cuando en la actualidad se desarrolla en Cuba un debate sobre como avanzar en un sistema de mayor democracia y participación que protagonizan los jóvenes cubanos. Para ello se analizan las debilidades a superar y las fortalezas. Indiscutiblemente que desde la casa blanca, lo que se proponen es crear nuevamente un clima internacional en la opinión pública, desfavorable a una consolidación del proyecto de unidad latinoamericana que es en si misma antiimperialista, pues fortalece esta naciones y Fidel Castro ha sido un defensor de esta idea bolivariana.
El liderazgo de Fidel Castro es y ha sido indiscutiblemente un gran obstáculo para los planes de dominio y expansión de los gobiernos norteamericanos, nunca le perdonarán su ejemplo para los movimientos de liberación que se han construido a lo largo y ancho de nuestra América. La renuncia de Fidel, viene a constituir un arma importante para desmontar todo el ataque al comandante Hugo Chávez Frías, Presidente de la República Bolivariana de Venezuela que está siendo objeto de la mas vil y diabólica estrategia de penetración y debilitamiento por parte del gobierno de Bush y su gabinete. El argumento de la llave Fidel-Chávez, ya pierde vigencia, ahora dirán Raúl-Chávez, pero de todas maneras esto permite una vía para desmentir y enfrentar la camarilla petrolera del entorno del presidente Bush. Incluso, se puede recordar sin temor a equivocaciones, que es Fidel Castro el protagonista de la denuncia contra la deuda externa en Latinoamérica respecto al Fondo Monetario Internacional, considerado por el mismo como impagable y eterna. Con la derrota de la invasión norteamericana a Cuba en los años sesenta conocida como invasión de Playa Girón, se produce un afianzamiento del bloqueo que mantiene una situación de grandes limitaciones económicas a este pueblo y sin embargo su firmeza no permite la derrota a la revolución. En 1996, se produce el derribamiento de dos aviones privados norteamericanos que penetraron el espacio aéreo de la nación cubana, enseguida se aprueba la Ley Helms-Burton, que profundiza el bloqueo a Cuba y extiende las sanciones a países que continúen relaciones comerciales con la isla cubana revolucionaria. Todo esto ha hecho que Fidel Castro esté hoy más vigente que nunca.
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