Las cifras de desplazados colombianos son también otro dato que revela la gran semejanza; la catástrofe, que viven los pueblo colombiano y palestino. El número de desplazados colombianos es muy cercano al palestino, (quienes hoy sobrepasan la cifra de los 5 millones de palestinos víctimas del desplazamiento dentro y fuera de palestina). En un artículo publicado por la BBC de Londres, el día 4 de febrero de 2005, realizado por Héctor Latorre, dice lo siguiente:
“Las cifras difieren según la entidad que las difunda, pero se calcula que por lo menos 2 millones de personas han sido obligadas a abandonar sus viviendas y desplazarse hacia otras ciudades por el conflicto armado”. -esto sin sumar los miles de colombianos que hoy yacen, producto del mismo conflicto, viviendo fuera de Colombia; en Venezuela, Ecuador y en otros países.
Pero los objetivos últimos de estos capitales van más allá de las tierras palestinas y las tierras colombianas. Es la expansión y el control de los mercados y las reservas energéticas de la región, la desestabilización para el apalancamiento de la industria de la guerra norteamericana (el keynesismo militar) y la defensa del dolar como la moneda de referencia, de reserva y para el intercambio comercial y el juego especulativo mundial. Mucho más hoy, cuando desde el Medio Oriente y en la América Latina se proponen nuevos sustitutos para este papel verde carente de verdadero valor y respaldo. Datos de esta realidad se ha mencionado suficiente.
La intromisión barbara de Israel en la América Latina sobrepasa los limites del descaro, y va más allá de Colombia. Pudiéramos escribir y llenar varias páginas mencionando con datos fundamentados esta realidad que ya comienza a golpear con fuerza la tranquilidad de los pueblos de la región; en Nicaragua entrenando a los mercenarios agrupados en los infames Contra; en el Salvador, entrenando en “métodos de torturas” a los oficiales de ese país; en la Chile de Pinochet, en Guatemala, Argentina y en el Salvador, apoyando, armando y asesorando a sus respectivos gobiernos genocidas en el pasado resiente; y en el año 2002, el sionismo internacional (Israel) fue copartícipe del Golpe de Estado perpetrado en Venezuela contra el Comandante Chávez, por medio de sus mercenarios armados por el traficante israelí Isaac Peres Recao, el presidente de facto Pedro Carmona Estanga (judío safardí) y sus cómplices: el rabino Pinchas Brener y el alcalde Capriles Radonsky (estos 2 últimos: judíos jazares askenazi).
En un artículo publicado en la página Web (http://www.rebelion.org/noticia.php?id=63846), realizado por José Steinsleger, y publicado el 28/02/2008, titulado: “Israel en América Latina”, el referido autor inicia su escrito con las siguientes palabras lapidarias:
“Nadie imaginó, hace 60 años, que el Estado de Israel, cuyo pueblo soñó durante siglos con el “derecho a existir”, acabaría negándoselo a sus primos hermanos palestinos. Nadie imaginó que los jefes políticos del pueblo elegido acabarían promoviendo el terrorismo internacional, junto con Estados Unidos... En la industria bélica israelí trabaja la cuarta parte de la población económicamente activa. ¿Quiénes son sus clientes? No quienes también sueñan con su “derecho a existir”, sino los regímenes que realizan negocios suculentos, ajustándose a las reglas del “libre mercado”. Money, money, money.”
Israel: un cáncer que amenaza con extenderse por toda la orbe, y reproducirse en los gobiernos lacayos como el de Colombia. La humanidad, por su bien, debería comenzar por extirparlo.
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