CUBA, ¿una vacuna anticomunista?

Sólo la densa e ilusionista atmósfera que privaba entre nuestros mejores intelectuales, políticos de izquierda y de derecha, nos impedía asentar posiciones que obviamente resultaban *derechistas*, ante los izquierdistas, y viceversa.

Siempre conservamos dosis de incredulidad sobre la continuación de una verdadera revolución socialista después del derribo del muro *aquel*. Ni qué decir que fueron muchos los intelectuales de izquierda quienes coadyuvaron con ese derribo. Recordemos que estos se sumaron *espontáneamente* a toda la mediática capitalista antisoviética, independientemente de que la burocracia rusa hubiera traicionado o no los lineamientos comunistas del proyecto original.

Como ya lo comentan por allí y por allá, agotado para la isla mesoamericana el vital subsidio económico procedente de la lejana Europa, y mermado el apoyo ideológico de los soviets, la praxis de ese proyecto necesariamente habría de sufrir una crisis política, de fuerte poder antipopular para el resto de los países americanos fuera del *espacio* yanqui. En una *sadelas* afirmé que el triunfo del Capitalismo frente al Socialismo Soviético apagaba el parlamento de de la tribuna comunista internacional.

Y ¿cómo pudo salir airosa la Cuba fideliana y postsoviética, luego de tanta pugnacidad, de tantos insultos recíprocos, de tanta maldad económica practicada por el capitalismo yanqui y la tildada gusanera cubana miaimera? ¿cómo y qué ha Cuba hecho para sobrevivir varias décadas después de la tripartición berlinesa?

La respuesta que se nos ocurre es formularnos otra pregunta de necesaria y prioritaria atención: ¿Cuba será acaso una eficaz vacuna política anticomunista inoculable al resto del mundo, particularmente latinoamericano? No pasemos por alto que somos la despensa de EE UU y de Europa para una buena parte sus comensales, USA la OBESA

La Diplomacia convencional entra en el escenario de la diatriba de todos los países, y en el caso de un solo ganador, lo más sabio pudo haber sido la alianza con quien resulte un Goliat ambividente. Observemos que no ha habido un país que secunde el proyecto socialista cubano, salvedad hecha de vestigios europeos tradicionalmente antisoviéticos. El apoyo brindado recientemente por Venezuela pudiera ser el resultado de un plan *B* norteamericano, avalado por los demás países industrializados de Europa, Asia y África.

Esta vacuna se estaría encargando de inmunizar a aquellos pacientes que presenten el *síndrome del Comunismo*. Los vacunados seguirían llamándose socialistas y hasta comunistas, pero a manera de vestimenta, ya que su cuerpo y su alma cada vez se capitalizarían con mayor fuerza para y contradictoriamente combatir y seguir frenando todo nuevo ensayo socialista, de nunca acabar mientras siga imperando el negocio burgués.

marmac@cantv.net


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Manuel C. Martínez M.


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