De la lógica que se desprende de la nueva concepción bélica imperialista de “Guerra Infinita y Preventiva” promovida por los sionistas-conservadores (bien conocidos por su abreviatura: los “SIOCONS” que hoy ocupan la Casa Blanca y el Pentágono), la misma concepción militarista que nace, como sabemos, a raíz del atentado terrorista más mortífero, hasta ahora, registrado en el imperio, (nos referimos a los hechos registrado el 11 de septiembre con el derribo de las Torres Gemelas y del extraño “avión” que se dice; “se estrelló contra el Pentágono”. Sospechosos acontecimientos que hoy muchos intelectuales e investigadores, periodistas, ingenieros, etc., de norteamericanos y del mundo acusan de ser un auto-atentado e incriminan directamente a la actual administración norteamericana en estos hechos), se define una estrategia mortífera y criminal que pretende justificar y encubrir todas las acciones militares y sus consecuencia bajo los pretextos macabros: “Guerra contra el terrorismo” (terroristas que solo ellos tienen el derecho de catalogar); “Los Ataques preventivos en Legitima Defensa”; y “los Daños Colaterales”.
Estos absurdos justificativos que encubren trágicas consecuencias, disfrazadas en palabras que pudieran parecer hasta “razonables” y “necesarios” dentro de las mentes enajenadas, egoístas, y desinformadas de los pueblos norteamericanos, hebreos y colombianos, les han servido al imperialismo norteamericano y al sub-imperialismo sionazista (sionista-nazista) de Israel para acometer gravísimos crímenes de lesa humanidad contra los pueblos que se resisten a sus designios: como las masacres que se acometen casi diario contra los pueblos de Afganistán, Irak y de Palestina (a este último por más de medio siglo). Ahora, hoy estos mismos justificativos y escusas pretenden ser utilizados por un presidente que, presumiendo de su apoyo “incondicional” por el arsenal logístico y militar de los gobiernos norteamericano e israelí, pretende incendiar la región al igual que como sucede en el Medio Oriente.
-Pero Nerón nunca previó que su casa también se quemaba-.
Los últimos ataques militares indiscriminado por parte del ejercito israelí e incursiones en la franja ocupada de Gaza (Palestina) han provocado la muerte a más 125 palestinos (la mayoría de ellos civiles, entre hombres, mujeres, adolescentes, niños y bebes), y un saldo de numerosos heridos de gravedad. Pero para justificarse, el sionismo internacional no se molesta en repetir sus rallados discursos y pretextos; ha grabado un CD que pone a correr en el mundo, en todos los escenarios internacionales cada vez que comete sus crímenes. La música dice siempre lo mismo: son “ataques preventivos, contra los terroristas, en legítima defensa”, y con respecto a la muerte de personas inocentes, repiten también, en coro: son “daños colaterales”.
Para los sionazistas de Israel (responsables de más de 5 millones de desplazados y refugiados palestinos), y para sus semejantes en Colombia (la oligarquía colombiana, responsable de más de 3 millones de desplazados colombianos), son terroristas los pueblos quienes se resisten a ser expulsados de sus tierras y confiscados de sus riquezas por los grandes capitales. Pero cuando los pueblos reaccionan y les dan de probar un poco de su mismo terror, entonces no valen los justificativos.
Pero lo más indignante es que todo esto sucede ante la mirada indiferente de la Comunidad Internacional, quienes acostumbrados a estos crímenes contra la humanidad solo se limitan a promover “Resoluciones No Vinculantes” (en la ONU) contra Israel, las cuales, a su vez, siempre serán vetadas por el dedo cómplice del imperialismo norteamericano (los EUA). La suerte de ese noble pueblo palestino pende dentro de un ciclo vicioso y morboso, en donde el mundo se hace cómplice.
A todas esta, lo sucedido en Colombia; la más reciente masacre perpetrada por el ejercito colombiano dirigido por oficiales norteamericanos contra un grupo de más de 20 beligerantes (guerrilleros de las FARC-EP) que intentaban un acuerdo de paz negociado y un intercambio humanitario con la colaboración internacional; los más de 3 Millones de desplazados colombianos, y un sin números de desaparecidos, asesinados entre dirigentes políticos de izquierdas y sindicalistas descontentos con las transnacionales (Cocacola, Chiquita Brands, ExxonMobil), etc., el gobierno lacayo y Santanderista del capo presidente de Colombia Álvaro Uribe Vélez, ha pretendido colocarnos el mismo CD rallado de con los aberrantes justificativos, que, según la nueva doctrina imperialista de su padre y mentor Mrs. Bush, le abroga el derecho de intervenir en cualquier país en “legitima defensa”.
Nuestra región; nuestro pueblo, aunque lejos geográficamente del encendido Medio Oriente, entiende el verdadero significado que se esconde en la letra de esa macabra música y discordante coro de cómplices.
¿Creerá el resucitado Santander que los pueblos de Bolívar se calarán sus mentirosas excusas y morbosas pretensiones de servir de puente al imperialismo norteamericano?
Colombia israelizada constituye un enclave del imperialismo norteamericano para poder perpetrar en la región su necesaria expansión, y así poder asegurarse el control de sus mercados y de las importantes reservas energéticas que yacen en su subsuelo.
La desestabilización de la región; la guerra, les permite el apalancamiento de la industria bélica norteamericana (es el keynesismo militar) que motoriza la economía norteamericana; y beneficia también la oligarquía colombiana. Colombia israelizada representa también la defensa del dólar como la moneda de referencia regional (de reserva) para el intercambio comercial y el juego especulativo mundial. Mucho más hoy, cuando desde el Medio Oriente y en la América Latina se proponen nuevos sustitutos para este papel verde carente de verdadero valor y respaldo. Colombia e Israel son las tierras “prometidas” del Capital.
¡Colombia israelizada no se extenderá por la región! ¡No se lo permitiremos!
basemtch@yahoo.com
