La cumbre del Grupo de Río, transmitida en vivo y en directo desde República Dominicana, tuvo un final feliz pero insuficiente. No deja de ser una buena noticia que los mandatarios de Venezuela, Nicaragua y Ecuador llegaran a un entendimiento mínimo con el presidente colombiano Alvaro Uribe para normalizar poco a poco las relaciones diplomáticas y retomar la posibilidad de recuperar espacios para el dialogo.
Los abrazos, los apretones de mano y la dosis de reality show que por lo general forman parte del menú de estas reuniones presidenciales dejaron un buen sabor en los países latinoamericanos, principalmente en los involucrados en esta difícil semana. En el ánimo de nuestros pueblos no está presente el deseo de participar en guerras fratricidas que favorecen principalmente a los perros dedicados a la venta de armamentos.
El final de la cumbre fue feliz pero insuficiente porque apenas se trata de un paso para restablecer la normalidad relativa existente en Suramérica. La normalidad en esta area estratégica en lo político, lo geográfico y lo energético comenzará a llegar cuando se solucione definitivamente el conflicto armado en Colombia, y cuando se consoliden las iniciativas integracionistas que han estado semi-paralizadas y sometidas al vaivén de las diferencias entre los gobiernos.
Tanto la reunión de la Organización de Estados Americanos como la propia cumbre del Grupo de Río demostraron que Latinoamérica en su conjunto puede y debe hacer mucho en la búsqueda de una salida al conflicto armado en Colombia. Y no creo, pese a los duros golpes recibidos por las FARC con la muerte de dos integrantes del Secretariado, que la opción militar sea la vía para ponerle fin a esta larga confrontación.
A partir de la nueva situación heredada de esta reunión presidencial dirigida magistralmente por el mandatario dominicano Leonel Fernandez debería retomarse con mucha fuerza el tema del intercambio humanitario, para abrir camino a la liberación de los secuestrados por las FARC y de guerrilleros presos en las carceles colombianas. Aunque el presidente Uribe no esté muy ganado a la activación de mecanismos internacionales de mediación entre su gobierno y los grupos guerrilleros, principalmente las FARC, la participación de terceros es vital para la solución definitiva de este problema. De lo contrario, el clima especial emanado de la cumbre presidencial realizada en República Dominicana se esfumará irremediablemente.
Estimo que Latinoamérica puede impulsar una versión radicalmente distinta del Plan Colombia, y que se base en la búsqueda de la paz a través del diálogo, y con pasos previos muy concretos, como un cese al fuego, liberación de los secuestrados y detenidos, mediante un canje humanitario negociado, que incluyan garantías por parte de las FARC de que abandonará la abominable práctica del secuestro y se comprometerá a no realizar acciones e incursiones en países vecinos, y que impliquen la creeación de condiciones concretas para la incorporación de la insurgencia a la vida politica, con todas las garantías de que no se repetirá la fatídica experiencia de la Unión Patriótica, movimiento creado a finales de los años ochenta por ex combatientes y que sufrió el asesinato impune de dos candidatos presidenciales y varios miles de activistas y dirigentes.
Cuando estos objetivos se logren entonces podremos decir, sin pero alguno, que la cumbre del Grupo de Rio tuvo un final feliz y suficiente.
LOS 84 DE MAJA POLJAK
Este fin de semana los hijos, nietos y bisnietos de Maja Poljak de Villegas, nos reuniremos para celebrar en familia su cumpleaños numero 84. La vieja Maja, nacida en Croacia el 12 de marzo de 1924, llegó a nuestro pais huyendo de la persecucion nazi y se integró en cuerpo y alma a Venezuela, como periodista, luchadora social y compañera de nuestro inolvidable Cruz Villegas.