La última, el muerto ecuatoriano no
es un muerto que deba sentirse como se sienten los muertos que tienen
dolientes, sino un maleante guerrillero que estaba mal parado en un
sitio de terroristas, y que por mala leche le cayó un roció de bombas con el sello del imperialismo, estampado en las bases de “Tres Esquinas” y de “Manta”.
Estamos pensando que aquí se impone un delicado ejercicio de comprensión: la mafia de los Santos cree en su
buena fé que todos los ecuatorianos son fascistas, o en el más folklórico de los casos, bobos de yuca. Estima
el poderoso duque Juan Manuel que el presidente Correa debe considerar
a todos los compatriotas suyos que viven cerca de la frontera como
sospechosos de ser unos tenebrosos terroristas; y por la tanto deducir en consecuencia que sus vidas valen menos que un grano de la arena del desierto del Sahara. Los pensamientos del Presidente Correa no valen nada para el criterio del gran ministro de Guerra de la versión mejorada de Israel,
aquí en el norte de Suramérica, y considerando la falta de criterio del
Economista con master en una prestigiosa Universidad del Imperialismo,
él, el insigne sabiondo de los tinteros del “Tiempo”, se permite pensar por el Ejecutivo Ecuatoriano; y
le sugiere que piense que su paisano es un terrorista envuelto en las
sombras del peligro comunista. Oigamos lo que dice al respecto este
supersabio de las vaqueras del Uribebush: “Yo
le digo al presidente Correa y a las autoridades ecuatorianas, que
pongan bien el ojo y no se dejen asaltar en su buena fe por unos
delincuentes”
Durante un acto militar, agregó el Cowboy de la aristocracia del valle de Aburrá “las autoridades ecuatorianas deben corroborar quiénes son las personas
que se encontraban en el campamento atacado por Colombia el pasado 1 de marzo”, al tiempo que aseveraba que las fuerzas colombianas actuaron "en forma legítima para defender al país de los enemigos de la democracia”.
Y
para que nada faltara aquí está esta otra perla del excelentísimo
ministro Santos: “Que no nos vengan ahora algunos, queriendo señalar
como asesinatos o como masacres lo que son actos legítimos de guerra,
actos legítimos de defensa de la democracia", no sin antes amenazar con que el Gobierno seguirá ordenando esas acciones donde quiera que los enemigos del país se encuentren.
Hay
otra garrapatita en el cuero duro del burro Santos, y es el asesinato a
mansalva de los cuatro estudiantes de la UNAM, por los cuales ya
comenzó a movilizarse la Universidad y el Pueblo Mejicano. Del presidente mejicano, no vamos a hablar; ese es otro lava perros de los Capos Washington.
No
es que el archiduque de los Santos del Tiempo cagado, subestime la
inteligencia del Economista Presidente constitucional de la
soberanísima República del Ecuador, no, más bien es que a nosotros no
hace falta talento para comprender la genialidad de este
Pisco. En el Libreto que los capos del Pentágono le entregaron a este
Santos de Mierda, dice que designando los sitios de donde se supone que
pasen o pernocten fuerzas insurgentes del Ejército Popular colombiano
(léase FARC-EP) en procura de la liberación nacional, se les considera
como lugar de terroristas, y que como tal pueden ser bombardeados
independientemente que ese lugar pertenezca al territorio de cualquier País vecino. Nosotros
no hemos comprendido hasta ahora a este Santo caliche, que no atiende a
su esposa, para perseguir a los tenebrosos terroristas que se le
aparecen hasta en la Sopa.
Frente a este Santo Santo, uno no sabe ya ni que creer, o pensar. El
tipo es tan prepotente en su labores de exterminio, que no se da cuenta
que es impotente para todo lo que es menester de los hombres. Como Santos es otro
de los genios del genocidio de la historia moderna; y los genios se
cagan de sabios, pronto lo veremos con sus cachivaches bélicos
bombardeando al palacio de Nariño, a la Casa Blanca y al Pentágono para
lloviznar con explosivos a los terroristas más terroristas que allí
viven a lo mero macho, a lo mero Santo.
tutas13@yahoo.com