A propósito del X Encuentro Internacional sobre Globalización y problemas del Desarrollo en Cuba

Memorias del reformismo, el acriticismo, el neo-desarrollismo y el socialismo

Un compañero y este servidor tuvieron la oportunidad de ser invitados como representantes de la Asociación Latinoamericana de Economistas Marxistas (ALEM) a dictar un par de conferencias en la preciosa Habana. Todo ello en el marco de un encuentro de la izquierda mundial y una amplia gama de apologistas del Capital (no del libro de Marx claro) entre los que destacan un par de casi venerados en el evento premios Nóbel. Alrededor de 1500 personas de más de 50 países intervinieron en un evento en el que la Asociación Nacional de Economistas y Contadores (ANEC) hizo gala de una organización estupenda y de brillantes gestos logísticos que hicieron que el acontecimiento saliera a la perfección.

Cuba no deja de mostrar el nivel de desarrollo humano que detenta, la amabilidad e inteligencia del pueblo cubano muy enterado del evento fue la causal de un ambiente relajado, alegre y cándido donde las conferencias e intervenciones fueron escuchadas con beneplácito y disciplina. Salones repletos y giras alrededor del país en las cuáles las personalidades fueron a conversar de los temas afines al Congreso.

En Cuba como en ninguna parte del mundo es posible conversar acerca de los Gundrisses con el instructor de gimnasia de un hotel, o hablar de la crisis del dólar y la inviabilidad de una moneda universal con el portero de un restaurante (ambas me sucedieron). En efecto, el nivel cultural de la nación más castigada por el capital (apartando las guerras) es asombrosamente alto, y a la vez en cada esquina pululan los contrastes entre la estrechez de recursos (cuyo máximo culpable es el criminal bloqueo estadounidense) y la limpieza aunada al orden armonioso de la ciudad que goza de bajísimos índices de homicidios, tráfico y violencia.

El evento se puede tomar como un termómetro superficial del grado de avance de varios pensadores o ideólogos de ambos bandos, allí cada estrato comentó abiertamente sus puntos de vista y soluciones para la situación mundial. Acá podemos hacer un breve esbozo de algunos temas captados a la sazón de las varias conferencias.

La inimaginable amplitud ideológica del evento

Desde aduladores de Bretton Woods como Marc Uzan y figuras del vaticano como el Monseñor Marcelo Sánchez Sorondo efigie de la Academia de Ciencias del Vaticano hasta conocidos marxista como el muy conocido Atilio Borón tuvieron la oportunidad de expresar libre y abiertamente sus puntos de vista sobre los problemas pautados en el congreso. Lo cuál políticamente es muy útil para echar por tierra (momentáneamente) las absurdas mentiras que fabrica uno de los soportes súper-estructurales del capitalismo, los medios de comunicación, al literatura, el cine etc.

Esta apertura dio pie a que abiertos apologistas de las transnacionales como el español Juán Castillo Valero defendieran con argumentos ramplones a los agrocombustibles y las “inversiones” ecológicas de las transnacionales en Sierra Leona e Indonesia con su política de arrase y miseria. Así mismo algunos compañeros como el mexicano Gian Carlos Delgado pudieron salirle al paso con una frase válida: el tema de los biocombustibles es indivisible al de las clases sociales; lo que se evidencia al cometer el absurdo de ver aumentar el hambre y al mismo tiempo ver a “papá” colocando los granos de maíz en su carro para quemarlo en 4 horas de tráfico, pudiendo ir a su precario trabajo en bicicleta en 25 minutos.

No le llames capitalismo ni imperialismo, dile Globalización Neoliberal

No es un problema semántico ni etimológico. Es una política lingüística que hace mella en el carácter científico de los términos empleados en la Economía Política.

En el congreso una y otra vez machacaron como cantinela de bar ese par de palabras que esconden mucho y explican poco. Incluso, José Montealegre llevó una ponencia de título: “La Globalización solidaria….” Pareciese que existiesen dos globalizaciones, una mala y otra buena, rememorando el debate del capital bueno que plantea la izquierda antimarxista mundial y sus acólitos de la derecha.

Muchas voces elevaron su rencor a la globalización neoliberal, casi como el inocuo FSM donde ni una declaración conjunta contra la Guerra en Irak se pudo elaborar, en vez de enfocarse en la lucha contra el capitalismo y sus manifestaciones aparentes.

El neoliberalismo era tratado en el seno del Congreso como una fase “muy mala” del capitalismo, que debíamos resolver, y la globalización se percibía como la mundialización moderna del fenómeno neoliberal que entienden ellos por las políticas de desregulación del mercado, la apertura comercial, disminución del Estado, privatizaciones etc. Contados con los dedos de una mano fueron los que elevaron una versión alternativa de esta caracterización pequeño burguesa de fenómenos históricos del capital, quizás ninguno argumentó lo absurdo que es encasillar al capitalismo actual en neoliberal y lo retrogrado que es hablar de una globalización “buena”.

El regreso del neo desarrollismo, las reformas y los adornos del capital

Que atrás estamos. Amigos chilenos y yo reíamos del bajísimo interés y poca presencia de la palabra Revolución en el Congreso. A pesar de estar en Cuba, si en Cuba, muchos sentires revolucionarios fueron apagados en el oleaje economicistas y Bernsteniano. Los socialdemócratas gozaron de holgura, así como connotados representantes de su capitalista tolda.

José Borrell presidente de un grupo intitulado Progresista y “socialista” de Europa tuvo la cachaza de criticar la globalización por sus obvias consecuencias en la precarización del trabajo, la miseria y el tráfico de seres humanos como esclavos como si las transnacionales y sus gobiernos euro-corporativos anudados en el Trust de la Comunidad Europea fueran ajenos a responsabilidad alguna. José trató de esconder el carácter reaccionario y neo-fascista de políticas como las PAC, que otorgan multimillonario subsidios al agro europeo (100 mil millones de dólares, 2005) y elevan altos aranceles para empobrecer a los agricultores de los países en desarrollo. También se privó de hablar de la política racista que impulsan los gobiernos en contra de la emigración africana, asiática y latina a Europa. Nadie dijo nada, sólo tímidos aplausos los respaldaron.

Pocas voces como las de Eric Touissant, Alejandro Valle Baeza, Remi Herrera o el compañero de la ALEM Santiago Lazo hablaron en sus intervenciones de la imperiosa necesidad de avanzar de manera socialista y revolucionaria en países donde gobiernos no-neoliberales tuvieran el poder. La nacionalización de la banca, la erradicación del latifundio y la expropiación de la gran industria quedaron como consignas de modé sustituidas por los cambios “graduales”, estímulo a las PYMES, diversificación de la economía, disciplina fiscal etc. Eslogan como: “La patria ya es de todos” y “La revolución ciudadana” fueron los anunciados por el Ministro de Planificación y Economía de Ecuador como grandes novedades a nivel de discurso, que a mi entender se aburguesa más y más.

El ministro de coordinación de Políticas económicas de Ecuador Pedro Páez comentó la derrota histórica del (vuelven de nuevo) neoliberalismo. Sin embargo ante ello no propone otra cosa que las regulaciones y los cambios en el estrecho marco del capitalismo, la integración complementaria de los países y el pago puntual de la deuda, en vez del cese de pagos de una deuda por demás odiosa. En fin, nada nuevo bajo el Sol.

La tan fementida integración latinoamericana, el tecnicismo y lo económico.

Sobre integración hubo una amplia tribuna, y un muy esperado debate. Sin embargo más allá de lo conocido muy poco. Presentaciones del argentino Carlos Quenan sobre integración sonaron excesivamente técnicas y alejadas de todo análisis político por más básico que se plantee, el Belga Cristian Ghymmers se limitó a explicar algunos datos puntuales y consejos provenientes de su experiencia en la creación del Euro que en nada se relacionan con América Latina, también nos dejó una lámina en la cuál nos cuenta que Francisco de Miranda fue el verdadero maestro de Simón Bolívar, ¡me entero¡

Sólo la cubana Lourdes Regueiro expresó de manera concreta y conmedida la evidente dificultad de transitar hacia la integración con gobiernos marcadamente fascistas como el de Uribe o altamente liberales como el de Alan García o el del “compañero” Tabaré. Así mismo ahondó en aspectos políticos de la integración como lo son: las posiciones duras de negociación comercial de Brasil que emulan las del amigo fraterno de Lula verbigracia Bush, los nacientes nacionalismo burgueses que buscan acuerdos comerciales benéficos para la plutarquía nacional y el desconocimiento craso de los actores involucrados en la integración criterio que en la ALEM comentamos conlleva al fracaso de las propuestas.

La crisis del capital o solo de la bolsa, ¿los ciclos de auge y caída vienen y van?

El ídolo de alguno de mis compañeros en la ALEM Theotonio Dos Santos habló de la crisis y argumentó algunas frases que respaldan la teoría de los ciclos de Kondratiev, aquel que Troztky llamó: “Profesor rojo”, es decir neo-marxista o un economista burgués recientemente anidado al marxismo. Dicha teoría explica en 2 voluminosos tomos la existencia de ciclos económicos de largo plazo en la economía. Ciclos de auge y caída de aproximadamente 20 ó 25 años, que coinciden a veces con guerras y hambrunas en sus picos o en los “huecos”. El brillante Alan Woods ha rebatido en varias ocasiones esa propuesta que de cuando en cuando aparece, y que ahora es la delicia de los economistas burgueses que se basan en esta teoría economicista para aguardar plácidos el nuevo auge del capital.

No creo que haya habido tema más interesante en el congreso, de los marxistas más serios y consecuentes se oyeron grandes explicaciones de la crisis y sus duras consecuencias, los compañeros Orlando Caputo, Jacob Goransky y Julio Gambina entre otros destacados dejaron en claro la crisis del capital como conjunto. Explicaron la caída en la tasa general de ganancia y sus contra-tendencias, profundizaron en el ataque del capital a la clase obrera, el abaratamiento del capital Constante y su crecer en la Composición Orgánica del mismo lo que causa la menor producción de valor en cada mercancía. En esa ocasión intervine alegando el papel de las finanzas como vital instrumento de reciclaje del capital excedente, el papel de burbuja del capital especulativo y el carácter parasitario y reaccionario de las actuales relaciones de propiedad que se muestran divorciadas del desarrollo de las fuerzas productivas.

Todas los demás temas de la crisis vieron sus respuestas vinculadas a la poca regulación financiera, lo momentáneo de la crisis, la irresponsabilidad de inversionistas “aventureros”, o como dijo un gringo de cuyo nombre no quiero acordarme: La utilización de baremos erróneos como Basilea IV para la asignación de créditos. Es francamente deprimente que quienes quieren al menos “mejorar” el mundo aún disfracen los desastres del Capital en fenómenos tan superficiales y externos a su dinámica.

El capital chico es bueno, la Economía “social” y lo pequeño es hermoso.

Entre la gran cantidad de participantes relucieron los batalladores defensores del título anterior. Incluso tuvieron un Foro entero de debate para profundizar en el tema y molestarse con quien les preguntaba como yo: ¿hay una economía no-social (antisocial suena más cómico)? Incluso una compañerita cubana se molestó, por considerar que la Economía “social” no riñe –como le dije respetuosamente- con las premisas básicas del marxismo ortodoxo.

Aunque otras defensoras de la revolución microfinanciera, el súper cooperativismo o el sagrado “emprendimiento” (pequeña burguesía mercantil) argüían la necesidad de unirse en al lucha y dejar a un lado diferencias de forma, fue inevitable plantear nuestro punto de vista crítico acerca del tema que en Venezuela estuvo muy de moda y que aún con algunos adeptos ya parece estar lejos del plan de gobierno.

Para todo marxista la economía es una ciencia social, y más aún expresa el carácter de clase de quien la trabaja, en ella se desarrollan estudios y planteamientos relacionados al desarrollo histórico-político de relaciones sociales de producción, que determinan las leyes de distribución, producción y apropiación de la riqueza. Apellidarla “social” sería dar por entendido que hay una economía no-social y además extraer el análisis clasista proletario del pensar económico. Incluso aparta el carácter de ciencia de la economía y la búsqueda de la esencia de las verdaderas raíces de su desarrollo al separar lo social de lo extrañamente “liberal”.

Así mismo se observa como extrañamente se piensa que Coca Cola o Exxon Mobil son empresas menos sociales (en el sentido de las complejas relaciones sociales que establecen con el estado, los sindicatos, sus franquicias y tercerizantes negocios) que las cooperativas o los emprendimientos de señoras que en cochecitos venden empanadas de atún. Todo o contrario. Así también se defiende al capital “chiquito”, aunque se ha probado que suele pagar menores salarios, no tener ningún tipo de seguridad laboral ni social y estar frecuentemente asociados a más largas jornadas de explotación.

Justamente de ello surge la idea del capital “bueno”, la propiedad privada colectiva y una cantidad de figuras que disfrazan la explotación y se configuran como reales frenos en el crecimiento de la conciencia de clase de los trabajadores y tiende a sumergirlos en fantasías vetustas que radican en la posibilidad de superar el sistema sin afectar los intereses del gran capital monopolista. Y esto a su vez obvia, que el carácter nacional de la burguesía obedece al grado o nivel de acumulación alcanzado en una rama y no a los valores patrióticos que ella manifieste.

Poco se oyó esta voz disidente y con excepciones se aplaudió fervorosamente ideas que hace 40 años, o incluso en la época premarxista de Roberto Owen y luego del francés Proudhon (a quién Marx refutó en su genial obra Miseria de la Filosofía) ya nadie planteaba como tesis revolucionaria.

El adiós del evento, los Acriticismo, los lugares comunes y algunos aprendizajes.

A pesar de la apertura manifiesta del evento, se dejaron oír algunos cómicos y estereotipados gritos de unidad a juro. Voces que clamaban el ¡aquí cabemos todos¡ ¡debemos unir nuestros esfuerzos, siempre juntos, somos más¡ ¡no debemos echarle tierra a los procesos reformistas de cambio, si se caen nos fregamos¡ y una larga ristra de aburridos clichés que nada nuevo aportan y sólo son útiles para desencantar a las masas y ahogar en abulia a la vanguardia o parte políticamente más activa del proceso.

Es imposible en este breve escrito abordar los temas anteriores en una perspectiva latinoamericana. Sin embargo es por demás evidente el grado de tolerancia hacia la derecha y la molestia que suscita la voz crítica del marxismo consecuente, que es obligado a callar o a servir de cara seudo revolucionaria a las justificaciones que se “deben” realizar para calmar a los pueblos por la lentitud del proceso, el aumento de las ganancias por parte de burgueses (sobre todo los financieros), el alto costo de la vida. También es sabido el amplio uso del marxismo filisteo para explayarse en porqué los cambios deben ser muy “graduales” y explicar porqué en Venezuela se permite que luego de 10 años aún las relaciones de producción y explotación permanezcan intactas, que el salario real no haya aumentado significativamente o que la burguesía se apropie del 62% de la renta nacional (2006).

Quienes abogan por la unidad no ahorran en reproches y exclusiones, y se molestan cuando se denuncian aspectos como que el ISRL de la banca “nacional” que obtiene multimillonarias ganancias se sitúe en la ridícula suma de 4% (Maza Zavala), así como en pleno auge petrolero se siga endeudando a la nación en anodinas operaciones de mercado de abierto dizque para recoger liquidez pero que solo representan pingues negocios para el capital más parasitario que existe, el especulativo financiero, quien sin riesgo gana miles de millones de bolívares mientras el pueblo avanza “gradualmente”.

Nadie habla de ello, y cuando se trata de incorporar debates ajenos al apologismo y la adulancia extrema (deporte de la izquierda reformista y heterodoxa) se es tachado vulgarmente de Trozko, ultra-izquierdista y sectario.

Pamplinas, la unidad si, pero en torno a los principios, la unidad si, pero a favor de la radicalización o profundización de los procesos, la unidad si, pero no en torno a un líder sino en pro de un proyecto revolucionario, unidad si, pero por la lucha anticapitalista consecuente, unidad si, pero por la destrucción de raíz de un sistema explotador, bárbaro y generador en todos sus disfraces de pobreza y miseria, unidad si, pero no con los traidores que se llenan los bolsillos de prebendas y monedas, unidad si, pero no con las heterodoxias pequeñoburguesas que insisten en salvar el capitalismo y evitan su confrontación directa y hacen esfuerzos por alienar a los pueblos cada día más.

El Socialismo científico es la esperanza de los pueblos luchemos contra quienes la ahogan en ideologías mediocres.


*Coordinador de Formación e Ideología.

Asociación Latinoamericana de Economistas Marxistas (ALEM)

manuel.sutherland@alemarx.org www.alemarx.org


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Manuel Sutherland

Marxista. Investigador del Centro de Investigación y Formación Obrera de Venezuela (CIFO) y de la Asociación Latinoamericana de Economía Marxista (ALEM).

 manuel1871@gmail.com      @Marxiando

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