La aprobación de la nueva constitución ecuatoriana,por abrumadora mayoría, es la mejor muestra de que América Latina sigue en la onda de promover cambios en sus sistemas políticos por la vía democrática, y que la participación de la ciudadanía es indispensable para garantizar el éxito de las iniciativas que tiendan a la superación de viejos sistemas políticos.
El presidente Rafael Correa le propuso a los ecuatorianos un proyecto de constitución destinado a garantizar el acceso de la población a mejores condiciones de vida y de trabajo, a un sistema de seguridad social que contribuya a disminuir sustancialmente los niveles de pobreza y a crear condiciones para derrotar el analfabetismo. También se incluye el reconocimiento de un conjunto de derechos de los pueblos indígenas.
En lo político, si bien se aprobó la reelección presidencial también quedó incorporada a la carta magna la figura del referendo revocatorio para todos los cargos de elección popular, sin excepciones. En cuanto al sistema económico, se reconocen nuevas formas de propiedad además de la privada. Y se declara a Ecuador territorio libre de bases militares extranjeras.
Pero más allá de querer adentrarnos en el nuevo modelo constitucional lo importante es poner de relieve que a pesar de todos los elementos que entraron en juego para impedir la aprobación de esta nueva carta magna, los ecuatorianos ratificaron abrumadoramente su acompañamiento a la propuesta política del presidente Correa, No importó que los propietarios de medios y que factores como la Iglesia y el empresariado se opusieran ferozmente al proyecto. El apoyo ha sido más que abrumador.
Lo ocurrido en la hermana nación latinoamericana ratifica que las grandes mayorías no quieren el retorno al viejo sistema político y sí están dispuestas a acompañar transformaciones que se hagan por la vía pacífica, democrática y participativa. El presidente Correa no ha ocultado su simpatía con la propuesta socialista, pero a la vez ha mantenido su apego a la vía democrática.
Pese a cualquier crítica que los factores opuestos a Correa pudieran formular, no podrán ocultar que la solidez de su gobierno y la inmensa base de apoyo popular que lo apuntala no tiene precedentes en Ecuador, y que todas sus ejecutorias han estado enmarcadas dentro del respeto a la voluntad popular y a la normativa jurídica del país.
Este triunfo también obliga a que Estados Unidos se coloque los lentes adecuados para entender la nueva realidad de América Latina, Una región del mundo que busca nuevos caminos para superar la pobreza, que no abandona el sueño integracionista y que a la vez desea relaciones con el país del norte que estén basadas en una cooperación sincera, sobre la base del respeto a la soberanía.
Corresponde ahora al pueblo ecuatoriano estar vigilante para velar por la real aplicación de la Constitución, para que se concreten sus postulados y para que no se convierta en letra muerta.
Atentado Repudio el cobarde atentado contra Eliézer Calzadilla, herido por sicarios en el Estado Bolívar. Lo conocí cuando se desempeñaba como secretario de gobierno durante la gestión de Andrés Velásquez. Ojalá se trate de un hecho aislado sin connotaciones políticas, aunque lo dudo. Y, por supuesto, ojala se recupere totalmente de este monstruoso ataque.
Pasaportes. Me parece una medida arbitraria y absurda la retención de pasaportes a periodistas que vengan o vayan al exterior, tal y como ocurrió con César Miguel Rondón y Carla Angola. El movimiento migratorio de cada ciudadano está registrado en el sistema y en las planillas que se llenan al entrar o salir del país. Semejante iniciativa perjudica al gobierno y deja muy mal parados a quienes dirigen los órganos de inteligencia.