Te fuiste. Justo cuando Zelaya salía para su pueblo, tú te fuiste para Rusia. Es decir, perdiste la oportunidad de asumir lo que algunas personas se están creyendo: que tú eres un tipo distinto, un pana, pues.
Ahora, cuando hace falta tu gesto. Tu palabra. Tu promesa de cambio. Ahora das la media vuelta y te vas con el sol cuando muere la tarde.
Tu embajador se quedó en Honduras. Otros estados retiraron sus embajadores de Honduras porque repudian el golpe de estado y la presidencia ilegitima de Roberto Micheletti. Tú en cambio dices al lado de Uribe –el buen amigo, Uribe- que ese “golpe es ilegal”. Como si hubiera golpes legales. O será ilegal porque no te avisaron a tiempo. No lo creo. Ya lo sabías y te hiciste el loco.
Hilary también soltó en su declaración que no miraba bien el golpe, es decir, lo llamó golpe. Después se enfermó. Y tú no tuviste la valentía para decir allí en la Casa Blanca: “Ok mr. Zelaya, venga conmigo que vamos a declarar a CNN que usted es el Presidente legal de Honduras”.
Qué claro estaba Lampedusa. “Hay que cambiar todo para que nada cambie”. En qué gato pardo te has convertido. Lo que llamaron Obamanía, se está convirtiendo ahora en Bobamanía.
El marketing te creó como un nuevo producto y te lanzó al mercado electoral y el ofertón se lo compró el pueblo americano. Y ahora no saben cómo devolver el producto porque dice en la etiqueta que dura cuatro años. Y que, como diría un diputado de Podemos que lleva por nombre Ismael García: Es indevolvible.
Hay quienes esperan que asumas. Que te pares allí en el salón oval y digas:” Hilary, acércate para que veas al nene gobernando para las mayorías.”. Pero ya es tarde.
Muy tarde, porque ahora Obamal. Muy mal.
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