Fracasó estrepitosamente la marcha en contra de Chávez. La cosa esa que llaman Facebook no es suficiente para concitar una fuerza capaz de minar un liderazgo mantenido por el favor de las grandes masas que tradicionalmente han sido humilladas y castigadas por el capitalismo. Sin embargo, esa fulana página perteneciente a la CIA sigue en su acción de congregar a millones de adictos en el Mundo que terminan creyendo como creyones una realidad forjada en los laboratorios del Departamento de Estado de la Yunay.
Las empresas privada de comunicación, todas dirigidas por la CIA, eligen blancos de ataque para dirigir sus proyectiles, vamos a citar un típico caso donde el imperialismo, desde hace algún tiempo pretende sembrarnos en el subconsciente, la idea del terrorismo de la FARC, y al mismo tiempo el carácter providencial de la “Seguridad Democrática”, cuyo escudo tiene como emblema una motosierra, y el tufo y el polvo de la cocaína.
¡Que vaina no! Los narcotraficantes que se han robado la tierra, la conciencia y el arraigo de lo que significa ser colombiano en el ideario de Miranda, de Bolívar de Antonio Nariño, de Policarpa Salavarrieta, de los dos Camilos Torres, de Manuel Marulanda Vélez, de Raúl Reyes entre otros héroes que nos han dado el principio de identidad y de barro fundamental; tienen una campañita cabrona para que sintamos vergüenza de nuestros origen rebelde y heroico.
Nosotros estamos orgullosos de la lucha que han mantenido los compañeros de la FARC, independientemente de sus errores, nadie está exento de tenerlos en una refriega tan cruenta como el conflicto colombiano. Hacemos de las luchas de la FARC nuestras luchas para derrotar a un enemigo muy poderoso como el Imperialismo norteamericano, al cual nos estamos enfrentando hoy en Colombia.
Vergüenza si sentimos por unos vergajos que se bajan los pantalones frente al Imperialismo, renuncian a su nacionalidad sin decirlo, y se convierten en lastimosos seres, que se colocan por debajo de la línea de la esclavitud, una esclavitud dorada por mansiones, grandes y lujosas haciendas, caballos de paso, exhibiendo su corazón grande como el de uno de los hipopótamos de Pablo Escobar Gaviria.
No sabemos si aporrea apoya a la FARC, pero debe quedar bien claro que nosotros, los que no somos narcotraficantes, los que no somos paramilitares, no somos genocidas, y no somos guatacas del Imperialismo, si apoyamos decididamente a la FARC, en una guerra por derrotar a los verdugos de la dignidad Colombiana, hoy en el gobierno, y en plena producción de drogas hacia los mercados de USA, de Europa y de Asia.
Vergüenza sentimos por un gobierno y una casta narcoparamilitar que mantiene secuestrado a todo un País.
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