Muchas veces cuando hablamos de la crisis actual del capitalismo mundial lo hacemos con un tono de voz que refleja hasta cierta pizca de alegría, por que esa crisis es un argumento dentro de ese caudal de discusiones y planteamientos políticos que nos sirven para demostrar el no camino del capitalismo como propuesta y el reforzamiento de nuestra alternativa como esperanza de futuro para la humanidad, nuestra propuesta del socialismo transición hacia la sociedad comunal. Pero con esa pizca de alegría se nos olvida que en los países capitalistas que están pasando por la depresión financiera actual, están nuestros hermanos de clase, los trabajadores, sufriendo las consecuencias de un sistema expoliador y entre ellos amplios sectores de trabajadores norteamericanos, quienes no son causa de la crisis pero pagan los efectos de ellas, crisis que por los momentos y aún en contra de los informes optimistas de la gran media mundial no se avizora su fin, aumentando el sacrificio de la masa trabajadora, muchos testimonios hablan del precio que está pagando el pueblo trabajador norteamericano o como se los conoce la american working class, llegando incluso a trabajadores que no les ha quedado otra alternativa que vivir en sus vehículos y postergar cualquier plan por que por lo pronto no hay mañana. Miles de trabajadores buscando un mismo empleo es una rutina que se repite día tras día, y durante estos últimos 11 meses hasta que se cansan estos trabajadores y dejan de seguir buscando infructuosamente empleo, en este tiempo transcurrido se han comido sus ahorros y se encierran en su casa ocupándose de pasear a sus perros y cortar la grama.
Esta búsqueda laboral no excluye a nadie, bien sea norteamericano de nacimiento o inmigrante de las últimas épocas, se dan casos como el de Tatjana Jovanovic-Grove inmigrante proveniente desde Serbia quien vino a los Estados Unidos al final del año 2005, quien dejó de insistir en la búsqueda de empleo por que ya no soportaba mas el rechazo tras rechazo que estaba viviendo, rechazo que afectaba su auto estima y hoy por hoy está en su casa reparando cosas que le son pedidas vía Internet pero que significan entradas muy pequeñas para el mantenimiento de su casa.
Esta realidad laboral está afectando a todo el universo de trabajadores, a inmigrantes, a personas de la tercera edad, a jóvenes con formación profesional y que venían devengando buenos salarios antes del colapso.
Se llenan solicitudes de trabajos, muchas, todos los días pero no existe ninguna repuesta, ante este escenario las mujeres jóvenes que nunca pensaron permanecer en su casa como amas de casa están atendiendo a su familia día a día por que allá afuera no existe ninguna a perspectivas.
Desde acá desde el sur, los trabajadores venezolanos deben impulsar la solidaridad de clases, con lo hermanos que están sufriendo los peores momentos dentro del seno de los grandes países capitalistas, crisis que no tiene a misma repercusión en nuestros países de capitalistas de orilla en transición al socialismo por que el énfasis se ha puesto en el hombre, la patria es el hombre decía el padre cantor, y no en la ganancia, OBAMA le inyecta billones de dólares para salvar las grandes empresas, pero no impulsa un plan para socorrer a los trabajadores.
El momento que se vive es propicio para llamar a un gran congreso de trabajadores del continente para el análisis de la crisis del capitalismo mundial, sus consecuencias y la repuesta que deben dar los trabajadores, encuentro donde se discutan las opciones que están sobre la mesa para no solo salir de la crisis sino para enterrar definitivamente el capitalismo como modo de vida.
La salida está dentro de los mismos trabajadores y el ejemplo se viene sembrando al sur del Río Grande, donde países como Venezuela, Ecuador y Bolivia apuestan a un nuevo modelo económico a una nueva perspectiva de vida.