Tras una espectacular acción y desarrollando los más acertados cálculos, el Presidente de la República de Honduras, Manuel Zelaya, logra romper el cerco que imponía la dictadura militar de facto, y hoy, está en Tegucigalpa, la histórica capital hondureña.
Como militares payasos, han sido catalogadas las débiles fuerzas que hoy desgobiernan desde la capital. Desde hace semanas solo se habla del gobierno de Tegucigalpa, el resto del país, incluyendo extensas zonas populares son dominadas por el poder multitudinario del pueblo.
Las primeras informaciones que llegan, indican que hay un total respaldo de la población, el país, literalmente, se está moviendo, todo apunta a que nada seguirá igual después del arribo presidencial, que burlo a la dictadura de papel.
Zelaya, inmediatamente a ocupado posiciones, no ha vacilado en llamar inmediatamente a la más grande rebelión popular vista en el último siglo sobre suelo patrio.
Los cobardes traidores se atrincheran, la escolta utilizada por Micheletti se divide, entrando este, en el último minuto, lo adsorbe, el espiral del silencio. Los derrota los más de ochenta días de continuas protestas y de los vertiginosos abusos y represión de quienes se pusieron a espaldas de las mayorías.
Frescas informaciones revelan, que las primeras acciones del Presidente Zelaya, es una inmediata convocatoria de su gabinete que se encontraba en la resistencia. Se escuchan algunas explosiones.
Desde La Casa Presidencial, usurpada por el gorilazo, nadie se atreve a declarar, mientras Zelaya gana terreno.
La última, y única carta de los golpistas, es rendirse incondicionalmente, aunque preparan terreno para desatar en las próximas horas una gran guerra civil, único estadio de fuerza que les quedaría, saben, que el mundo entero les rechaza y nadie les otorgaría asilo de ningún tipo, veremos a varios de ellos capturados en las próximas horas por el pueblo, los notaremos huyendo de país en país, yendo de nación en nación, y expulsados una y otra vez.
Los líderes de la resistencia han sido llamados de voz del mismo Presidente Zelaya, la orden está dada, ¡Resistir, la dictadura cae estrepitosamente con mi presencia aquí! La rebelión popular es total, solo le avistan algunas horas al fascismo.
Los
gritos escuchados a rabiar son, Viva Honduras, Viva el pueblo, Viva
Morazán, Viva Zelaya, mientras, la comunidad internacional no ha vacilado
en pronunciarse a favor del Presidente Constitucional, Manuel Zelaya.