Analisis del comunismo o marxismo

El Comunismo, antes que sistema filosófico, económico y político, es una conspiración para la Revolución. Al ser la Revolución la única realidad absoluta, filosofía, economía y política son verdad en tanto y cuanto llevan a la Revolución. Recuerden aquella frase de Lenin cuando alguien le dijo como argumento que su intento se oponía a la realidad: “Lo siento por la realidad”, respondió. ¿Creen ustedes que Lenin dijo una sandez? No; para él, toda realidad, toda verdad, era relativa, frente a la única y absoluta: la Revolución.

Marx fue genial. Si su obra sólo fuera una crítica profunda del capital, ya sería una labor científica sin par; pero donde alcanza la categoría de obra maestra es como creación irónica. “El comunismo-dice-ha de triunfar, porque le dará el triunfo su enemigo el Capital.” Tal es la tesis magistral de Marx... ¿Cabe más grande ironía?... Para ser creído le bastó con despersonalizar a Capitalismo y Comunismo, trasmutando al ente humano en ente de razón, con un arte de prestidigitador maravilloso. Tal fue su ingenioso recurso para decirle a los capitalistas, que son la realidad del Capital, que triunfaría el Comunismo por su congénita idiotez: porque sin idiotez perpetua en el homo economicus, no puede haber en él la contradicción permanente proclamada por Marx. Sólo dada la existencia en esa época del apogeo del Capitalismo puede Marx formular su axiomática ecuación: Contradicción + Tiempo = Comunismo. Para lograr Marx engañar a tantos hombres de ciencia era necesario que él fuera superior a todos. Ahora bien, para juzgar a Marx en toda su grandeza, debemos contemplar al Marx auténtico, al Marx revolucionario, al del manifiesto. Es decir, al Marx conspirador, ya que durante su vida la Revolución vivía en estado de conspiración. No en vano, sus avances y victorias ulteriores los debe la Revolución a aquéllos conspiradores.

Tengan ustedes en cuenta de que si Marx hubiera creído que la victoria del Comunismo sólo llegaría gracias a la contradicción capitalista, jamás hubiera nombrado la contradicción ni una sola vez en las miles de páginas de su obra científico-revolucionaria. Un revolucionario, un conspirador, jamás revela él a su adversario el secreto de su triunfo. Jamás le da información, le da desinformación. Pero las contradicciones colosales, en ascenso constante, del Capitalismo ahí están... Marx dijo la verdad mintiendo. Mintió al proclamar el error, la contradicción, como “constante” de la Historia económica del Capital y al declararla “natural y fatal”; ahora bien: a la vez, dijo la verdad, ya que sabía que las contradicciones se producían y aumentarían en progresión creciente hasta llegar a su apogeo...

Aquejado el Capitalismo de la contradicción permanente en lo económico, ¿Por qué no lo ha de padecer también en lo político?... Lo económico y lo político no son entidades en sí; son estados o dimensiones de la entidad social, y las contradicciones nacen en lo social, repercutiendo en la dimensión económica o política o en ambas a la vez... Marx engaña, por razón táctica, sobre el origen de las contradicciones del Capitalismo, no sobre su evidente realidad. Marx sabía cómo se producían, cómo se agudizarían y cómo llegarían a crear la anarquía total de la producción capitalista, como prólogo del triunfo de la Revolución comunista... Sabía que ocurrirían porque conocía él a los que las producían. En Marx se contradicen la palabra y la obra... El proclama la necesidad, la fatalidad, de la contradicción capitalista, evidenciando la plusvalía y la acumulación. Evidenciando una realidad. A mayor concentración de los medios de producción, corresponde mayor masa proletaria, mayor fuerza para instaurar el Comunismo.

Recuerden la moderación de Marx, cuando estudia la cuestión moneda. En el dinero no aparecen sus famosas contradicciones... La Finanza, como entidad en sí, no existe para él, y el comercio y la circulación del dinero son consecuencia del malvado sistema de producción capitalista, que la subordina y determina en absoluto... En la cuestión dinero es Marx reaccionario, y lo era, para mayor asombro, teniendo a la vista, llenando toda Europa con su brillo, aquella estrella de cinco puntas de los cinco hermanos Rothschild, dueños con sus Bancos de la mayor acumulación de riqueza hasta entonces conocida... Este hecho, tan enorme, que alucinaba las imaginaciones de la época, pasa inadvertido para Marx. La finanza, como Marx y, sobre todo, Engels la definen, está determinada por el sistema de producción capitalista, sólo que a la inversa: el sistema de producción capitalista es el determinado por la Finanza. El que diga lo contrario Engels, y hasta que intente demostrarlo, es la prueba más evidente de que la Finanza reina sobre la producción burguesa. Al contrario, sirviéndose de su talento científico, debieron camouflar otra vez la verdad en beneficio de la Revolución.

La esencia internacionalista del dinero es demasiado conocida; de tal realidad procede que la entidad que lo posee y lo sublima sea cosmopolita. La Finanza, en su apogeo, fin en sí, la Finanza Internacional, niega y desconoce todo lo nacional. No reconoce al Estado, por tanto, es ella objetivamente anarquía, y lo sería en absoluto sí ella, negadora de todo Estado nacional, no fuera por necesidad Estado en su esencia. El Estado puro es tan sólo Poder. Y el Dinero es Poder puro. El Dinero es Estado. El Superestado Comunista y cuyo esquema es la Internacional de Marx.

Desde entonces, toda guerra fue un paso gigante hacia el Comunismo. Como si una fuerza misteriosa diera satisfacción al anhelo que Lenin expresó a Gorki. Recuerden: 1905-1914. Reconozca usted, por lo menos, que dos de las tres palancas que llevan al mundo hacia el Comunismo no son ni pueden ser manejadas por el Proletariado. Las guerras no fueron provocadas ni dirigidas por la III Internacional ni por la U.R.S.S., que no existían, aún. Esto es una evidencia meridiana. Y menos aún pudo ni puede la Internacional ni la U.R.S.S. conseguir esa tremenda acumulación de Capital y la anarquía nacional e internacional de la producción capitalista. No es el Proletario quien maneja la palanca económica ni la palanca de la guerra. Es él, sí, una tercera palanca, la única visible y espectacular, que da el asalto definitivo a la fortaleza del Estado capitalista y la toma. Sí, la toma, cuando “Ellos” se la entregan.

Escuchen esta pequeña historia: “Ellos” aislaron diplomáticamente al Zar para la guerra ruso-japonesa, y los Estados Unidos financiaron al Japón, exactamente, la Banca Kuhn, Loeb y C.ª (Una de las cinco de la Federal Reserve) la sucesora, superándola, de la casa Rothschild, de la cual procedía. Fue tal su poder, que logró que las naciones con imperio colonial en Asia apoyaran la creación del Imperio xenófobo nipón. De los campos de prisioneros vinieron los mejores luchadores a Petrogrado adiestrados por los agentes revolucionarios que desde América se introdujeron en ellos. La guerra ruso-japonesa, con la organizada derrota de los ejércitos zaristas, provocó la Revolución de 1905, que, aún siendo prematura, estuvo a punto de triunfar, y que si no llegó a triunfar creó las condiciones políticas necesarias para la victoria de 1917.

Recuerden aquella mañana del día 24 de octubre de 1929 es el Krack de la Bolsa de Nueva York; principio de la llamada “gran depresión”, autentica Revolución. Los cuatro años de Hoover son de avance revolucionario: doce a quince millones de parados sólo en Estados Unidos. En febrero de 1933 es el último golpe de la crisis con el cierre de los bancos. Más no pudo hacer la Finanza para batir al “americano clásico” aun encasillado en su Reducto Industrial y esclavizarlo económicamente al Wall Street... Pero aquella Revolución americana no tenía sólo el fin usurario de acrecentar el Poder del Dinero; ambicionaba más. El Poder del Dinero, aunque poder político, sólo se había ejercido de manera indirecta, y ahora debían convertirlo en un poder directo. Anoten esto: en ese año de 1929 el año primero de la Revolución americana. La financiación de Hitler es acordada en julio de 1929. ¿Creen ustedes todo casual?...

Salud Camaradas.

Hasta la Victoria Siempre.

Patria. Socialismo o Muerte.

¡Venceremos!

manueltaibo@cantv.net


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Manuel Taibo


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