“El poder político organizado, es simplemente el poder organizado de una clase para oprimir a otra”
Carlos Marx…
“La emancipación de los trabajadores debe ser obra de los trabajadores mismos”. Así comienza el preámbulo de los Estatutos generales de la Asociación Internacional de los Trabajadores, más conocida por el nombre de Primera Internacional, redactado por Carlos Marx en 1864.
Como León Trotsky continuó con la concepción marxista de que la liberación de la clase obrera sólo podrá ser obra de ella misma, Ramón Mercader -cumpliendo órdenes de Stalin-, asesinó a Trotsky el 20 de agosto de 1940. Un año antes, Hitler y Stalin acordaron no agredirse y repartirse el este de Europa: El pacto, fechado el 23 de agosto de 1939, fue firmado al día siguiente por los titulares de Relaciones Exteriores de Alemania y la Unión Soviética.
Por décadas, los integrantes de la ‘nomenklatura’ disfrutaron de unas condiciones socioeconómicas muy superiores a las del resto de sus compatriotas, que retornaron a la condición de vasallos. Se agudizó lo que denunció Trotsky en 1936:
“El aumento del bienestar de las capas dirigentes comienza a sobrepasar sensiblemente al del bienestar de las masas”.
El comportamiento oportunista, hipócrita y demagogo de las burocracias moscovita y pekinesa –abandonaron el marxismo, traicionando a la clase obrera-, condujo a la restauración del capitalismo en China y en los países que conformaban la Unión Soviética. Varios de los actuales millonarios chinos y rusos fueron miembros de la ‘nomenklatura’.
El ¡3 de marzo de 1968, le pisaron en Cuba el acelerador a “LA OFENSIVA REVOLUCIONARIA”, en un discurso en el que Fidel Castro, anunciaba la nacionalización de todos los establecimientos que aun estaban en manos privadas: Talleres mecánicos, y de reparación de electrodomésticos, ventas de jugos/areperas, ventas de frituras, sillas de limpia botas, licorerías, fuentes de soda etc. Así el gobierno cubano eliminaba a los microempresarios y el comercio informal, http://www.cuba.cu/gobierno/discursos1968/esp/f130368e.html Después de este “acelerador revolucionario de 1968”, el pueblo cubano es predominantemente proletario. Sin embargo cincuenta años después se quiere justificar que no existan mejoras en los derechos civiles y políticos, y en la libertad individual, porque es necesaria la dictadura del proletariado, a estas alturas del desarrollo tecnológico mundial.
En todos los países bajo la óptica del llamado socialismo real, hubo una sacralización del término de la dictadura del proletariado, lo cual no eran sino solamente dictaduras criminales contra el mismo proletariado casos: Gdansk en Tianamen, Praga en Budapest.
Para los que tenemos ideologías de izquierda, es muy triste saber que gobernantes que se decían “socialistas” dirigieron esas masacres, una explicación a esta forma aberrante de gobierno la encontramos en un pensamiento de José Marti: “La libertad ha de ser una practica constante para que degenere en una forma banal. El mismo cuerpo que cría la era, cría las ortigas. Todo poder amplio y prolongadamente ejercido, degenera en casta, vienen los intereses, las altas posiciones, el miedo a perderla, las intrigas para sostenerse”. León Trosky siguió la predica marxista de que la liberación de la clase obrera, solo podría ser obra de ella misma. En Venezuela en pleno siglo XXI, no se le puede seguir diciendo que SI a cualquier locura, que nos pueda llevar al abismo, a nuestra querida Venezuela.
El crecimiento de la conciencia del pueblo venezolano, lo ha hecho inmune a la prensa basura, tanto de la oposición como la del gobierno, que hoy en día denigra del periodismo como una correa de transmisión entre la información y los lectores, si no hay conciencia, garantías y respeto por los derechos humanos de los ciudadanos es imposible sostener a la revolución bolivariana.
Percasita11@yahoo.es