El acuerdo firmado entre el gobierno de Colombia y el de los Estados Unidos, sobre la instalación de siete bases militares norteamericanas en ese país que es el corazón de Latinoamérica, tiene una connotación estratégica de gran importancia desde el punto de vista geopolítico y genera mucha preocupación en este momento histórico de conformación del gran bloque Suramericano y del Caribe para el desarrollo económico, la fortaleza de nuestros pueblos, la independencia y soberanía respecto a la más grande potencia mundial. ¿Pero qué es lo que pretende el Pentágono, la CIA y el presidente Barack Obama? ¿Será qué el gobierno estadounidense quiere mucho a los latinoamericanos? ¿Por qué los militares norteamericanos vienen a meterse en los predios de estas regiones y en las fronteras de Venezuela? Los argumentos del gobierno colombiano explican que se trata de darle un reforzamiento al combate contra el narcotráfico. Pero es que desde hace varios años con la creación del plan Colombia, existen en esa nación cientos de soldados Estadounidenses en territorio de la República de Colombia. ¿Es una simple presencia de buenas intenciones? Evidentemente y a todas luces, se puede afirmar que existe toda una bien hilvanada intención de frenar el avance de las ideas independentistas o soberanas que irradiaron desde Venezuela hacia todo este subcontinente. El premio Nóbel de la paz, se olvida que debe ganárselo con ejemplos. Todo indica que Bush se quedó corto con las políticas militaristas del actual presidente de los Estados Unidos, que ha aumentado el número de soldados en Afganistán, mantiene su presencia en Irak, apoya el golpe de estado en Honduras contra el Presidente Constitucional Manuel Zelaya. Ahora bien dentro de alguno de los puntos del documento firmado entre los dos gobiernos, está el del aterrizaje de aviones de guerra norteamericanos en todos los aeropuertos comerciales del hermano país y en otro sentido las actuaciones ilegales del personal de las fuerzas armadas gringas en este territorio sudamericano, contará con la inmunidad y no será objeto de sanciones ni juicios. Con estas siete bases militares en Colombia Estados Unidos suma una cantidad de casi mil de estas en el planeta ¿se ha solucionado el problema del tráfico de drogas en el mundo? Todo se mueve en función de la mantener el poderío internacional de esta gran potencia mundial. La instalación de las siete bases militares yankis en tierras de Colombia, es una declaración de guerra directa contra las naciones del ALBA, que han decidido romper el cerco económico, político, tecnológico y militar impuesto por los gobiernos de Estados Unidos. Es muy sencillo deducir los propósitos de esta aberración internacional, sorprende la capacidad servil y la mentalidad de titeres de los que dirigen el Estado colombiano, comenzando por su Presidente Álvaro Uribe Vélez. Las recientes incursiones de paramilitares en Venezuela y el cierre de fronteras de parte del gobierno de Colombia a diario, sustentan las acusaciones del gobierno de la Republica Bolivariana De Venezuela en cuanto a la sistemática planificación de ir debilitando el proceso político de transformación iniciado desde 1998 y que ya se está consolidando en toda América Latina. Todo está sentenciado, la guerra mediática, los ataques de paramilitares, el tráfico de cocaína que vienen desde Colombia, con la presencia de aviones de guerra de los Estados Unidos, el aumento de sus tropas, son elementos que sin dudas conforman un cuadro de la muerte. Buscan el retorno del dominio con el terror y las invasiones a nuestros países para meterle mano a nuestras riquezas naturales. Así hundieron a la revolución Sandinista, con la violencia traída desde la base militar en Parmerola, Honduras. “El velo se ha rasgado, ya hemos visto la luz y se nos quiere volver a las tinieblas. Se han roto las cadenas, ya hemos sido libres y nuestros enemigos pretenden de nuevo esclavizarnos” Simón Bolívar, carta de Jamaica. 6 de septiembre de 1815.
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